Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Carece de toda capacidad para inducir un cambio de calado en el escenario político, pero la moción de censura que Vox llevará este martes al Congreso, de la mano de la insólita candidatura del exdirigente comunista Ramón Tamames, está removiendo ya las aguas a varias ... bandas ante una iniciativa que viene planteándose en términos desconcertantes. Baste constatar las diferencias entre el partido proponente y su propio aspirante, que llevaron este jueves a Santiago Abascal a comparecer junto a Tamames con la pretensión de aclarar que comparten un objetivo común.
Pero la anomalía amenaza con contagiar al resto del arco parlamentario, que se debate sobre qué hacer, sobre cómo encarar, una sesión parlamentaria excepcional que cae en un contexto convulso por las grietas en el Gobierno.
Noticia Relacionada
A falta de cuatro días para que Tamames rete al presidente en la tribuna de oradores, las dos fuerzas del Ejecutivo carecen de una estrategia compartida para responder a la iniciativa de la extrema derecha, en la que Moncloa ha visto desde el principio una ocasión para obtener rédito político, por añadidura en período electoral, ante la posibilidad de confrontar «modelos» y subrayar lo que interpreta como una debilidad de Alberto Núñez Feijóo al optar por la abstención.
Los socialistas han querido revestir de hondura democrática esta censura contra Sánchez, con una gravedad que no ha encontrado el mismo eco ni en sus socios de coalición ni en el bloque de investidura. Y el presidente, enigmático cuando fue preguntado al respecto el miércoles en el marco de la cumbre hispano-portuguesa, evitó anticipar su estrategia y no terminó de despejar lo que parecería obvio: que será él quien dé la réplica a Tamames, del que agradeció, en otra singularidad, su «buen tono».
Los silencios en el ala socialista, unidos al formato sugerido por Podemos -que sean mujeres, no solo del Gobierno sino del resto de grupos afines, las que respondan al candidato de Vox para dejar en evidencia «el machismo» del partido de Abascal-, están enredando a la coalición en los interrogantes sobre cómo van a encarar el pleno del martes. «Está en el aire. Es que es una moción muy rara», constatan fuentes de Podemos, que ayer no había recibido contestación del PSOE a su planteamiento de copar el debate con las voces de ministras y portavoces parlamentarias y que desconoce, en consecuencia, cuáles son las intenciones de sus aliados sobre el formato y el desarrollo del debate. Este era la incierta perspectiva, al menos hasta ayer.
Pero en todo caso y sabedores de que Moncloa lleva el timón, los morados no parecen inclinarse por convertir el reparto de papeles en la moción en otro 'casus belli' con sus socios en un momento que sigue siendo crítico por las diferencias escenificadas en torno a la reforma del 'solo sí es sí' y de la 'ley mordaza', aunque la aprobación definitiva ayer de la norma sobre bienestar animal viniera a suponer un consuelo en la casa del pobre. Pese a haber propugnado un debate con la vicepresidenta Yolanda Díaz y las ministras Ione Belarra e Irene Montero e insistir en que sería «potente» confrontar a las mujeres del Congreso con Vox, fuentes de la dirección de Podemos confirmaron a este periódico que ese triunvirato «no es irrenunciable» y que al partido le parecería «asumible» que el protagonismo recaiga en Sánchez y la líder de Sumar.
Lo que sí hizo ayer Belarra fue dirigir un mensaje al presidente ante la constatación, al menos hoy, de que deberá seguir contando con Podemos y el resto de socios para retener la Moncloa. «Si queremos tener cuatro años más de Gobierno progresista, es fundamental cuidar la mayoría de la investidura», le advirtió.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.