El portavoz del PNV, Aitor Esteban, conversa con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en el Congreso. ep

Sánchez y el PNV salvan los muebles de su alianza

Análisis ·

El presidente se congracia 'in extremis' con los jeltzales y les devuelve la vitola de socios preferentes, con la sombra de Feijóo llamando a la puerta de Sabin Etxea

Domingo, 23 de octubre 2022, 00:47

El guion del acuerdo que evitó el viernes la enmienda de totalidad del PNV a los Presupuestos se escribió conforme al esquema clásico de estos ... lances. Con las acostumbradas dosis de suspense y la teatralización extrema de posponer la rueda de prensa de Aitor Esteban hasta el momento en que el registro del Congreso cerraba sus puertas. A las dos de la tarde, en punto, en el momento en que expiraba el plazo para pedir la devolución de las Cuentas, el PNV lanzaba un tuit con el acuerdo alcanzado con el Gobierno para renovar la Ley Quinquenal del Cupo, caducada desde hace meses.

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Por supuesto, nada en esa coreografía política es fruto del azar y, de hecho, sirve como metáfora perfecta de la relación, no siempre plácida, entre el PNV y Pedro Sánchez. Si fueran amantes distanciados por la rutina y las obligaciones más urgentes que distraen al presidente del cariño que demandan sus socios, el acuerdo de esta semana sería algo así como un pacto de interés mutuo para salvar los muebles de su relación. El jefe del Ejecutivo se garantiza sacar adelante el último Presupuesto de la legislatura, crucial para apuntalar su relato político en plena crisis por la pérdida de poder adquisitivo de la mayor parte de la población, y los jeltzales consiguen trasladar la idea de que su alianza con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos no es una mera obligación de la que no puede zafarse ante la falta de alternativas, sino una entente productiva que fructifica «en defensa de los intereses de Euskadi».

Una vez más, lo que ya está pactado se usa como palanca para desbloquear negociaciones políticas

traspasos y ley del cupo

En la batalla paralela que PNV y EH Bildu mantienen en Madrid, los jeltzales ganan el primer asalto

con la vista en el 28-M

Todos contentos, por lo tanto, incluidos Esquerra y Bildu, que tienen sus propias razones para dar luz verde a la tramitación parlamentaria del proyecto. Los republicanos catalanes porque esperan hacerse valer en la negociación tras la ruptura de la alianza con Junts en el Govern. La coalición abertzale, por lo que ya explicó Arnaldo Otegi en su día: necesita que Sánchez aguante esta legislatura y, al menos, la siguiente para culminar no solo el acercamiento de todos los presos de ETA sino la reforma legal que permitiría acortar algunas de sus condenas. Además, en la pugna electoral con el PNV de cara a las municipales y forales del 28-M, Madrid se ha convertido en escenario electoral de primer orden y las dos fuerzas abertzales libran en el Congreso una batalla paralela por la influencia.

El primer asalto en estos Presupuestos lo ha ganado el PNV, que puede exhibir un acuerdo al que, en realidad, estaban en teoría obligadas las partes por puro respeto a la legalidad y a las instituciones. La Ley Quinquenal del Cupo, como su propio nombre indica, debe renovarse cada lustro. Pero, en la práctica, se espera a los momentos clave de las negociaciones entre el Gobierno de turno y las fuerzas minoritarias de las que depende en las Cortes Generales para utilizar el ordenamiento jurídico como palanca política. ¿Ejemplar? En absoluto, pero sucede. Con la diferencia de que en 2017 el acuerdo con Rajoy, al dar carpetazo a diez años de prórroga en condiciones ciertamente ventajosas, resultó millonario para Euskadi. Ahora, el PNV se garantiza simplemente el blindaje de las actuales condiciones por si cambia el Gobierno y vuelven a acumularse ejercicios sin liquidar las cuentas. Sin más. Ni menos.

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Los jeltzales sentían que cada ministerio iba por libre y se iban postergando sus demandas

hartazgo

Quedan aún cesiones simbólicas e inversiones para exprimir el trámite de enmiendas parciales

más madera

Cumpleaños del Estatuto

Algo parecido sucede con las transferencias: el PNV ya había avisado de que no pensaba permitir que Sánchez les pagase varias veces con la misma moneda. En realidad, el calendario de traspasos que arrancaron al Gobierno a cambio de su apoyo a la investidura contenía la trascendental novedad de incluir plazos concretos para cada bloque de materias, pero no se han respetado. Como tampoco se ha completado el Estatuto de Gernika, que pasado mañana cumple 43 años. El traspaso de Cercanías estaba muy avanzado, de hecho, desde hace semanas pero, por inercia, se ha esperado al último minuto para enviar la propuesta definitiva a Lakua.

Sostienen los jeltzales que no les gusta esa mecánica, pero lo cierto es que se transmite así la sensación de bolsa llena, de golpe en la mesa, que le conviene a un PNV que empezaba a hartarse de la displicencia de Sánchez y a quedarse sin argumentos para justificar el hecho incontestable de que, con sus alianzas con el PSE pendientes de reeditarse tras los comicios de mayo, le apoyará sí o sí hasta el final de la legislatura. Sabin Etxea no llevaba bien, en los últimos meses, la escasa comunicación con el presidente, volcado en sus quehaceres europeos, donde se ha empeñado en ser faro y guía de la respuesta de la UE a la crisis energética. Así que el PNV llamaba a la puerta de Isabel Rodríguez (Política Territorial) y se encontraba con que cada ministerio iba por libre. Pero ha sido acercarse el día 'D' y activarse la dupla Aitor Esteban-María Jesús Montero, sin duda la ministra, titular de Hacienda, con la que mejor se entienden los jeltzales. Ellos cerraron 'in extremis' el acuerdo el viernes, antes de que Sánchez y Ortuzar dieran el visto bueno definitivo.

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Queda aún tela que cortar y no será éste el último gesto de Sánchez con el PNV. Quedan por llegar cesiones simbólicas e inversiones en el trámite de enmiendas parciales. El movimiento de Moncloa, además de calmar las aguas, contiene además un aviso implícito a Feijóo, que no solo tiene pendiente una reunión con Ortuzar este otoño, sino que está dispuesto igualmente a hacer gestos, por ejemplo en la negociación para renovar el CGJPJ, que ayuden a reconstruir los puentes con Sabin Etxea. Pero tendrá que esperar. Porque no solo está lejos el divorcio, sino que Sánchez ha decidido mimar al PNV para devolverle la vitola de socio preferente. Queda legislatura.

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