Pedro Sánchez y Felipe González, en el acto de conmemoración a la victoria socialista en 1982. efe
Polémica en torno a la renovación del CGPJ

Sánchez pide cumplir la Constitución «se esté en el Gobierno o en la oposición»

Felipe González evita criticar la intención del jefe del Ejecutivo de rebajar las penas de la sedición y recuerda al PP: «Si a alguien no le gusta una ley tiene derecho a cambiarla, lo que no tiene derecho es a incumplirla»

Sábado, 29 de octubre 2022, 14:22

No todo fueron halagos al Gobierno por parte de Felipe González en la intervención que este sábado protagonizó en Sevilla durante el homenaje organizado por el PSOE para celebrar los 40 años de su rotunda victoria en 1982. Ni mucho menos. Pero el expresidente del ... Gobierno sí mostró un claro respaldo a Pedro Sánchez en un asunto crucial: el reproche al Partido Popular por haber dinamitado este jueves la negociación para renovar de una vez por todas, tras cuatro años de tira y afloja, el Consejo General del Poder Judicial. «Tenemos que recordar que lo que nos identifica como país -advirtió el exmandatario español- es el paquete de ciudadanía, derechos y obligaciones para todos por igual. Si a alguien no le gusta una ley tiene derecho a cambiarla, lo que no tiene derecho es a incumplirla»

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El mensaje a Alberto Núñez Feijóo fue sutil. Ni se dirigió a él directamente ni dedicó demasiadas palabras al asunto dentro de un discurso que, por lo demás, fue relativamente breve, mucho más que el del jefe del Ejecutivo. Pero por si acaso, el propio Sánchez se encargó de disipar cualquier duda sobre su destinatario al recuperar en su intervención posterior la segunda parte de ese mismo planteamiento: «Es fácil de entender -había abundado González- Primero se cumple la ley pero no primero me la salto o la condiciono a no sé qué cosa. Eso no sirve para estabilizar la democracia ni mejorar la convivencia».

Las palabras de quien es hoy una figura política reconocida tanto por buena parte de la izquierda como de la derecha tienen un valor singular porque desde el principal partido de la oposición se ha alentado la idea de que su negativa a pactar la renovación del órgano de gobierno de los jueces mientras Sánchez mantenga su intención de reformar el Código Penal para rebajar las penas atribuibles a quienes hayan cometido un delito de sedición es vista con simpatía por una parte del PSOE (los barones, se entiende, y la vieja guardia).

Le guste o no la idea de una reforma del Código pensada para beneficiar a quienes fueron o pueden ser condenados por su papel en el desafío independentista catalán de 2017, algo sobre lo que no se pronunció, González rechazó la idea de que su aprobación pueda ser un argumento válido para que una formación política ignore un mandato constitucional que, además, está teniendo consecuencias graves en la Administración de la Justicia, en la que se acumulan ya miles de sentencias pendientes y más de una decena de vacantes sin cubrir.

«Derrota de la moderación»

Sánchez también hizo hincapié en el asunto, aprovechando además la ocasión para tratar de desmontar la imagen de moderación con la que Feijóo llegó a la política nacional el pasado mes de abril, tras la destitución como líder del PP de Pablo Casado. «Que desde partidos políticos se incumpla sin pudor alguno con la Constitución es la derrota de la moderación y el triunfo del extremismo, porque deteriora nuestra democracia y la convivencia. No es nuestro caso. La defensa y el cumplimiento íntegro de la Constitución es nuestra obligación y también nuestra elección», dijo recordando de pasada su apoyo a la aplicación del artículo 155 en Cataluña por parte del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Sánchez insistió en el cumplimiento de la Carta Magna «de pe a pa, del primero al último de los artículos y todos los días del año, se esté en el Gobierno o se está en la oposición».

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El debate político de la semana sirvió al presidente del Gobierno y a la dirección del PSOE para desviar el foco de algo que en otro momento habría podido aguarle la fiesta: lo deslucido de un acto presentado inicialmente como una ocasión para exhibir el orgullo de pertenencia a unas siglas históricas y a una fuerza que ha gobernado y ayudado a transformar España en las últimas cuatro décadas.

La ausencia de Alfonso Guerra, que el pasado martes denunció no haber sido invitado al acto por el 40º aniversario de la victoria de 1982, sobrevoló el ambiente y el propio González le dedicó un sentido recuerdo

Los reproches, el pasado martes, del exvicepresidente Alfonso Guerra, por no haber sido invitado a la cita sirvieron para destapar una cierta apatía y desapego de otros miembros del partido que consideran que, pese a su enunciado, el acto fue concebido exclusivamente a mayor gloria del propio Sánchez. En Ferraz rechazan que fuera ese sentimiento el que explique la ausencia de la mayor parte de los barones del partido, a excepción del extremeño, Guillermo Fernández-Vara y del secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas. Dicen que el evento iba a haberse celebrado en Madrid y que la decisión de cambiarlo, por deseo del propio González, hizo imposible para muchos dirigentes acercarse, entre otras cosas, por la dificultad para encontrar trenes en un fin de semana de puente.

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Fuentes cercanas al expresidente, sin embargo, ya habían advertido de que él mismo estaba «dolido» por cómo se habían hecho las cosas y que algo diría durante su intervención. Y así fue. Casi al subir al escenario. «Conmemorar es traer a la memoria. Recordar es hacerlo con el corazón. Y yo trato de buscar (aquí), y lamento no conseguirlo, a este personaje singular que levantaba mi mano en la ventana del Palace, que era Alfonso Guerra», dijo evocando la foto de la noche de su gran triunfo electoral.

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