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Pedro Sánchez tiene entre ceja y ceja los Pactos de La Moncloa de hace 43 años. El presidente del Gobierno ha aprovechado este jueves su intervención en el pleno del Congreso para ofrecer, con toda la solemnidad, «un gran Acuerdo Nacional para la ... Reconstrucción económica y social en el que participen todas las fuerzas dispuestas a arrimar el hombro, partidos políticos por supuesto, pero también empresarios y sindicatos, y por supuesto las comunidades autonómas». Uno de las claves ha sido su referencia a la Constitución, una palabra que por ejemplo desapareció de los comunicados conjuntos acordados entre el Gobierno y la Generalitat en la nueva mesa para solucionar «el conflicto político catalán».
«Les convoco formalmente por ello el próximo lunes a una primera reunión. Integraremos en este acuerdo a los agentes sociales y a los presidentes autonómicos. Todos estamos llamados a estos Pactos», ha subrayado. Para quienes muestras ciertas «reservas» al ofrecimiento, en clara referencia al PP, se ha mostrado tajante. «Se ha dicho que no puede implicar el cambio de Régimen. 100% de acuerdo. El Régimen es y debe seguir siendo nuestra Constitución democrática que tiene plena vigencia y debe inspirarnos en toda su amplitud».
Una a una, ha intentado despejar las dudas generadas hasta en cuatro ocasiones al final de su discurso.
«Se ha dicho que no puede anular el control parlamentario del Gobierno. Totalmente de acuerdo. Plena vigencia del control parlamenterio».
«Se ha dicho que no puede restar transparencia informativa. Absoluta conformidad. Debe mantenerse absoluta transparencia informativa».
«Se ha dicho que no puede excluir a nadie. Perfecto. Están invitados todos quienes estén dispuestos a arrimar el hombro y quieran hacerlo.
«Se ha dicho que se desconfía de la sinceridad de la propuesta. Pues bien, reitero la propuesta de corazón. Y la expreso además formalmente en esta Cámara con toda la solemnidad ante los representantes legítimos de todos los españoles».
Desde que comenzó la crisis, todos los discursos del presidente del Gobierno están impregnados de una sobredosis de épica que buscar advertir de la gravedad del momento. El final de sus discurso de este jueves es el mejor ejemplo: «Hoy aquí, en esta Cámara que congrega a los representantes legítimos sólo les pido Unidad y Lealtad, que es la forma en la que los responsables políticos podemos contribuir al sacrificio, a la resistencia y a la victoria de nuestro pueblo. Y finalizo con una pregunta, señorías, hoy, aquí y ahora: ¿Están dispuestos? Sólo les pido lo que les ofrezco: Unidad y Lealtad«.
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