El presidente del Gobierno charla con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, en la ejecutiva celebrada ayer en Ferraz. EFE

Sánchez niega un pacto con EH Bildu y carga contra los barones críticos por su «deslealtad»

Ábalos subraya que «no hay» acuerdos con la formación de Otegi cinco días después de asegurar que hay que «normalizar» las relaciones

Lunes, 16 de noviembre 2020, 19:42

No hay ningún acuerdo de Gobierno», «no hay ninguna voluntad de sociedad para el Gobierno», «no hay pacto»... Hasta media docena de veces negó este lunes el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, su entendimiento con EH Bildu para los Presupuestos. El ... también ministro de Transportes defendió el pasado jueves que hay que «normalizar» las relaciones con la formación coordinada por Arnaldo Otegi. Fue el mismo día que el exdirigente de Batasuna anunció por sorpresa que apoyaría las Cuentas públicas. Y después de que Pablo Iglesias asegurara que, con ese respaldo, el bloque de la investidura se reforzaba y pasaba a ser «de legislatura y dirección de Estado». Sin embargo, ayer, tras la reunión de la ejecutiva socialista cambió el discurso.

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Ábalos se esforzó en argumentar que en realidad, el apoyo de Bildu a los Presupuestos es a cambio de nada y no negociado, a pesar de que, tras encuentro público que mantuvieron el día 5 en el Congreso la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, con Oskar Matute y Mertxe Aizpurua, esta avanzó que había encontrado al Gobierno «receptivo» a sus propuestas. «El acuerdo, si se le puede llamar así -concedió por fin el dirigente socialista-, será simplemente en las votaciones de las enmiendas respecto a las inversiones y los gastos de los Presupuestos».

No es que la estrategia de alianzas presupuestarias de Pedro Sánchez encontrara alguna oposición interna. Rara vez escucha el presidente del Gobierno voces críticas en el órgano de dirección del PSOE desde su victoria en las primarias de 2017 contra Susana Díaz. Y la de este lunes no fue, según diversas presentes en el encuentro, ninguna excepción. Al revés. Según el propio Ábalos, lo que hubo un claro «cierre de filas». Fuentes de la dirección confirman, además, que el rumbo marcado no se va a rectificar, que se quiere contar con EH Bildu para dar estabilidad al Ejecutivo y que seguirá habiendo reuniones con ellos para dar «estabilidad» a la legislatura.

Lo que se esconde tras las palabras de Ábalos es solo el deseo de evitar que el foco de atención se centre en un asunto que los socialistas reconocen como «divisivo» para su electorado, después de que algunos gobernantes autonómicos, en concreto, el extremeño Guillermo Fernández-Vara, el castellano-manchego Emiliano García-Page, y el aragonés Javier Lambán hicieran público su malestar. Según fuentes de la ejecutiva, Sánchez pidió este lunes a los suyos que no permitan que el debate se sitúe en lo que considera menudencias y que pongan en valor lo que, a su juicio, es lo importante: que el Ejecutivo va camino de sacar adelante los Presupuestos con un apoyo holgado en un momento crítico para España.

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Ser «utilizados» por el PP

El jefe del Ejecutivo también dejó claro que culpa en buena medida a los citados barones de que el gran logro de haber conseguido que 198 diputados rechazaran la semana pasada los vetos a la tramitación de las Cuentas quedara diluido por el debate sobre Bildu. Y los acusó de no actuar con la debida «lealtad» por airear sus recelos en lugar de lavar los trapos sucios en casa.

Fernández Vara, el único de los presidentes autonómicos con plaza en la ejecutiva, evitó abundar en los reproches. Según Ábalos, los barones ya han entendido «cuál es la realidad del país» y no tienen ningún interés en «ser utilizados por quienes no quieren a este Gobierno y no quieren al PSOE». En algunos territorios, sin embargo, las acusaciones de deslealtad del presidente cayeron mal. «Para decir lo que pensamos en privado, primero tendríamos que ser informados; nos enteramos de todo por los medios y, en este caso, por Pablo Iglesias», recriminan.

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La dirección del PSOE, en todo caso, da el asunto por zanjado. Del mismo modo que restan valor a las palabras de Alfonso Guerra, que tachó de «absolutamente despreciable» el acuerdo con Bildu porque consideran que su voz ya no tiene peso en las bases. «Las realidades que nos tocan son distintas y también las responsabilidades», replicó Ábalos.

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