- ¿Cómo se explica el batacazo del PSOE en Andalucía?
- Estamos en una situación convulsa y revuelta, no sólo en Andalucía, sino en España y Europa. Mucha gente está confusa y molesta. También hay que tener en cuenta el desgaste de muchos años en el gobierno, las informaciones en la campaña sobre diversos casos, como los EREs, la tarjeta para el pago del puticlub...
- ¿Le ha pesado al PSOE-A el acercamiento de Sánchez a los soberanistas?
- Eso puede que explique una parte del resultado. Pero insisto, son un cúmulo de cosas. Pero si nuestro resultado ha sido malo, también lo ha sido el del PP y el de Unidos Podemos. El de Ciudadanos ha sido bueno pero no ha cumplido las expectativas. Y el de la extrema derecha ha sido...
- ¿Sorprendente?
- Nadie se lo esperaba. Y hay que relativizarlo. Parece que haya ganado Vox y no. Ha sacado el 10% de los votos, que es muchísimo, pero el 90% de los votantes no les apoyó.
- Visto el resultado del PSOE y el de Podemos, ¿la izquierda ya no es capaz de dar respuesta a las demandas sociales de la ciudadanía?
- Es una reflexión que debemos hacer. Está fallando la conexión con la gente a la que queremos representar, los trabajadores y los menos pudientes.
- ¿Qué debería hacer ahora Susana Díaz?
- Tiene que reflexionar con su gente. Yo intentaría buscar un gobierno de amplio arco parlamentario. Pactar con Ciudadanos y quedarse a un escaño de la mayoría. Y a partir de ahí que cada cual sea consecuente con lo que hace.
- Ciudadanos quiere pactar con el PP.
- Si Susana no tiene posibilidades de formar gobierno, tendría que poner su cargo a disposición del partido.
- ¿Alguien en Ferraz se habrá alegrado por los malos resultados de Díaz?
- Yo no estoy en Ferraz... Pero creo que no. Una cosa es que tú tengas un mal resultado electoral y te cuestionen, y otra perder Andalucía. De eso nadie del PSOE puede alegrarse. Es un golpe político y también moral para el partido.
- ¿Se va a cobrar Sánchez ahora las deudas pendientes con Díaz?
- En este partido no hay deudas. Hubo unas primarias que, desgraciadamente, sí dejaron secuelas en las relaciones pero nada más. Pero no hay deudas.
- ¿Qué va a hacer el PSOE a partir de ahora para que lo sucedido en Andalucía no se reproduzca en mayo en otras comunidades?
- Lo primero, no fiarse de las encuestas. Y ser claros con la gente. Que nuestro mensaje se escuche y sea valorado con la ciudadanía.
- ¿Debe cambiar el Gobierno la política con Cataluña para evitar más desgaste electoral?
- ¿Cuál es la política con Cataluña? ¿Qué ha cedido el Gobierno ante los independentistas catalanes? Ése es el discurso que hacen otros partidos. Y esa imagen que trasladan de nosotros sí nos puede pesar. Por eso tenemos que clarificar las cosas.
- ¿No lo están haciendo ahora?
- Aquí todo el mundo juega al ajedrez. El Gobierno mueve ficha para evitar que la crisis en Cataluña vaya a más, pero el PP y Ciudadanos cargan contra nosotros por competir a ver quién es más duro. Y los independentistas hacen coro a todo eso y nos plantean órdagos. Pero la postura sensata y razonable y de futuro es la del PSOE y el Gobierno. ¿Cuál es la alternativa? ¿Mandar a la Legión?
- ¿Es favorable a establecer un cordón sanitario en torno a Vox?
- Creo que deberíamos mirar a Europa, donde desde hace años han conseguido ir parando a partidos de extrema derecha. Se ha decidido no tenerles en cuenta porque, si das utilidad a ese voto, estás invitando a que mucha más gente les vote.
- ¿Le preocupa Vox?
- Me preocupa que este partido se naturalice como una opción en España y, sobre todo, tenga capacidad de influencia en las políticas de otros partidos. Pone en riesgo el sistema de convivencia y progreso que hemos logrado en España en las últimas décadas. Ya tenemos aquí al populismo de extrema derecha. Los ciudadanos tienen que ser también conscientes de eso. Y los partidos en Andalucía también. Por sacar unos rendimientos en corto pueden poner en riesgo el propio tablero de juego. Y puede haber un efecto contagio en el resto de España.
- ¿También en Euskadi?
- Me resisto a creer que vayan a tener un resultado que les permita entrar en las instituciones vascas.
- ¿Por qué no es legítimo pactar con Vox y sí con EH Bildu?
- EH Bildu está evolucionando, es verdad que de forma más lenta de lo que muchos quisiéramos, pero está evolucionando hacia un contexto más de integración en el sistema. No están rompiendo las bases del sistema ni cometiendo ilegalidades.
- No rompe las bases del sistema, ¿pero las ha aceptado?
- De hecho sí. Y Vox no. Es verdad que EH Bildu no ha hecho todo el recorrido que quisiéramos, pero ha hecho una parte. Y sigue. Y esperamos que acaben haciéndolo. Vox ni ha empezado ese camino.
- Visto lo de Andalucía, ¿cuándo convocaría elecciones generales?
- Ay amigo, eso lo tiene que decidir Sánchez. Va a presentar Presupuestos y ver si tiene apoyos. Si no lo logra, sacará medidas adelante vía decreto ley y eso tiene el recorrido que tiene.
- Recorrido... ¿corto?
- Sin Presupuestos, pretender agotar la legislatura no es posible. Si no hay estabilidad, el Gobierno no puede estar permanentemente cogido con pinzas.
- ¿Teme que la percepción de la gente sea que Sánchez está dispuesto a hacer cualquier cosa por mantenerse en el poder?
- No creo que sea así, pero si la gente llega a tener esa percepción, eso sí puede perjudicar al PSOE.
- Si se acaba la legislatura, ¿también se acaba el entendimiento entre el Gobierno central y el vasco?
- La apuesta del PSOE es seguir en el Gobierno tras las elecciones. Así que el clima de diálogo no durará sólo esta legislatura y sus frutos no se verán sólo a corto plazo.
Para ampliar consensos
- En el Gobierno central no todo el mundo ve con buenos ojos las transferencias de Prisiones y del régimen económico de la Seguridad Social, dos materias que para el PSE son prioritarias.
- En Madrid hay más reticencias con la cuestión del régimen económico de la Seguridad Social. Lo que el Gobierno ha dicho es que vamos a empezar a desbrozar el terreno, entrando en las transferencias más sencillas y avanzar en las ponencias técnicas. Esto es un tema dinámico. Todo lo que se avance servirá para ir culminando el proceso de transferencias recogido en el Estatuto.
- ¿El PNV debe tener más paciencia en este tema?
- El PNV y el Gobierno vasco están en todo su derecho de plantear al Gobierno de España el cumplimiento íntegro del Estatuto. Además, está asumido que esto no va a ser de hoy para mañana y que hay voluntad de trabajo para seguir avanzando.
- ¿La irrupción de Vox puede llevar al PSOE a ralentizar las transferencias para evitar un desgaste?
- No tiene por qué afectar, más allá del peligro que supone Vox para el sistema democrático. Espero que grano a grano, las transferencias pendientes vayan cayendo.
- ¿Se trató en el consejo de gobierno la moción pactada entre PNV y EH Bildu contra la Constitución?
- No, tampoco hemos pedido explicaciones.
- ¿A usted le gustó?
- No la comparto. La respeto pero políticamente no me siento identificado con ella.
- De nuevo su socio apuesta por su imagen más soberanista. ¿En algún momento el PSE dirá 'hasta aquí hemos llegado'?
- El programa de gobierno lo deja claro. Plantea la reforma del autogobierno con el objetivo de ensanchar los consensos en Euskadi para garantizar la convivencia. Oiga, de eso se trata.
- Todos los movimientos del PNV no van por ahí.
- Veremos. No quiero pensar que vamos a llegar a la situación de 'hasta aquí hemos llegado'. Lo que está claro es que el PSE no estará en una reforma del Estatuto que estreche consensos ni ponga en riesgo la convivencia.
- El PSE se atribuye ser la garantía de que el PNV no haya apostado por el soberanismo y la vía catalana. ¿En qué se ha evidenciado esa influencia?
- ¿Qué paso efectivo ha dado el PNV? Ni podemos ni debemos decirle lo que tiene que hacer como partido y con su estrategia política. Ni ellos a nosotros. El PSE contribuye de forma decisiva a que haya estabilidad en las instituciones. ¿Que el PNV participa en las consultas de Gure Esku Dago? Que vaya. Además, no tienen que hacer mucha cola. Pero la efectividad que tiene eso es la que es. Lo que ha hecho el PNV hasta el momento no pone en riesgo nada. Otra cosa es que eso se concrete en una reforma del Estatuto y se ponga en riesgo la convivencia.
- ¿Cree que sus votantes van a entender que sigan gobernando con alguien que «puede romper la convivencia» en Euskadi?
- Lo que nuestros votantes no entenderían es que, por estar en el Gobierno vasco, comulgáramos con ruedas de molino que pusieran en riesgo la convivencia. Eso nunca lo haremos. Pero a día de hoy, ¿la gente percibe que hay una crisis de convivencia?
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