Sánchez formaliza la candidatura de Calviño al Eurogrupo

Ahora, toca bregarse en Bruselas para vencer a los otros dos aspirantes, los ministro de Finanzas de Luxemburgo e Irlanda. La votación, que tendrá lugar el 9 de julio, es secreta y participan todos los integrantes del Eurogrupo, el consejo de ministros de Economía de las 19 economías del euro. El cargo, de lograrlo, no supondría que Calviño abandone el Gobierno ya que se compagina. Los mandatos son para dos años y medio.

Hay una fecha clave en la reciente trayectoria de España en la UE: el 13 de julio de 2015. Aquella tarde, la cuarta potencia del euro se jugaba el liberarse de un plumazo del doloroso estigma que supuso el rescate financiero de 2012. Se trataba de hacerse con la presidencia del Eurogrupo. Se trataba, al fin y al cabo, de dar un puñetazo encima de la mesa y pasar en apenas tres años de «rescatado» a «presidente de los rescatadores». Mariano Rajoy, que tras las elecciones de 2014 había evitado apostar fuerte en el reparto de sillones del club para fiarlo todo al Eurogrupo, se dio de bruces con la realidad. El peaje seguía. Perdió Luis de Guindos y ganó el holandés Jeröen Dijsselbloem. Conclusión: España seguiría fuera de la cúpula económica de la UE hasta que el 19 de febrero de 2018, el propio De Guindos fue elegido vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE).

El viejo sueño del Eurogrupo ha revivido con fuerza después de que hace un par de semanas, el ministro portugués de Finanzas, Mario Centeno, anunciase que abandona el Gobierno luso. Accedió al cargo el 13 de enero de 2018, en sustitución de Dijsselbloem, por lo que su mandato expira el 13 de julio de 2020, en cuestión de semanas. ¿Ha llegado el momento de Nadia Calviño?

Diferentes fuentes consultadas, tanto europeas como españolas, aseguran que la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital es «la gran favorita» . No hay que olvidar que hace menos de un año, Calviño ya estuvo en la carrera por liderar el Fondo Monetario Internacional, aunque el Gobierno decidió retirar la candidatura para favorecer «el consenso europeo».

Ahora, todo puede ser diferente. Para Pedro Sánchez, además, todo son ventajas. Primero, porque no tiene que hacer una crisis de Gobierno, ya que el puesto se compaginaría con el de vicepresidenta tercera. Segundo, porque se colocaría la medalla de situar a una española en un cargo top de la UE. Y tercero, porque España necesita más que nunca la complicidad de Bruselas para afrontar la grave crisis que viene como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Los fondos comunitarios son vitales para cubrir el socavón en las cuentas del país y Sánchez lo ha fiado todo al maná europeo.

Así que teniendo de presidenta del Eurogrupo a su 'número tres' todo puede resultar mucho más sencillo... O no. Puede darse la situación a la inversa. Según las fuentes consultadas, a Bruselas también le puede resultar atractivo nombrar a Calviño, a «una de las suyas», para atar en corto a la cuarta potencia del euro y hacerlo, además, desde dentro. Qué mejor caballo de Troya. No hay que olvidar que Calviño es una respetadísima funcionaria comunitaria que ostentaba el cargo de directora general de Presupuestos cuando fue fichada por Pedro Sánchez. El jefe del Ejecutivo la eligió precisamente para eso, para lanzar un mensaje de tranquilidad y compromiso al club. Si lo hizo entonces gobernando en solitario, con más razón haciéndolo ahora con Unidas Podemos.