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EFE

Sánchez anuncia que busca ya fórmulas con el Rey para «adecuar» la Monarquía al siglo XXI

El presidente del Gobierno evita hablar de leyes pero apunta a medidas sobre transparencia y ejemplaridad

Martes, 29 de diciembre 2020

«Paso a paso; veremos cómo se va materializando». Pedro Sánchez evitó este lunes concretar las medidas sobre las que, según apuntó la vicepresidenta Carmen Calvo el lunes, viene hablando con Felipe VI para evitar que los escándalos que afectan a don Juan Carlos se lleven por delante la credibilidad de la Corona. Pero el presidente del Gobierno sí confirmó que entre los planes del monarca está adecuar la institución «a la España del siglo XXI» y anticipó una «renovación» vinculada a los pilares de «la transparencia, la rendición de cuentas y la ejemplaridad».

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En La Moncloa se estudian desde hace semanas las posibles respuestas jurídicas al daño reputacional infligido por las informaciones sobre blanqueo de dinero que salpican al antiguo Rey desde que hace año y medio trascendieron unas grabaciones realizadas por el excomisario José Manuel Villarejo a Corinna zu Sayn-Wittgenstein y, especialmente, desde que tanto la Fiscalía suiza como Anticorrupción en España decidieran abrir este año investigaciones sobre sus negocios. Pero el Gobierno considera que ha de quedar claro que la decisión final depende del propio Felipe VI. Sánchez, que compareció este lunes para hacer un balance del primer año de Gobierno de coalición, se limitó a apuntar que el Jefe del Estado contará con su «aplauso» y con su «apoyo».

El margen de maniobra del Rey es limitado porque llueve sobre mojado y ya ha gastado muchas balas. Al inicio de su reinado, cuando de lo que se trataba era de blindar la institución del escándalo del 'caso Noós' y alejarla de las sospechas provocadas por años de opacidad, ya prohibió a los miembros de la Familia Real los negocios privados, creó un reglamento que estableció qué tipo de regalos podrían aceptar, sometió las cuentas de la Casa del Rey a una auditoria externa de la Intervención General del Estado y, finalmente, retiró a la infanta Cristina el título de duquesa de Palma.

La posibilidad de que pudiera hacer algo similar y negar el título y los honores de Rey a don Juan Carlos -al que ya privó de la asignación de 200.000 euros anuales en marzo de este año- fue categóricamente desmentida tanto por Zarzuela como por Moncloa el pasado 11 de diciembre.

Sobre la mesa está la renuncia a la inviolabilidad del Jefe del Estado, pero es discutible que pueda abordarse sin una reforma constitucional que, además, sería de tipo agravado, es decir, exigiría disolución de las Cortes y elecciones y podría abrir la caja de Pandora.

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Sánchez no negó este lunes, por otro lado, como tampoco lo hizo Calvo el lunes, la posibilidad de redactar una ley orgánica que regule el funcionamiento de la Corona, un asunto muy discutido en la democracia, pero en principio los socialistas, al contrario que Unidas Podemos, no son partidarios tampoco de dar ese paso. De hacerlo estarían obligados a hacer frente común con el PP en contra de sus socios tanto en el Gobierno como en la Cámara baja. Hace pocos días el secretario general del grupo parlamentario, Rafael Simancas, adujo, de hecho, que la Corona «ya está perfectamente regulada» y que hay que «dejarla al margen de la controversia política».

La postura del PP la dejó clara el propio Casado. El Gobierno contará con el apoyo de su partido para aprobar una ley orgánica sobre la Corona, «siempre y cuando sea para reforzarla y continuar el reinado renovador de Felipe VI». El líder de los populares se mostró dispuesto a respaldar en el Congreso cualquier medida que sirva para fortalecer la institución frente a la campaña de «ataques y descrédito» de Unidas Podemos y los independentistas pero sin tocar la Carta Magna. No es el momento, dijo, «no hay interlocutores ni mayorías que lo aconsejen», y además cuando se abre una reforma constitucional «se sabe cómo se empieza pero no cómo se acaba».

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«La incompetencia»

En un balance de 2020, calificado como «horribilis», Casado alabó el reinado «ejemplar» de Felipe VI que, aseguró, ya está comprometido con la «transparencia» y con los «principios éticos», por lo que no ve necesario emprender una modificación legal, aunque reconoció que cualquier cambio que sirva para el reforzamiento de la Monarquía será «bienvenido». «Si el Ejecutivo considera que no debe haber un resquicio para las críticas de sus socios, estamos de acuerdo en estudiarlo», zanjó.

El problema, según el conservador, «no es la Monarquía, es el Gobierno, la división, la radicalidad y su incompetencia». Casado avisó a Sánchez de que no se puede estar a la vez «con los que defendemos la Monarquía y con los que la atacan».

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