Albert Rivera confirmó este jueves que las aguas no es que bajen revueltas en Ciudadanos, es que el peligro de tsunami cobra cada día más fuerza. La postura de Inés Arrimadas de negociar hasta el último momento los Presupuestos de Pedro Sánchez avalados ya por ... EH Bildu ha provocado una enorme convulsión en la familia liberal. «Veo todo lo que pasa y... ¡Ay por Dios! Menos mal que dimití, porque si tengo que aguantar todo esto es que tengo que ir escoltado pero frente a mis votantes. Uno puede ser flexible y laxo y tener cintura, pero tiene que tener dignidad. La dignidad en la vida, cuando la pierdes, no se recupera», zanjó durante un coloquio celebrado en Zaragoza.
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Rivera se mostró contundente respecto al devenir de la negociación de unas Cuentas que Ciudadanos se empeña en negociar frente a viento y marea. «Esto es peor de lo que advertimos», apostilló. Pese a la contundencia de su mensaje y viendo la marejada creada, salió en Twitter para negar que haya criticado a su sucesora. «Nunca he pronunciado públicamente, hoy tampoco, ni una palabra sobre las decisiones que toma la actual cúpula de Cs. Dejé la vida política para siempre. Y aunque tenga que ver falsos titulares como estos, no dejaré de opinar sobre lo que me apetezca, como cualquier otro ciudadano», recalcó.
¿Y qué dijo Arrimadas? «Yo estoy muy fuerte y muy tranquila porque estoy haciendo lo correcto» mientras «otros pensando en cuánta gente les va a votar cuando lleguen las próximas elecciones», recalcó.
Mano tendida sí, pero ni mucho menos un cheque en blanco. O eso se afanó en subrayar Arrimadas en su toma y daca con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. «No es necesario que el Ejecutivo tenga que soportar las humillaciones Otegi diciendo que decide el futuro de España», recalcó en referencia a la envolvente protagonizada por Pablo Iglesias y el coordinador general de EH Bildu para obligar ab Sánchez a sacar a Ciudadanos de la ecuación presupuestaria. Por ello, le pidió que escuchen al «sector moderado» del PSOE.
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En su opinión, una formación socialdemócrata tendría que considerar «antagónico» no al PP, sino al nacionalismo, que «es lo más de derechas y lo más retrógrado y sectario que existe», en vez de intentar justificar como «lógico» el pactar con Bildu.
Aunque Sánchez no estaba presente en el hemiciclo, Arrimadas se dirigió directamente a él para recalcar que «va a tener que elegir» si quiere pactar los Presupuestos con el binomio Bildu-ERC o si prefiere hacerlo con Ciudadanos. La primera opción, a su juicio, supone escoger «radicalidad económica y cacicadas nacionalistas», y la segunda representa «moderación económica e igualdad entre los españoles».
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«Se acabó el juego, ha llegado la hora de la verdad. Nuestra mano tendida es «seria, fiable y responsable. Y si no la coge, jamás podrán volver a decir que no lo hacen porque no tuvieron otra opción», subrayó.
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