Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, durante un encuentro celebrado en Waterloo. EP

Puigdemont ya está aquí

Hasta una Cataluña desinflamada puede propiciar que el independentismo protagonice unos cuantos meses de acceso febril

Jueves, 12 de enero 2023, 16:23

La resolución del juez Pablo Llarena, retirando la causa de sedición presente en la euroorden contra Carles Puigdemont, aun manteniendo la de malversación - que ha sido rebajada- cambia totalmente la situación del expresidente de la Generalitat huido también en cuanto a su inmunidad europea. E ... introduce un factor de imprevisibles consecuencias en la reordenación del mapa político catalán. Ello a la espera de que el Tribunal Supremo relea su sentencia del procés tras la reforma del Código Penal, y con la posibilidad de que Oriol Junqueras recupere plenamente sus derechos de participación política.

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Puigdemont ha sido considerada una figura políticamente amortizada antes de tiempo. Tanto los dirigentes de ERC como muchos responsables de Junts lo venían tratando así. Es verdad que quedó atrás la pretensión de vindicar su legitimidad como presidente de Catalunya exiliado primero, y como líder del Consejo por la República después. Pero las declaraciones de su abogado Gonzalo Boyé ayer, mostrándose seguro de que volverá pronto, han devuelto la inquietud a la política catalana y a los planes que venían manejando Pedro Sánchez en Madrid y Salvador Illa en Barcelona. Podría volver, ser detenido, puesto a disposición del Supremo y recuperar la libertad inmediatamente. Podría dilatar su estancia en Waterloo apurando las posibilidades de su victimismo ante las instituciones europeas. Es probable que opte por combinar ambas opciones.

Carles Puigdemont ya está aquí. Oriol Junqueras ya está aquí. La cumbre España-Francia del próximo jueves será el escenario en que se visualizarán, también, los efectos reales de la reforma penal. La pugna entre Junqueras y Puigdemont resta y multiplica a la vez. Resta sentido de comunión al independentismo. Pero multiplica su capacidad para recrear un universo paralelo al institucional. Con un resultado final: dificulta sobremanera que la supuesta moderación de ERC la lleve a apostar por una mayoría de gobierno alternativa a la alianza secesionista después de las próximas autonómicas catalanas. Puede que el PSC se consolide como primera fuerza. Pero la pugna entre Puigdemont y Junqueras acabará bloqueando ésta y la próxima legislatura en aquella Comunidad.

El Gobierno Sánchez se ha enrocado tanto en justificarse por desinflamar Cataluña que ha acabado olvidándose de que el independentismo ya se veía desnortado, desanimado, profundamente dividido antes de que iniciara su acción reformadora. El Gobierno ha tratado de labrar sobre terreno ganado previamente como si lo estuviera conquistando. Una épica que se está viniendo abajo, porque el independentismo se encuentra tan necesitado de reencontrarse con 2017 que interpreta las palabras de Cándido Conde-Pumpido sobre la inconstitucionalidad de la autodeterminación como señal de que está más cerca de su meta.

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