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El clima político en España, enrarecido hasta el extremo tras la concesión de los indultos a los líderes del 'procés', amenaza con convertir la XXIV ... Conferencia de Presidentes, que se celebrará la última semana de julio en Salamanca, en un polvorín. O, como mínimo, en un nuevo foco de tensión entre La Moncloa y las autonomías gobernadas por el PP, que ya han expresado en las últimas semanas su malestar por la escasa transparencia con que, a su juicio, ha gestionado el Gobierno el asunto estrella que se debatirá en el foro autonómico, el mecanismo de reparto de los fondos europeos.
Pedro Sánchez, que hasta ahora solo había dejado caer que pensaba convocar la Conferencia en julio para debatir sobre los objetivos del Plan de Recuperación, concretó ayer en la Ser la fecha de la cita -la última semana del mes- y el lugar. El gesto no parece baladí, porque el presidente acepta así el ofrecimiento que hizo en julio del año pasado uno de los barones moderados del PP, el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco, para reunir a los presidentes autonómicos en Salamanca. Lo hizo durante la última convocatoria presencial del formato en el monasterio riojano de Yuso, al que siguieron, el 4 de septiembre y el 26 de octubre, otras dos reuniones telemáticas del foro, la última con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Desde entonces, la Conferencia, que se convocó 14 veces entre marzo y junio del año pasado, ha quedado en barbecho al mismo ritmo que se agrietaba la cogobernanza. El final del estado de alarma y las reuniones del Consejo Interterritorial de Sanidad han sido un continuo foco de encontronazos entre Moncloa y las autonomías.
La paz tampoco parece garantizada ahora, máxime cuando el Gobierno, que solo logró sacar adelante el decreto de los fondos europeos en el Congreso gracias a un error de cálculo de Vox, no ha despejado las incertidumbres sobre los criterios de reparto y cuando además la ruptura total de Pablo Casado con Sánchez planea sobre la cita. De momento, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès -que se sentará a la mesa tras el último plantón de Torra en octubre-, ya ha pedido tener un «protagonismo claro» en la gestión del pastel europeo. Una reivindicación que comparten el Gobierno vasco y el PNV, y que amenaza con poner de uñas a las comunidades del PP, empezando por el Madrid de Ayuso.
Por lo pronto, y a pesar de que Lehendakaritza ha reclamado el regreso a la bilateralidad una vez se recupere la normalidad, todo apunta a que Iñigo Urkullu sí asistirá a la cita salmantina, igual que hizo con la de Yuso tras desbloquear 'in extremis' un acuerdo para ampliar el objetivo de déficit vasco. «Hemos ido a todas», recuerdan en el Gobierno vasco, que sin embargo esperará a recibir una convocatoria formal para pronunciarse. «Nos hemos enterado por la Prensa», lamentaron.
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