«Reconocer a Euskadi como nación no es un problema para el PSE, pero el derecho a decidir es una línea roja»

- ¿Quién manda más en Euskadi? ¿El vicelehendakari Mikel Torres o el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza?

- Indudablemente el secretario general del partido en Euskadi, no hay duda. Es nuestro referente político y tenemos muy diferenciadas nuestras responsabilidades. Yo estoy a su disposición para mi labor en el Gobierno.

- ¿Su papel consistirá en ejercer de contrapeso al PNV dentro del Consejo de Gobierno?

- Somos socios y se supone que tenemos una relación leal con un acuerdo de gobierno. Habrá muchos aspectos en los que tengamos diferencias y nos tocará ensamblarlo. Personalmente a mí me tocara limar esas desavenencias para alcanzar acuerdos.

- ¿No hay más remedio que elevar el tono para que el pez grande de la coalición no se coma al pequeño?

- No tanto elevar el tono, pero sí marcar las líneas claras porque somos dos partidos distintos. Muchas veces habrá confrontación, pero la disensión dará paso después al acuerdo.

- El nuevo Gobierno está rectificando decisiones del anterior, como el cierre de Cirugía Cardíaca en Basurto. ¿Es una asunción de errores?

- Cuando se corrige una decisión se hace porque creemos que es más beneficioso. En este caso, creo que es un paso positivo e intenta cerrar heridas que estaban abiertas.

- ¿La apuesta por los grandes acuerdos es una forma de neutralizar las recurrentes críticas por «pasar el rodillo»?

- El acuerdo va a ser una palabra fundamental para este Gobierno, sobre todo en los aspectos que más preocupan a la sociedad. Tenderemos la mano para llegar a grandes pactos y lo vamos a intentar hasta el final. Ahora bien, si no se logran habrá que tomar decisiones porque hay que seguir gobernando y tenemos mayoría absoluta para ello.

- Al menos hasta ahora parece que hay voluntad en la oposición. ¿Les cree o es una mera cuestión de cortesía inicial?

- Yo quiero creerles, pero muchas veces la voluntad no es suficiente y las actitudes cambian con la marcha de la legislatura. Veremos si se plasma en compromisos por ambas partes.

- Entre esos acuerdos se busca una reforma del Estatuto. ¿Qué debería cambiarse en ese texto según los socialistas?

- Los avances conseguidos en los últimos 40 años se deben plasmar en un nuevo Estatuto que sirva para blindar competencias y proyectos. Indudablemente va a haber aspectos que nos separen como siempre nos han separado, pero siempre deberán cumplir todos los requisitos legales y éticos, y contar con un apoyo mayoritario.

- ¿El PSE-EE está dispuesto a asumir el reconocimiento de Euskadi como nación?

- Eso está asumido en otros estatutos como el de Andalucía o la Comunidad Valenciana. Eso no es un problema para nosotros porque no son tanto las palabras como el contenido de ello.

- ¿Reconocer la nación implica también el derecho a la autodeterminación?

- No, es algo que no está reconocido en prácticamente ningún sitio. Es una línea roja que nosotros no contemplamos y a la sociedad no es algo que le preocupe. Sabemos que ahí encontraremos una oposición dura de EH Bildu y no sé si tanto del PNV, pero tenemos experiencias suficientes como la de Cataluña para ver hasta dónde nos llevan esos caminos.

- Pero 55 de los 75 parlamentarios (PNV, EH Bildu y Sumar) reivindican ese principio. ¿El PSE-EE ejerce un derecho de veto con sus 12 escaños?

- Nosotros no ejercemos ningún derecho de veto, ejercemos nuestra representación política con nuestro criterio. Esta cuestión se ha dejado fuera de la acción del Gobierno y tenemos libertad.

- Y en esa libertad mutua, ¿entendería que el PNV priorizara a EH Bildu (27 escaños) frente a ustedes?

- No lo entendería ni yo ni la sociedad vasca. Gobernamos juntos con un acuerdo, con un proyecto común y todo lo que se salga de ahí deberemos acordarlo, pero las decisiones unilaterales no serían bienvenidas.

- El PSE-EE ha asumido Justicia y deberá lidiar con los terceros grados a presos de ETA. ¿No será un quebradero de cabeza?

- A nosotros no nos asusta asumir ningún tipo de departamento. La política penitenciaria está muy bien reglamentada, está basada en el perdón, en el reconocimiento del daño causado y en la reinserción de las personas.

- También gestionarán las políticas de memoria y han prometido un cambio de rumbo. ¿El PNV no lo estaba haciendo bien?

- Lo que pasa es que muchas veces las prioridades son diferentes según quién esté al mando. Nosotros queremos poner el énfasis no sólo en las víctimas sino también en los victimarios y en el relato de lo que ha sucedido en este país. Es algo en lo que no se estaba trabajando tanto.

- Como consejero de Empleo, ¿cómo cree que se deben equilibrar los derechos laborales y los lingüísticos?

- Hay que equilibrarlos, sí, pero en ningún momento los derechos lingüísticos tienen que pasar por encima de los laborales. Hay que buscar políticas equilibradas con mucho diálogo y acuerdo. Vamos a emprender una nueva etapa en el que se van a ver los resultados.

- Hablemos un poco sobre política nacional. ¿Está la legislatura abocada al colapso?

- Está complicada, pero soy de los que cree que no va a llegar al colapso. Quienes más tienen que perder son precisamente los que muchas veces están tensando la cuerda. Creo que Junts debería hacer una reflexión sobre si están mejor con este Gobierno o con otro.

- En un año apenas se han podido aprobar la amnistía, los paquetes anticrisis y el uso de lenguas cooficiales en el Congreso. ¿Esto es sostenible?

- Es difícil porque, además, tenemos una oposición feroz por parte del PP. Lo bueno, y está probado, es que Sánchez tiene un proyecto de país muy claro que mira al largo plazo.

- ¿Teme que unas elecciones cambien las mayorías y el PNV se pueda ver tentado a apoyar a Alberto Núñez Feijóo?

- El PNV siempre ha sido un poco equidistante y ha apoyado a unos u otros en función del momento. Creo que le viene muy bien seguir al lado de Sánchez por la situación política que hay en Euskadi y la estabilidad de los acuerdos con el Partido Socialista.

- No sería la primera vez que el PNV apoya en Madrid al PP mientras gobierna con el PSE-EE en Euskadi. ¿Esto acarrearía consecuencias aquí?

- Eso habría que verlo a futuro. Cada momento político es diferente porque depende de las mayorías que salen de las elecciones. No tiene mucho sentido meternos en hipótesis.

- ¿Cree que el 'caso Begoña Gómez' es un ejemplo de 'lawfare'?

- Yo tengo mucho respeto a la Justicia y a sus decisiones y es la posición que siempre voy a mantener. Dicho esto, sí parece algo esperpéntico que un juez haga una instrucción a base de titulares de prensa y organizaciones ligadas a la ultraderecha cuando la UCO ha dicho que no hay nada. Es algo que no ayuda a que la sociedad confíe en la Justicia.

- Un socio de Sánchez como es el PNV, por boca de Aitor Esteban, ha advertido que «hay cosas que no se deben hacer» por muy legales que puedan ser.

- Por supuesto, cuando estás en política la legalidad y la ética son dos caminos que hay que seguir, pero no sé si en este caso la ética influye mucho. No creo que se haya hecho nada que no esa ético, pero es una opinión personal.

- ¿Ha sido ejemplar el comportamiento de la mujer de Sánchez al hacer negocios?

- Yo creo que es un comportamiento ejemplar en tanto en cuanto no ha habido ningún procedimiento que diga lo contrario. Reunirse con cualquier persona no creo que deba suponer abrir una línea de investigación si no hay pruebas evidentes de que se ha cometido una ilegalidad.