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Hay una fecha clave en la reciente trayectoria de España en la UE: 13 de julio de 2015. Aquella tarde, la cuarta potencia del euro se jugaba el deshacerse de un plumazo del doloso estigma que supuso el rescate financiero de 2012. Se trataba ... de hacerse con la presidencia del Eurogrupo, el consejo de ministros de Finanzas de los 19 países del euro. Se trataba, al fin y al cabo, de dar un puñetazo encima de la mesa y pasar en apenas tres años de 'rescatado' a 'presidente de los rescatadores'. Mariano Rajoy, que tras las elecciones de 2014 había evitado apostar fuerte en el reparto de sillones del club para fiarlo todo al Eurogrupo, se dio de bruces con la realidad. El peaje seguía. Perdió Luis de Guindos y ganó el holandés Jeröen Dijsselbloem. Conclusión: la cuarta potencia del euro seguiría fuera de la cúpula económica de la UE hasta que el 19 de febrero de 2018, el propio De Guindos fue elegido vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE).
El viejo sueño del Eurogrupo ha revivido con fuerza después de que hoy, el ministro portugués de Finanzas, Mario Centeno, haya anunciado que abandona el Gobierno luso. Centeno es el actual presidente del consejo de ministros del euro ya que este puesto, que se renueva cada dos años y medio, no es de dedicación plena, sino que se compagina con el trabajo nacional. Ahora se encuentra en su segundo mandato, que comenzó el 13 de enero de 2018, por lo que expira el 13 de julio de 2020, en cuestión de semanas. ¿Ha llegado el momento de Nadia Calviño?
Diferentes fuentes consultadas, tanto europeas como españoles, aseguran que se trata de una de las candidatas con «mejor preparación» y «más posibilidades» si finalmente presenta su candidatura. No hay que olvidar que hace menos de un año, la vicepresidenta tercera ya estuvo en la carrera por liderar el Fondo Monetario Internacional, aunque el Gobierno decidió retirar la candidatura para favorecer «el consenso europeo».
Ahora, todo puede ser diferente. Para Sánchez, además, todo son ventajas. Primero, porque no tiene que hacer una crisis de Gobierno porque el puesto se compaginaría el puesto con el de vicepresidenta tercera. Segundo, porque se colocaría la medalla de situar a una española en un cargo 'top' de la UE. Y tercero, porque España necesita más que nunca la complicidad de Bruselas para afrontar la grave crisis que viene como consecuencia de la pandemia. Los fondos comunitarios son vitales para cubrir el socavón en las cuentas del país y Sánchez lo ha fiado todo al maná europeo.
Así que teniendo de presidenta del Eurogrupo a su 'número tres' todo puede resultar mucho más sencillo... O no. Puede darse la situación a la inversa. Según las fuentes consultadas, a Bruselas también le puede resultar atractivo nombrar a Calviño, a una de las suyas, para atar en corto a la cuarta potencia del euro y hacerlo, además, desde dentro. Qué mejor caballo de Troya.
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