

«La pulsión del cambio generacional se decide en verano y Urkullu ha estado al tanto de todo»
Andoni Ortuzar | Presidente del EBB del PNV ·
«No voy a hacer ni un Biden ni un Otegi, está claro que estoy en la recta final de mi carrera política»Secciones
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Andoni Ortuzar | Presidente del EBB del PNV ·
«No voy a hacer ni un Biden ni un Otegi, está claro que estoy en la recta final de mi carrera política»Nada salió como estaba previsto. La exclusiva de EL CORREO desvelando que la dirección del EBB, con Andoni Ortuzar al frente, había comunicado en persona ... a Iñigo Urkullu que no sería el candidato del PNV a las elecciones después de tres legislaturas de mandato provocó tal convulsión, aún latente, que el Euzkadi buru batzar tuvo que reunirse de urgencia al día siguiente, un sábado, para decidir que el diputado foral Imanol Pradales era el elegido. Todo se precipitó para minimizar daños. ¿Qué pasó? Al habla Ortuzar.
- «Ha sido un claro aviso y tomamos nota de cara al futuro». La frase la pronunció la noche del 28-M tras perder 85.000 votos. ¿Ahí comenzó a escribirse el principio del fin de la era Urkullu?
- No necesariamente. Es verdad que la noche del 28 recibimos un aldabonazo, pero no porque el desgaste de una institución se proyectara por todo el país. Era una reflexión un poquito más a vista de pájaro. Lo que ha sucedido ahora en el PNV es lo normal, lo que tenía que suceder, otra cosa es el cómo. ¿Cuántos lehendakaris han estado más de doce años? Es verdad que Ardanza estuvo un poquito más, pero lo normal son tres legislaturas y el PNV es más de dos que de tres.
- ¿Y cuándo decidieron prescindir de él?
- No prescindimos, ese es un verbo injusto y que en la política del PNV no existe. Urkullu forma parte del acervo del PNV y lo va a seguir haciendo. Reivindicamos sus doce años de política. Ha sido un grandísimo lehendakari y vamos a partir de la base de su legado, pero ahora toca un nuevo tiempo y nuevas personas porque necesitamos otro ciclo de doce años, de ahí la propuesta de Imanol Pradales. La vara de medir no es la misma. Cuando el resto de partidos toma decisiones es cambio y regeneración, y cuando lo hace el PNV es prescindir.
- ¿Pero cuándo lo decidieron?
- El EBB comenzó el análisis en sus reuniones de finales de julio y finales de agosto, aunque también es verdad que había un elefante, las elecciones españolas, que no dejaba ver con total claridad el panorama. Pero la pulsión de un cambio generacional estaba clara para hacer frente a una nueva etapa. A partir de ahí elaboramos un retrato robot de cuál era el perfil idóneo y se apostó, finalmente, por Pradales.
- ¿Urkullu participó en esas reflexiones?
- El lehendakari ha estado al tanto de esta situación todo el tiempo.
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- Y, si sabía que había llegado el momento del cambio generacional, ¿por qué ha asumido un rol de candidato todos estos meses? ¿Ha sido un pulso al partido?
- Ni él ni yo coincidimos con esa lectura. Lo que ha hecho es ser lehendakari y ejercer su actividad política. El lehendakari ha venido como una moto todos los septiembres durante los años que ha sido lehendakari. Me da la sensación de que alguien ha escrito una teoría, la de que Urkullu iba a seguir sí o sí, y ahora la quiere confirmar.
- ¿Quién?
- Desde luego no ha sido el PNV y creo que el lehendakari tampoco.
- Pero si es una reflexión compartida desde hace meses, ¿por qué usted le tiene que comunicar en persona que no repite?
- No, no, no. Yo le comuniqué la reflexión que habíamos hecho en la mesa del EBB y que íbamos a una sucesión ordenada con un cambio justificado apostando por una persona con unos años menos para que pueda tener una carrera política de dos o tres legislaturas en las que el partido se reposicione política y socialmente. ¡Si es lo que hacemos siempre!
- La clave, sobre todo hablando de un lehendakari, es si esa persona a la que hay que relevar quiere seguir o no, y Urkullu ha evidenciado que quería.
- Ese no es un detalle relevante a la hora del análisis del partido. No se trata de hacer un examen y si uno lo pasa sigue o no. Nosotros estamos muy contentos con la gestión de Urkullu y la defendemos. La cuestión es cómo enlazamos esa gestión con una nueva generación de personas.
- Insiste en defender que lo que se ha hecho es lo normal, que el problema ha sido el cómo. ¿Las formas han sido las mejores?
- Las del PNV sí.
- La decisión del EBB ha generado cuando menos sorpresa y cierto malestar entre las bases.
- La decisión no, la manera de conocerla.
- Pero hay gente que quiere que siga Urkullu.
- Eso van a tener ocasión de decirlo en sus asambleas.
- ¿Teme que Pradales no cuente con un apoyo abrumador o que incluso se proponga como candidato a Urkullu evidenciando una imagen de división?
- Yo de las bases nunca temo nada. Lo que hay que hacer es respetar lo que decidan, son las que mandan. Cada uno tiene su papel. El EBB hace su propuesta y las bases tienen dos opciones: adherirse o hacer otra.
- ¿Y si sale el nombre de Iñigo Urkullu?
- Si lo dicen las bases, las bases lo dirán. Yo de las bases, insisto, no temo nada.
- Muchos daban por hecho que la nueva candidata sería una mujer. ¿Esta opción estuvo encima de la mesa?
- Es que aquí todo el mundo habla, sobre el PNV especula todo el mundo, pero es que la decisión la toma el EBB. Soy periodista y me parece mucho más llamativo cómo Bildu está haciendo su proceso interno y la falta de respeto a su gente. Ahí nadie mete el morro. Y el PNV, que está haciendo lo normal, está en el ojo del huracán y se le pone la lupa con intención de achicharrarle. Lo que ha hecho el PNV es lo normal, sólo ha habido una cosa diferente, que es la interferencia de una filtración.
- De una noticia desvelando sus planes.
- De una noticia originada por una filtración en la que el PNV no ha tenido nada que ver.
- ¿El «retrato robot» generacional para la Lehendakaritza es extrapolable a la dirección del PNV?
- Son dos planos muy diferentes. En este caso, son las bases las que deben proponer candidatos y no temo lo que digan. Es democráticamente necesario que quien está no pueda proponerse. Yo no voy a hacer un Otegi.
- ¿La marcha de Urkullu es la antesala de la salida de Andoni Ortuzar?
- Si la gente lo quiere pues por supuestísimo, pero eso es algo que no depende de mí.
- Si usted dice 'mi ciclo ha terminado' se acabó el debate.
- Los cargos internos, disciplinariamente, son obligatorios. Ni quiero escaparme ni quiero aferrarme en el cargo, pero está claro que estoy en la recta final de mi carrera política. Ni quiero hacer un Otegi ni tampoco un Biden. Hay que ver esto con mucha más naturalidad. Somos una casa seria, somos disciplinados y seguiremos siéndolo. El partido manda.
- Hablaba antes de los lehendakaris anteriores. Históricamente no han terminado muy bien con Sabin Etxea. ¿Con Urkullu ha vuelto a suceder?
- No. Bueno, esa pregunta debería responderla él, pero no. Nos conocemos desde hace tanto que estoy seguro de que esta situación no va a mermar su compromiso con el PNV y sé que va a estar a disposición del partido para lo que necesite, como ha estado toda la vida. Llevamos militando desde los pantalones cortos.
- Más frases. En junio, aseguró que «hay una parte de la sociedad que está mandando un mensaje de cabreo al poder. Toca rectificar». ¿El Gobierno de Urkullu, por crisis como la de Osakidetza, ha pagado los platos rotos?
- Todos los gobiernos de toda la Europa democrática están pagando los platos rotos del cabreo social. El poder, en todas las instituciones y en todos los países, ha desgastado a quien lo ostenta. Lo hemos visto con ERC en la Generalitat, con el PSOE en las comunidades autónomas y también con el PNV. Sí, el PNV, porque el desgaste es de la sigla.
- También aseguró que «para volver a conectar con la gente debemos ser más humildes y humanos». ¿Qué han hecho estos últimos meses para serlo?
- Primero decirlo y hacer autocrítica, que no es poco y en política no es lo normal. Ya veníamos percibiendo ciertas tendencias. La pandemia nos hizo perder 'punch' social y el partido está abriéndose mucho más a las organizaciones municipales, tenemos que estar más cerca de la gente.
- Ya sé que va a decirme que eso lo decide el lehendakari, ¿pero cuándo quiere usted que sean las elecciones autonómicas, en marzo o en junio?
- Cuando diga el lehendakari.
- Pero tendrá una opinión.
- Siempre que le ha tocado decidir lo ha hecho muy bien y estoy seguro de que antes de tomar una decisión consultará. Pero también sé que quiere terminar bien su trabajo y tenemos que darle esa oportunidad. El PNV no puede tener ansiedad por tomar decisiones que además no le corresponden.
- Como usted mismo ha remarcado, en el EBB está el lehendakari y todas sus reflexiones son conjuntas. ¿De verdad que no hablan de un tema tan crucial?
- Cuando nos pida opinión se la daremos. Todavía no ha llegado ese momento. Lo que ha dicho es que necesita un tiempo para sacar leyes potolas, muy importantes, que hay que aprobar.
- ¿El objetivo es competir con Bildu o por erigirse en la sigla refugio de un voto más moderado?
- Nuestro objetivo es mantener claramente la primacía política en Euskadi, en votos y en escaños. Nuestro objetivo es volver a conectar con la gente que nos dejó de votar el 28-M. No tenemos una zona de fricción con Bildu. El debate de quién es más abertzale ya no es la clave por expreso deseo de Bildu. Hay gente que ha dejado de votarnos porque no le ha gustado lo que hemos hecho pero no ha votado a otro partido. Debemos trabajar para reenamorar a esa gente.
- Suena muy bien, ¿pero cómo se hace?
- Con nuevas propuestas, con nuevas formas de comunicación y con nuevas personas.
- La izquierda abertzale está muy 'crecida' y se ve ganadora...
- Hablaremos la noche de las elecciones...
- Eneko Andueza asegura que el modelo del PNV está «agotado».
- (Sonríe). Ahora mismo se cambiaba por mi papel e incluso por un poquito menos, por estar al frente de este modelo agotado.
- Pese a todo, ¿confía en seguir pactando con ellos?
- Sí, hombre. Yo creo que hay una pose excesiva e incluso errónea en esta actitud. No puedes ser socio del PNV 350 días y los 15 de campaña electoral ser el enemigo. El PNV tiene mucha paciencia y sabe relativizar estas bravuconadillas, pero ya vale.
- Feijóo ha tocado a rebato contra el PNV y cree que con Javier de Andrés pueden quitarle bastantes votos porque el PP, dicen, ya es el único partido de centroderecha en Euskadi... Usted dirá.
- Yo creo que es la única opción de derecha pura española que hay en Euskadi, en un pequeño litigio con Vox. Si Feijóo dedicara cinco minutos a ver los resultados del 23 de julio se daría cuenta de que en Euskadi el problema no lo tiene el PNV, sino él. Que venga con todo lo que quiera contra el PNV, nos va a hacer más grandes.
- Decía que es la única opción de «derecha pura española»... ¿Y hay alguna opción que defienda una 'derecha pura vasca'?
- El PNV es un partido equilibrado, progresista. Es que el eje izquierda-derecha ya está superado y sólo funciona en España. La sociedad vasca no está polarizada. Todos los vascos llevamos un izquierdista de corazón y un conservador de bolsillo. Todos y todas. Desde el PP a Podemos. Si queremos mantener el alto nivel de vida y los servicios públicos de calidad que tenemos en Euskadi hace falta recursos para ello. Este es el talón de Aquiles de la mentalidad 'happy flower' de Bildu y Podemos. No son capaces de generar la suficiente riqueza para poder repartirla bien.
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