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El intrincado camino hacia la gobernabilidad en España se adentra en una fase decisiva pero, a la vez, repleta de incógnitas. El Rey comienza hoy la ronda de consultas con los partidos políticos en medio de la disputa entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, ... que luchan por ser el primero en acudir a una sesión de investidura incierta ante la falta de apoyos necesarios en ambos casos. El líder del PP se siente legitimado por haber sido el más votado en las urnas, pero el presidente del Gobierno en funciones cuenta con más aliados potenciales y está dispuesto a explorar, bajo un total hermetismo, la vía de Junts. ¿Cómo? Tratando de contentarles con un alivio penal para los condenados por el 'procés', aunque sin denominarlo amnistía.
El PSOE está convencido de que la reelección de Sánchez «se puede conseguir», según admitió abiertamente ayer Félix Bolaños, ministro de la Presidencia en funciones, en un acto de entrega de los restos de varias víctimas de la Guerra Civil a sus familiares. Ferraz esgrime la fotografía del pasado jueves, cuando la socialista Francina Armengol recabó 178 votos para convertirse en presidenta del Congreso sin necesidad de una segunda ronda, como ejemplo del escenario aritmético que puede calcarse en la investidura. La votación de la Mesa reflejó, según insistió Bolaños, «lo que es la mayoría que hay en el Congreso, lo que votaron los españoles».
Los socialistas buscan replicar ese triunfo haciendo valer la misma estrategia: discreción y hermetismo absoluto sobre el contenido de unas negociaciones que se prevén más duras que nunca. Fue el propio Bolaños, escudero de Sánchez y a la cabeza de todas las conversaciones, el que decretó el apagón informativo a principios de la semana pasada, cuando Junts comenzó a presentar síntomas de acuerdo y emprendió su giro hacia el 'sí' a Armengol a cambio de «hechos comprobables». El alcance del acuerdo -con el uso de lenguas cooficiales en el Congreso y la apertura de dos comisiones de investigación- no se conoció hasta apenas unos minutos antes del pleno en el que se constituyeron las Cortes.
El problema ahora para el PSOE es que tanto ERC como, sobre todo, Junts han puesto el contador a cero y están elevando el listón en un escenario de máxima igualdad. Tras empatar a escaños en las generales, ambos quieren apretar el acelerador soberanista para contentar a su electorado, máxime cuando Cataluña deberá celebrar elecciones autonómicas en año y medio como mucho. Y, ante la oportunidad de ejercer influencia que les ha otorgado la endiablada aritmética del Congreso, pretenden exprimir a Sánchez con una exigencia maximalista como la amnistía a los condenados por el referéndum del 1-O.
El debate incomoda entre las filas socialistas, conscientes de su complicado encaje constitucional. Sin embargo, asumen que habrá que buscar fórmulas jurídicas alternativas para poder convencer a Junts, controlado a distancia desde Waterloo por un potencial beneficiado de ese alivio penal como Carles Puigdemont. La amnistía, en todo caso, está fuera del diccionario de Ferraz. «La política del Gobierno de España en relación con Cataluña es clara y conocida. Es diálogo y convivencia dentro de la ley, dentro de la Constitución», estableció ayer Bolaños. «A partir de ahí -agregó-, claro que se va a hablar y a conseguir que España siga avanzando con una mayoría, que es lo que han decidido las urnas».
Los socialistas asumen que hay que ofrecer un alivio penal para atraer a los de Puigdemont
Gamarra critica los pactos con quienes «atacaron al Estado a cambio de aferrarse al poder»
Bolaños ve «ridículo» el «empeño» de Feijóo por acudir a la votación y lo compara con Tamames
No hay prisa en un PSOE donde son conscientes de que el Rey puede designar primero a Feijóo para afrontar una investidura sin visos de éxito al contar, como mucho, con Vox, UPN y Coalición Canaria. Él, desde luego, está dispuesto. Ayer mismo Cuca Gamarra insistió en su legitimidad como líder de la candidatura más apoyada. La secretaria general del PP reafirmó su compromiso con «45 años de tradición democrática en los que siempre ha gobernado el partido con más votos obtenidos en las urnas». Además, la 'número dos' de los populares puso en cuestión los acuerdos que pueda alcanzar Sánchez con el independentismo catalán y le urgió a «aclarar a los españoles si va a amnistiar a todos aquellos que atacaron al Estado a cambio de aferrarse al poder».
Al otro lado, en Ferraz consideran que una investidura fallida del líder gallego sería «una pérdida de tiempo» para la sociedad. Bolaños llegó a tachar ayer de «ridículo» el «empeño» de Feijóo por acudir a una sesión en el Congreso que «tanto va a recordar», comparó, a la moción de censura presentada por Vox en marzo con el economista Ramón Tamames como candidato. «No hay duda. Claramente se conoce de antemano que el resultado va a ser un fracaso», remachó el ministro de la Presidencia en funciones.
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