Las propuestas de PP y Sumar reducen el margen para acordar las Cuentas vascas

El consejero de Hacienda y Finanzas, Nöel d'Anjou, inició en las dependencias de Lakua una ronda de reuniones con todos los grupos de la oposición salvo Vox, excluido de toda cortesía institucional. Acompañado de parte de su equipo y de una representante de cada uno de los partidos que sostienen el Ejecutivo autonómico (Alaitz Zabala por el PNV y Susana Corcuera por el PSE-EE), presentó a las delegaciones de PP y Sumar un proyecto valorado en 15.728 millones de euros, un 4,7% más que en el presente ejercicio. Se trató, sobre todo, de una primera toma de contacto para tantear el terreno sin bajar demasiado a lo concreto.

Sendas reuniones sirvieron para dar paso ahora ese ritual negociador en el que todos evitan dar un portazo precipitado para no aparecer como el malo de la película. Pero la ruptura, sea de una forma u otra, se ve venir desde ya. En el caso del PP, Javier de Andrés trató de mantener viva la llama del diálogo pero dejó claro que su formación no respaldará las Cuentas si no se producen «cambios sustanciales» en las partidas de dos departamentos prioritarios: 128 millones de euros más para Salud y 49 más para Seguridad. Los populares diagnostican que los incrementos presupuestados, inferiores a la subida media del proyecto, no servirán para cumplir con los compromisos anunciados.

«No nos vamos a ver cómodos en unos Presupuestos en los que dos departamentos de los más importantes crecen incluso menos que la media», señaló De Andrés, quien asumió que su planteamiento obligaría a realizar «ajustes» en otras partidas. Fue precisamente eso lo que le trasladó D'Anjou desde el otro lado de la mesa. «No hubo respuesta», explicaron fuentes del Departamento de Hacienda, que en todo caso mostraron su disposición a analizar la propuesta y plantear una contraoferta en una próxima reunión con los populares.

El Gobierno vasco también se muestra abierto a una segunda cita con Sumar, aunque espera a recibir a lo largo de esta semana alguna propuesta concreta a lo largo de la semana porque ayer «no hizo ninguna». Jon Hernández, único parlamentario de la coalición de izquierdas, explicó que presentarán medidas sobre vivienda, Osakidetza, educación pública y transportes, pero también exigirán «cambios políticos». En todo caso, no ocultó su postura reacia a unos Presupuestos «viejos» e incluso amagó con una enmienda a la totalidad. El plazo para registrarla acaba el 28 de noviembre.

El consejero D'Anjou recibirá esta tarde a la delegación de EH Bildu, con la que cerrará esta primera ronda. La coalición soberanista lleva semanas mostrando su disposición a cerrar un acuerdo presupuestario que no sólo implicaría al Gobierno vasco sino también a las tres diputaciones forales. Sin embargo, PNV y PSE-EE han ido enfriando las posibilidades hasta el punto de que la formación de Arnaldo Otegi ya evidencia en público el «escaso margen de maniobra» con el que afronta la negociación.

La izquierda abertzale lamenta que los socios de gobierno no hayan plasmado en los números «los saltos que plantean con su retórica». «Hablan de echarse el país a las espaldas y arriesgarse, pero el margen que otorgan es muy escaso», lamentó ayer el líder de la oposición, Pello Otxandiano, en una entrevista en la radio pública vasca.