El proceso contra los exjefes de ETA puede poner en aprietos a la izquierda abertzale

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Melchor Sáiz-Pardo

El ejemplo más claro es el de Vicente Goikoetxea, 'Willy'. Durante años fue el lugarteniente de Mikel Albisu, 'Antza', al frente del 'aparato político' de la banda. Según las fuerzas de seguridad, fue uno de los encapuchados que leyó en la BBC la declaración de tregua de Lizarra. Detenido en 2001, salió de prisión en 2008. A partir de ahí ocupó varios puestos de responsabilidad en las direcciones de EH Bildu y Sortu.

Hasta hace no mucho era el director de formación de la coalición soberanista y fue uno de los principales dirigentes en Navarra del partido liderado por Arkaitz Rodríguez. Aunque ahora ha pasado a un segundo plano, fue uno de los interlocutores de Uxue Barkos para que Bildu apoyara el gobierno de Geroa Bai en 2015.

Sin cargo interno, se ha demostrado que también tiene un importante ascendente en la izquierda abertzale 'Mikel Antza'. La cúpula de Sortu le arropó en enero cuando fue a declarar ante el juez por el asesinato de Gregorio Ordóñez. De los otros procesados, cuatro están en prisión y tres en libertad.