«Lo que antes era paz por presos ahora es 'ongi etorris' por presos. Suena a broma»
Carmen Gisasola | Ex presa de ETA ·
Critica la línea oficial de la izquierda abertzale por mantener la «épica» terrorista y no reconocer el daño causadoSecciones
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Carmen Gisasola | Ex presa de ETA ·
Critica la línea oficial de la izquierda abertzale por mantener la «épica» terrorista y no reconocer el daño causadoa. GONZÁLEZ EGAÑA / lourdes pérez
Sábado, 17 de agosto 2019, 08:21
Carmen Gisasola (Markina, 1958) fue excarcelada definitivamente en noviembre de 2014 tras cumplir 24 años de prisión por los asesinatos cometidos durante su militancia en ETA. Como Gisasola, exreclusa disidente de la banda terrorista acogida a la 'vía Nanclares', mañana saldrá definitivamente de la cárcel ... Rafael Caride Simón, uno de los autores de la masacre de Hipercor, que pidió perdón a sus víctimas.
- ¿Qué significa la salida de Caride Simón?
- En realidad lleva ya dos años en libertad condicional, viviendo en su casa, y solo iba a la cárcel a firmar una vez por semana. Así que lo hará por última vez y habrá terminado de cumplir la condena.
- ¿Qué balance hace de lo que ha significado la 'vía Nanclares', a la que usted fue una de los primeros en acogerse?
- Muy positivo por lo que significaba, con ETA aún activa. Principalmente, queríamos incidir en la necesaria desaparición de ETA. Luego, en los pasos a dar dentro de la legislación penitenciaria y que estaban prohibidos dentro del colectivo, como solicitar cambios de cárcel, cambio de grado, permisos de salida o el tercer grado. Abrimos un camino.
- ¿Para qué ha servido desde que comenzó en 2009?
- Permitía una aplicación más adecuada de las posibilidades legales y sirvió para facilitar contactos y encuentros que solicitábamos con diferentes agentes políticos y sociales. También para ver que desde la cárcel se podía aportar de otra manera, desde la libertad individual. Entre otras cosas, nos sirvió para plantear desde nuestra propia experiencia en ETA la reflexión crítica del pasado como algo imprescindible para el futuro de nuestra sociedad.
- ¿Podía haber tenido más potencialidades de las que ha tenido? Se han acogido a ella una treintena de presos de entre los centenares que ha habido y hay en las cárceles españolas y francesas.
- Sí, pero era una situación complicada. Tanto el PP como Sortu estaban en contra. Diez años después, el PP sigue igual, pero no esperábamos otra cosa. Lo penoso es que Sortu haya pasado este tiempo agotando sus cantinelas de salidas negociadas, alimentando unas esperanzas que desde la ruptura del proceso de Loiola sabía que eran irreales. Y ahora les dicen a los presos que no hay otra, que se busquen la vida. Por lo que nos comentan en la calle, para la gente normal, parece absurdo y no entienden que para un preso sea difícil salirse de la línea oficial. Que sea más cómodo, más llevadero para él o ella y para su entorno familiar no tener problemas.
- ¿Cuánto proselitismo social han podido hacer en el mundo de los reclusos de ETA?
- Lo que nos propusimos fue hacer lo que pensábamos que había que hacer, empezando por la reflexión crítica, ética y nuestra responsabilidad ante las víctimas. Todo eso claro que influyó entre los presos del colectivo y en que ahora también se planteen dar pasos en ese sentido. También nos propusimos abrir las posibilidades que nosotros mismos nos cerrábamos. Poder trabajar en el economato, en la cocina, en los talleres o en la biblioteca de la cárcel y ayudar con ello a la carga económica que suponíamos para nuestras familias, a la vez que reducíamos la pena. Que se viera que podíamos salir de permiso. Ahora parece evidente, y lo solicitan los del colectivo, pero antes era un tabú que hasta te situaba como enemigo.
- ¿Cuáles son sus relaciones con la izquierda abertzale oficial?
- Hubo una reunión y se habló de estos temas, pero no merece la pena. Siguen priorizando el mantener la épica de ETA y seguir haciendo funambulismo en las declaraciones sobre la parte ética. En lo que respecta a nosotros, y a pesar de que han terminado por asumir lo que planteábamos -la desaparición de ETA, las vías legales- son aún incapaces de reconocer el daño que trataban de hacernos manipulando, insultando y poniéndonos a los pies de los burros. ¿Qué relación se puede mantener?
- ¿Debería haber una renovación generacional, empezando por Arnaldo Otegi?
- No me sorprende que los mismos que llevaron a la derrota a todo lo que fue ETA, con los presos abandonados en las cárceles, sigan controlándolo todo. Porque no es tanto una cuestión de renovación generacional, es sobre todo el problema de la mentalidad totalitaria con la que durante tantos años se ha funcionado y que aún no se ha superado.
La posición del EPPK
- ¿Cómo es su vivencia y la de otros ex presos de Nanclares en sus pueblos? ¿Les reconocen? ¿Les tratan?
- En general, con normalidad. En mi pueblo son solo media docena de forofas de la lucha armada las que no me saludan. Pero decir, no me dicen nada. ¿Qué me van a decir si se han pasado 40 años evitando entrar en ETA? 40 años calentando la cabeza de los demás y evitando implicarse ellas mismas. Lo peor de esas actitudes, marginales en nuestros pueblos, y hasta en lo que hoy es EH Bildu, es que son el sustento de esa decisión de no poner en cuestión la épica de ETA. A pesar del costo que ello tiene a nivel político, de convivencia y en especial para los presos que lo pagan en muchos más años de más de cárcel.
- ¿Qué contacto tienen con víctimas del terrorismo?
- He seguido en contacto con varias y he conocido otras. También he participado en varios encuentros, en algunos debates. Y me he encontrado con muchas personas que han sufrido en sus pueblos el acoso social por disentir y no callarse. Gente que nos cuenta lo crueles que han sido muchos que utilizaban el paraguas de ETA para amargarles la vida con amenazas, pintadas, carteles, insultos por la calle… Y de esto también hay que hablar.
- ¿Considera que celebrar un homenaje público a un preso de ETA ofende a las víctimas?
- No solo afecta a las víctimas, creo que en general no se ve bien que se haga de esa manera. Como no se vio bien el acto de solidaridad que los responsables del GAL realizaron ante la puerta de la cárcel de Guadalajara. De hecho han salido otros presos, dirigentes de ETA, que no han querido que se les haga un acto de ese tipo.
- ¿Hay que acabar con los 'ongi etorris' de alguna manera? ¿De cuál?
- No es una cuestión de legalidad, es una cuestión de ética. Todo el mundo sabe lo que se está transmitiendo en ese tipo de actos, la gente no es tonta. Lo que me sorprende es que luego algunos propongan que se podrían replantear esos 'ongi etorris' dentro de un acuerdo global que incluyera la situación de los presos. O sea, lo que antes era 'paz por presos', 'armas por presos', ahora es 'ongi etorris por presos'. Suena a broma pero así lo plantean.
- A ustedes no les fue nadie a recibir.
- Dicho así, suena a falta de apoyo y no es eso. En mi caso, cuando salí con el primer permiso vinieron familiares y amigos a buscarme y en el pueblo me estaba esperando mucha gente. Fue un acto de apoyo ante las presiones y el boicot de otros. Pero en general hemos optado por salir discretamente y reunirnos luego con familiares y amigos. Después ya te vas encontrando con la gente de manera normal.
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