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david guadilla
Lunes, 29 de noviembre 2021
«En lo sucesivo, solo queremos recibimientos en un espacio privado entre allegados». El Colectivo de Presos de ETA hizo este lunes un llamamiento expreso para que los 'ongi etorris' se celebren de forma «discreta». El EPPK reconoce que los homenajes públicos que se han ... ido produciendo a lo largo de los últimos años han generado «dolor» a las víctimas y que «nuestro deseo es aliviar todo sufrimiento y abrir nuevas opciones, ir sanando heridas y fortalecer la convivencia entre la ciudadanía vasca».
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El comunicado, hecho público por 'Gara', supone un gesto inédito. A pesar de que su cifra se ha ido reduciendo de forma notable en los últimos tiempos, seguían en el centro del debate político. El PP ha planteado una reforma legal para perseguir estos actos. La Audiencia Nacional considera que no suponen enaltecimiento del terrorismo desde la desaparición de ETA y la vía de «la humillación a las víctimas» no ha tenido recorrido legal.
Su desaparición era una de las principales exigencias que también el Gobierno de Pedro Sánchez y los socialistas en general habían planteado a la izquierda abertzale. Su realización complicaba al máximo el relato del PSOE de que EH Bildu y la izquierda abertzale son un agente político más con el que se puede pactar sin problemas. Si la 'orden' del EPPK se cumple, ese obstáculo desaparece. Y lo hace en un momento en el que Bildu se ha convertido en uno de los principales socios de La Moncloa y después de que Arnaldo Otegi confesase que el principal motivo por el que se apoya a Sánchez es para aliviar la situación de los presos de ETA.
La polémica se reavivó el pasado verano. Aunque desde Sortu se venía insistiendo en que se estaban poniendo todas las medidas para evitar este tipo de actos, la realidad es que seguían produciéndose de forma esporádica y en algunos casos, además, eran espoleados por la propia izquierda abertzale.
El mejor ejemplo de esas contradicciones se vivió en agosto con el recibimiento en el barrio bilbaíno de Santutxu a Agustín Almaraz, condenado por cuatro asesinatos y que acababa de salir de la prisión de Basauri tras pasar 26 años encarcelado. Cientos de personas le hicieron un pasillo entre ikurriñas y aplausos. Sortu no solo no se desmarcó, sino que lo apoyó y en un duro comunicado calificaba de «enemigos de la paz» a quienes habían criticado el homenaje.
De forma privada, la izquierda abertzale recalcaba que se trataba de excepciones y que se había hecho pedagogía interna, pero que no se podían tener controlados todos los barrios y pueblos de Euskadi. Y aseguraba que el apoyo cerrado una vez que se habían celebrado era inevitable para evitar crisis internas. Pero esas reflexiones no se hacían públicas. Hasta este lunes.
El texto del colectivo de presos supone un giro total a esa estrategia. «Por medio de este comunicado, EPPK traslada a nuestros familiares, amigos y compañeros, y a la sociedad vasca, que desea que los recibimientos que se nos hacen al salir a la calle se produzcan de modo privado y discreto, siguiendo el camino emprendido en general en estos últimos meses», señala un texto que será publicado hoy de manera íntegra. Se trata de la principal reivindicación de los colectivos de víctimas.
El colectivo de presos carga contra quienes, a su juicio, «quieren impedir la paz y sabotear cada paso adelante desde entonces, buscando la venganza». Pero reconoce que «más allá de ello, hay personas que han expresado honestamente que sienten dolor con los 'ongi etorris' públicos». Según su reflexión, las víctimas del terrorismo «son personas damnificadas a consecuencia de las acciones de nuestra militancia del pasado y comprendemos que puedan sentirse dolidas».
«Aun aceptando que la persona presa que sale a la calle tras largos años y condiciones durísimas en prisión tiene derecho a recibir el abrazo de sus allegados, (esas víctimas) han expresado que los actos públicos de recibimiento les provocan dolor. Decimos con claridad que nuestro deseo es aliviar todo sufrimiento y abrir nuevas opciones, ir sanando heridas y fortalecer la convivencia entre la ciudadanía vasca».
El EPPK sostiene que a esa reflexión se ha llegado tras consultar a todos los presos que cumplen condena en España y Francia. En estos momentos son alrededor de 200 personas. Las reacciones no se hicieron esperar. Por ejemplo, el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, habló de «paso en la buena dirección».
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