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Pello Otxandiano tendrá hoy, a las 9.30 horas, la reunión que tantas semanas venía reclamando. El líder de EH Bildu en el Parlamento vasco y esperanza blanca de la coalición abertzale para llegar a la Lehendakaritza a medio plazo visitará Ajuria Enea para cerrar ... la ronda de encuentros protocolarios que el lehendakari Imanol Pradales viene celebrando con los líderes de todas las formaciones políticas con representación parlamentaria excepto Vox.
Es el pistoletazo oficial de una legislatura clave para medir el pulso entre un PNV en horas bajas por el desgaste que supone gobernar y una EH Bildu en su momento más dulce precisamente por todo lo contrario. Sin embargo, los jeltzales lograron superar el 'match ball' de las pasadas elecciones autonómicas -los de Arnaldo Otegi acariciaron una victoria que perdieron en la recta final de la campaña- y su gran objetivo, ahora, es intentar que estos tres años se le hagan muy largos a la izquierda abertzale aprovechando su mayoría absoluta con el PSE y exprimiendo al máximo el boletín oficial a golpe de medidas y gestión.
¿Por qué tres años si la legislatura vasca durará hasta mediados de 2028? Porque 2027 es el año de referencia de la política vasca al celebrarse elecciones municipales y forales. Todo ello, claro, condicionado por una política española que mira al avispero catalán para intentar intuir cuánto durará la legislatura -lo decidirá Carles Puigdemont- por mucho que el Gobierno insista en asegurar que quedan «tres años de políticas progresistas».
A la enorme inestabilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha unido ahora la de muchos gobiernos autonómicos liderados por un PP que se ha quedado en minoría tras la abrupta ruptura protagonizada por Vox. Viendo el panorama, lo de Euskadi no es que sea un oasis, es poco menos que el paraíso. Un Gobierno de coalición, el conformado por PNV-PSE, que vuelve a disfrutar de mayoría absoluta para marcar la agenda e intentar corregir los errores de los cuatros años anteriores. En eso está Imanol Pradales, que parece haber llegado a Ajuria Enea dispuesto a finiquitar cuanto antes los dosieres heredados más polémicos para poder afrontar nuevos retos. Para muestra, la decisión del nuevo consejero de Salud, Alberto Martínez, de mantener en Basurto el servicio de cirugía cardíaca.
Osakidetza será, de hecho, uno de los grandes temas que hoy estará encima de la mesa de la reunión que celebrarán Imanol Pradales y Pello Otxandiano. El lehendakari se ha planteado como «gran objetivo de país» un pacto entre todas las formaciones políticas para sacar la sanidad del debate partidista e intentar «recuperar el prestigio de Osakidetza» -palabras textuales recogidas en el programa de gobierno pactado entre jeltzales y socialistas-.
Este ha sido el principal talón de Aquiles del último mandato de Iñigo Urkullu, que vio cómo las críticas se multiplicaron como consecuencia de la pandemia. El problema para el Gabinete Pradales es que se trata de un área cuyos problemas tienen muy difícil solución. No se trata de dinero, o no solo, porque por muchos cheques en blanco que estés dispuesto a dar, si no hay médicos a quienes ofrecérselos hay poco que hacer. La falta de personal es un drama.
Así lo admitía el propio lehendakari en una reciente entrevista con EL CORREO: «Tenemos que buscar incentivos adicionales para atraer profesionales a la Atención Primaria y a otras especialidades donde está complicado. Competir en el mercado sin titubeos por ser el sistema al que quieren venir profesionales de otras partes del Estado y de Europa».
Pradales moverá ficha. ¿Qué hará Bildu sabiendo, además, que este tema es un caladero de votos por el desgaste que conlleva para el Gobierno? La estrategia de Ajuria Enea es clara: tender la mano a todos los partidos pese a gozar de mayoría absoluta e ir todos a una para recordar después, si alguno se desmarca, que tal o cual no quiso arrimar el hombro.
Otro de los grandes temas que dominará la agenda de hoy y sobre el que EH Bildu pondrá toda la carne en el asador para presionar al PNV será la aprobación de un nuevo estatus. Otxandiano se escuda en la «mayoría abertzale sin precedentes» en el Parlamento para impulsar un pacto soberanista que ya se intentó en el pasado. «¿Si no es ahora, cuándo?», interpeló a Pradales en el debate de investidura. Y es que ambos partidos lograron sumar 54 de los 75 escaños de la Cámara en un contexto de máxima polarización en una Euskadi que se confiesa cada vez menos independentista, según los propios estudios del Gobierno vasco.
De momento, resulta paradójico que entre las trece primeras iniciativas que Bildu ha presentado en el Parlamento ninguna se refiera a este asunto. Sí piden medidas para mejorar la sanidad, la lucha contra la violencia de género o el impulso a las energías renovables. También proponen crear una comisión para intentar tener más control sobre los medios de comunicación, un tema que al parecer preocupa mucho a Arnaldo Otegi como explicó en una entrevista en la radio pública vasca.
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