El PP quiere evitar a toda costa que el que está siendo el pilar de su campaña para el 28-M, el de los lazos de Pedro Sánchez con EH Bildu, se le acabe volviendo en contra por el protagonismo de Isabel Díaz Ayuso y ... su duro discurso agitando el fantasma de ETA. La presidenta de la Comunidad de Madrid niega que esté echando «un pulso» a Alberto Núñez Feijóo al ir mucho más allá que Génova, pero lo cierto es que no baja el pistón. Sólo este viernes, afirmó que la banda terrorista «ha ganado» porque «no hay libertad» en Euskadi e incluso cargó contra Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite e impulsora de la denuncia sobre las listas electorales de la izquierda abertzale.
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Nadie en la formación conservadora quiere hablar de un choque de trenes entre el líder nacional y la baronesa autonómica. La consigna es que, a pesar de las diferencias en el discurso, la presión se debe centrar sobre Sánchez. Según la propia Ayuso, el mandatario socialista promueve «una discrepancia» en las filas del PP para «quitarse de encima la tensión y el bochorno» que supondrían sus acuerdos con EH Bildu, convertida en fuerza clave en la gobernabilidad de España. También Feijóo abundó en que «lo único que le importa» es amarrar los cinco votos de la coalición de Arnaldo Otegi en el Congreso para «mantenerse» así en el Palacio de la Moncloa.
Pero, aunque ambos comparten destinatario de sus mensajes, el tono dista mucho de ser el mismo. Y, pese a las divergencias internas que ello está suscitando, la presidenta madrileña no está dispuesta a levantar el pie del acelerador. En la víspera de su visita este sábado por la tarde a Bilbao, donde cierra de forma simbólica la lista de Esther Martínez al Ayuntamiento, Ayuso dibujó este viernes un retrato de Euskadi muy parecido al que ya hizo su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, en su mitin en Durango. Una sociedad en la que «no hay libertad» porque «la ley del silencio de ETA ha ganado» y ya «ni siquiera se puede debatir».
La mandataria regional volvió a poner sobre la mesa la ilegalización de EH Bildu, un debate que está incomodando a la dirección de su partido y en el que tiene como único aliado a Vox, formación en la que trata de pescar votantes para alcanzar la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid. En una nueva entrega de su campaña, aseguró que la cuestión interpela a «un pueblo entero» afectado por el terrorismo y no sólo a las «víctimas directas» de la banda. Precisamente ellas ya le habían dado un sonoro bocinazo por «no respetar a los muertos» al decir que «ETA está viva y está en el poder».
Ese aviso no parece haber hecho mella en Ayuso, que este viernes dio un paso más y arremetió directamente contra Consuelo Ordóñez, cuya asociación, Covite, dio la voz de alarma al localizar a 44 condenados por pertenencia o colaboración con ETA en las candidaturas de EH Bildu. Deslizó que la hermana de Gregorio Ordóñez, concejal del PP de San Sebastián asesinado a manos de ETA en 1995, arrastra «problemas personales desde hace unos años» con la formación popular. Aseguró, además, que «la mayoría de las víctimas» no entiende por qué se está «blanqueando» a la izquierda abertzale.
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Mientras tanto, el PP vasco contempla con mucha cautela el desarrollo de los acontecimientos. En las filas del partido en Euskadi existe el temor de que la polémica pueda retraer al votante moderado que oscila entre los populares y el PNV, y que se ha convertido en el principal objeto de deseo de los de Carlos Iturgaiz para remontar el 28-M. La presencia de Ayuso este sábado en Bilbao marcará el último esprint hacia las urnas.
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