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Protesta en contra de Trump, ayer en Filadelfia. afp
El poso y la espuma

El poso y la espuma

Análisis ·

En el país que Biden recibe se ha ahondado la profunda división que desde su nacimiento existía a causa de la política de polarización que Trump ha exacerbado

Domingo, 8 de noviembre 2020, 00:32

El hombre es ese animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Han tenido que celebrarse las elecciones de EE UU para recordárnoslo. Hace cuatro años, cuando Hillary Clinton se enfrentaba a Donald Trump, empresas de sondeos, politólogos y periodistas anunciaban al unísono que ... la ilustrada demócrata arrasaría frente al palurdo republicano. La noche del martes electoral llegó la sorpresa. Siguieron las excusas y los no-volverá-a-ocurrir. Cuatro años después, se vuelve a las andadas. Contra pronóstico, el mismo patán no sólo no ha sufrido, con todo en su contra, desgaste alguno, sino que ha sumado tantos apoyos nuevos a los que ya tenía, que, hasta el final del recuento, le ha pisado los talones a quien mayor número de votos ha obtenido en la historia electoral del país. Esa ingente tropa de jóvenes bien educados, mujeres hastiadas de abusos y discriminaciones, afroamericanos reprimidos, latinos humillados y toda suerte de grupos de diversa identidad, que-según nos decían- iba a arrollar al escuálido reducto de viejos, blancos, cristianos evangélicos, iletrados y recalcitrantes cubanos, resulta que ha tenido que pelear papeleta a papeleta para cantar la apretada victoria de Joe Biden.

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