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Se presupone que lo de dar ejemplo va dentro del sueldo de los políticos, pero algunos parecen no tenerlo claro. El confinamiento por la pandemia del coronavirus se ha convertido en un termómetro para medir la responsabilidad de los representantes públicos. Y, a la vista de ciertos episodios un tanto escandalosos, alguno que otro se ha ganado un soberano suspenso cuando no directamente una multa o, en el peor de los casos, una detención.
Álex Pastor, alcalde de Badalona
El alcalde de Badalona, Álex Pastor, ha presentado en la mañana de este miércoles su dimisión, pero no en el salón de plenos del Ayuntamiento sino en una comisaría de los Mossos d'Esquadra. Allí permanecía desde la noche del martes, cuando fue detenido por una patrulla tras se sorprendido al volante de su coche con evidentes síntomas de embriaguez. Además, se le imputa un posible delito de atentado a la autoridad, ya que opuso resistencia al ser arrestado. Algunas fuentes policiales aseguran incluso que mordió a uno de los agentes.
Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno
No llevaba bolsas de la compra ni estaba sacando la basura al contenedor. Simplemente andaba a paso rápido, una de sus aficiones conocidas. El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy fue cazado la semana pasada por las cámaras de La Sexta dando una vuelta por las calles desiertas de una zona residencial a las afueras de Madrid, donde actualmente reside. Algunos de sus vecinos indicaron que no se trataba de una excepción, sino que lo hacía de forma habitual. La polémica fue tal que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció una investigación que podría derivar en una multa de 100 a 600 euros.
Luis Mariano Camacho, alcalde de Bailén (Jaén)
Una visita a la peluquería ha prendido la mecha en la localidad jienense de Bailén, de 18.000 habitantes. Un vecino fotografió al alcalde, Luis Mariano Camacho, saliendo recién rapado y la instantánea pronto circuló por todo el pueblo. El primer edil trató de esquivar las críticas alegando que padece una dermatitis seborreica que le provoca costras y por eso debe cortarse el pelo con asiduidad. «No me pelo por estética, sino por salud», aseguró a 'Diario Jaén'. Sin embargo, no desmintió que hubiera acudido a una peluquería, un negocio cuya apertura no está permitida desde el 17 de marzo, unos días después de decretarse el estado de alarma.
María del Mar Meca, teniente de alcalde en Huércal-Overa (Almería)
Antes muerta que sencilla, María del Mar Meca, teniente de alcalde y concejala de Ciudadanos en Huércal-Overa (Almería) se saltó el confinamiento para acudir a un centro de estética de la localidad a hacerse la manicura. La escapada derivó en una multa de 600 euros para la representante y otra de 3.000 para los propietarios del negocio, cuya apertura no está autorizada durante el estado de alarma. El partido naranja ya le ha abierto un expediente y ella ha pedido disculpas porque «todos debemos cumplir por igual». Además, mostró su «máximo reconocimiento» a la labor de la Policía Local que le sancionó.
María Jesús Lamas, directora de la Agencia del Medicamento
La directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas, fue sancionada la pasada semana en Madrid cuando se dirigía a coger un tren con destino a Santiago de Compostela, donde viven su marido y sus hijos. Según publicó 'El Mundo', la responsable alegó ser «trabajadora imprescindible que puede desplazarse de su centro de trabajo a su domicilio» y acreditó su cargo, pero no mostró ningún salvoconducto que le permitiera hacer ese viaje a tierras gallegas, por lo que se le abrió un expediente. La multa puede ser de 1.501 a 30.000 euros.
Catherine Calderwood, jefa del servicio médico de Escocia
Es a todas luces el caso más escandaloso dada la responsabilidad de su protagonista. La jefa del servicio médico del Gobierno de Escocia, Catherine Calderwood, tuvo que presentar su dimisión al ser fotografiada un fin de semana cerca de su segunda residencia, a más de una hora de su casa en Edimburgo, incumpliendo las normas de confinamiento que ella misma recomendaba. Tras la publicación de 'Scottish Sun', fue amonestada por la Policía y pidió perdón, pero siguió en el cargo aunque sin aparecer en las comparecencias diarias para informar sobre la pandemia. Días después presentó su renuncia para evitar acaparar el protagonismo en la crisis sanitaria.
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