El Gobierno se queda solo con el Presupuesto al no lograr atraer a ningún grupo de la oposición

El tercer y último intento de acercar posturas se produjo a primera hora de la mañana de este sábado, después de que el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, enviara a Elkarrekin Podemos-IU una contraoferta «definitiva» la víspera por la noche en la que se incluían algunas demandas de la formación que lidera Miren Gorrotxategi. Compromisos que se situaban más al margen de los propios 'números' presupuestarios, pero que los morados consideraron insuficientes. «Estamos satisfechos porque lo hemos intentado, pero no ha sido posible», declaró su portavoz parlamentaria al término de la reunión.

Gobierno vasco y Elkarrekin Podemos-IU afrontaban la recta final de la negociación sin visos de lograr un acuerdo in extremis. El reloj corría en su contra. «Hemos tenido poco tiempo», reconocía la propia Gorrotxategi este sábado. El plazo para presentar enmiendas a la totalidad acaba mañana, ampliable al martes al mediodía, según el reglamento de la Cámara. La delegación encabezada por Gorrotxategi ya desestimó la propuesta de 94 millones que les planteó el consejero Azpiazu, ya que no solo no superaba la cuarta parte de lo reclamado, sino que tampoco incluía compromisos más allá de las propias Cuentas. Y ahí entraba la contraoferta «definitiva» que el Gobierno vasco hizo llegar anoche a Elkarrekin Podemos-IU. Entre las medidas que pusieron sobre la mesa figuran no conceder licencias de exploración de gas durante un año, empezar a regular los precios del alquiler privado, siempre teniendo en cuenta la futura normativa estatal, y elaborar un informe sobre una posible reforma fiscal. «Supondría para el grupo morado influir en el 12,2% del incremento de gasto real, siendo su peso parlamentario el 8%», señalaron desde el Ejecutivo.

Cabe apuntar que esta última propuesta, valorada en 97 millones, se materializaba después del pacto oficializado en Vitoria por el que sus tres concejales se abstendrán en las Cuentas de Gorka Urtaran, tras lograr «compromisos políticos» ajenos a los Presupuestos, como el portazo a la búsqueda de gas en el subsuelo. La diferencia es que a Urtaran no le daban los números y a Urkullu, sí.

«Vértigo político»

Analizado el último documento del consejero Azpiazu, Gorrotxategi compareció vía telemática -su delegación se encuentra confinada debido a un positivo en sus filas-. Puso en valor la disposición de ambas partes. «Hemos negociado con sinceridad y lealtad», reconoció. Pero no hubo fumata blanca. Consideran en Elkarrekin Podemos-IU que «cuestiones esenciales se quedaban fuera». Entre ellas, las referidas a políticas sociales, residencias, la reversión en la privatización en la gestión de servicios de salud y su apuesta por abordar una reforma en pro de una «justicia fiscal». Pese a que aún queda un escueto margen para seguir dialogando, Miren Gorrotxategi apuntó que, si bien su formación ha mostrado su disposición a volver a sentarse, el Ejecutivo les trasladó este sábado «que no pueden ni deben ir más allá» de lo ya planteado. «Por tanto, no ha podido ser», asumió la portavoz morada. Aún está por ver si el partido morado presentará o no enmienda a la totalidad. «Está redactada, pero la decisión no está tomada», aseguró.

Desde el Gobierno vasco, el consejero Pedro Azpiazu subrayó el «esfuerzo» que, a su juicio, se ha llevado a cabo por «ofrecer ciertos compromisos de índole más política, aún no necesitando numéricamente más apoyos», al tiempo que dijo no tener «claro» cómo «enmarcar esta negativa». «No sé si será cuestión de vértigo político», lamentó, una valoración que desde Elkarrekin Podemos-IU rechazaron. «Lo hemos intentado con sinceridad, con honestidad, con valentía e intensidad. Porque creemos verdaderamente que nos encontramos ante una situación excepcional que hubiera requerido altura de miras», apostilló Azpiazu. Ambas partes dejaron, eso sí, abierta la puerta a futuros acuerdos.