

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Octavio Igea y DAVID GUADILLA
Miércoles, 9 de mayo 2018, 00:20
La propuesta presentada por el PNV en la ponencia de Autogobierno ha encendido las alarmas en Podemos, PSE y PP. Las tres formaciones no nacionalistas consideran que la carga soberanista que la formación jeltzale ha introducido en el texto que será debatido hoy en el Parlamento sitúa el foro destinado a buscar un nuevo marco de convivencia en un callejón sin salida cuando de lo que se trataba era de ir acercando posiciones. Los partidos, en todo caso, intentarán que la cita prevista para esta tarde sirva, al menos, para mantener vivo un cónclave al que le rodea la confusión.
El borrador del preámbulo que el PNV ha entregado al resto de grupos ha supuesto un jarro de agua fría sobre todo para las expectativas de Podemos y del PSE. Ambas formaciones confiaban en que las tesis maximalistas que los jeltzales registraron al arrancar la ponencia se fuesen moderando a medida que pasaran los meses. Pero el giro sigue sin producirse y el tiempo corre sin que haya avances sustanciales.
Los partidos todavía tienen que redactar unas bases mínimas que trasladarán a un grupo de expertos, que a su vez tendrán ocho meses para elaborar un texto articulado. Ese escrito volverá al Parlamento para que los partidos lo analicen y enmienden. Y todo eso con elecciones municipales y forales en 2019 y autonómicas en 2020. La sensación de que la reforma del Estatuto puede acabar durmiendo en un cajón, al menos a corto plazo, comienza a extenderse en la Cámara ante la imposibilidad de lograr un mínimo consenso.
Que esa aproximación a día de hoy sigue siendo utópica se demostró ayer con las valoraciones que Podemos, PSE y PP hicieron del texto de los jeltzales, adelantado por EL CORREO. El documento remitido por el PNV arranca con una «definición de Euskal Herria» -no de la Comunidad Autónoma Vasca- y con un reconocimiento del pueblo vasco como una entidad que tiene «un sentido altamente compartido de pertenencia a una misma comunidad política, a una nación». Apuesta también por establecer una relación «bilateral» con el resto del Estado de carácter «confederal» y porque el «respeto a la legalidad no provoque la vulneración del principio democrático».
Lo que ha causado estupor en Podemos, PSE y PP no es tanto el contenido -básicamente es el mismo que ha defendido el PNV desde el arranque de la ponencia-, sino la insistencia de los peneuvistas en mantener unos argumentos que impiden, según el resto de grupos, alcanzar ese pacto transversal y plural por el que han dicho abogar Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar.
Aunque desde las filas socialistas se intentaba trasladar ayer la sensación de que todo discurre dentro de una relativa normalidad y de que las discrepancias entre los dos socios de Gobierno son de sobra conocidas y, por tanto, no afectarán a la gestión diaria del Ejecutivo de coalición, el malestar era evidente. Quien de forma más explícita lo expresó fue Idoia Mendia. La secretaria general del PSE subrayó que el texto presentado por el PNV «recuerda mucho» al de Juan José Ibarretxe, que «ya se sabe cómo acabó», en alusión al batacazo que se dio en 2005 en el Congreso de los Diputados.
Otros destacados dirigentes del partido calificaron la propuesta del PNV como un documento «farragoso» que «no tiene espíritu de consenso» ni de «transversalidad». «La ponencia pinta mal», admitió un alto cargo del PSE. En esta misma línea, desde Elkarrekin Podemos también fueron rotundos sobre el futuro del foro parlamentario tras analizar el documento del PNV: «Con esta estructura y este vocabulario, imposible». El PP fue aún más duro al considerar que la ponencia «va a la deriva» y que el preámbulo jeltzale es «una declaración de independencia de facto».
Aun así, los socialistas optaron por mantener un cierto optimismo y recordaron que el acuerdo que mantienen con el PNV establece que cualquier proyecto de Estatuto que se lleve a Madrid cumplirá la legalidad para evitar que se genere «frustración» o se entre en la «vía catalana». Las alarmas solo se activarán de forma definitiva, insistieron, si el Gobierno adopta una decisión «ilegal, y nosotros somos los garantes de que no ocurrirá».
También intentó rebajar la tensión el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka (PNV), quien recordó que el acuerdo de coalición entre PNV y PSE recoge que en materia de autogobierno cada formación defenderá sus propios postulados. «Estamos donde estaba previsto que estuviéramos. No es algo novedoso ni sorprendente».
La reunión de hoy puede ser clave para determinar hasta dónde llega el bloqueo. Demostrará también el grado de confusión que rodea a la ponencia destinada a pactar un marco de convivencia. Algunos grupos pensaban que lo que se había acordado en la anterior cita era que el PNV se limitase a presentar un resumen con las coincidencias de todos los preámbulos, otros que cada uno tenía que realizar su propio análisis de los puntos en común y otros que no había que llevar nada.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.