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A María Chivite le ha salido un nuevo flanco de donde menos se lo esperaba. Tanto la candidata del PSN como la dirección del partido ya habían asumido que tendrán que ceder poder a Geroa Bai a pesar de su apuesta inicial por un ... gobierno monocolor, pero no entraba para nada en sus planes que Podemos, penúltima fuerza del arco parlamentario, sólo por encima de Ezkerra, exigiera como hizo ayer públicamente su cuota de protagonismo con la entrada en un ejecutivo de coalición.
Sorprende la estrategia del partido morado por dos motivos. Por su posición de flaqueza para negociar tras el batacazo en las urnas el 26-M como consecuencia de su fractura interna-ha pasado de siete a dos representantes en la Cámara de Pamplona-. Y porque, salvo que se produjera un movimiento político estrambótico, su concurso no es imprescindible para la investidura de Chivite, a la que le bastaría el apoyo de sus otros dos socios potenciales, Geroa Bai y Ezkerra, para ser presidenta al tener 21 apoyos frente a los 20 de Navarra Suma.
Sólo un giro impensable, que Podemos uniera sus votos a los de la alianza de derechas, podría poner en peligro la investidura de la dirigente socialista, a la que entonces ya no le bastaría con la abstención de los siete parlamentarios de EH Bildu, sino que necesitaría el sí. Pero este hipotético escenario resulta del todo inverosímil. Lo que sí han conseguido los morados con su reivindicación es agitar aún más el laberinto político de una comunidad que se mueve en el alambre y que no deja de mirar de reojo a las noticias que llegan desde Madrid. De ahí que las cuatro formaciones llamadas a alcanzar un pacto aún se muevan con pies de plomo aunque ya hayan atado el acuerdo sobre el programa.
El comunicado del consejo de coordinación de Podemos Navarra es taxativo. Por unanimidad, sus miembros expresan la apuesta «clara y decidida» del partido por «la presencia de consejeros o consejeras de Podemos en el próximo Consejo de Gobierno, tal y como expresó la ciudadanía navarra al no dar la mayoría a ninguna formación y optar por gobiernos de coalición y entendimiento entre fuerzas diferentes». «Desde el primer momento -se añade en la resolución-, Podemos Navarra ha dejado claro que el proceso constaba del qué, del cómo y del quién, y que será sobre la fotografía global final cuando se tome le decisión de firmar o no el acuerdo de legislatura». En su opinión, el «qué», es decir, el programa, ya está definido. Así que ahora toca situarse en el «cómo», y en este sentido Podemos considera «imprescindible» entrar en el gobierno. Pase lo que pase, la última palabra la tendrá la asamblea ciudadana.
Los interlocutores del PSN, Geroa Bai, la formación morada y Ezkerra vuelven a reunirse hoy a mediodía tras la cita del pasado lunes, en la que los socialistas entregaron a sus socios potenciales una posible estructura del próximo gobierno que está abierta a aportaciones.
Navarra Suma. La coalición de UPN, PP y Ciudadanos ganó las elecciones y logró veinte escaños.
PSN. Los socialistas de Chivite tienen once parlamentarios.
Geroa Bai. La entente en la que está el PNV tiene nueve escaños.
EH Bildu. Siete parlamentarios.
Podemos. Dos representantes.
Ezkerra. Un parlamentario.
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