Podemos advierte de que la exploración de gas en Subijana es «una línea roja» en la negociación de los Presupuestos vascos

De este modo, la formación morada eleva a al parlamento autonómico la presión para detener la exploración de gas en Subijana, aunque el órdago no condicionará las Cuentas del Gabinete Urkullu, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara vasca. Esta línea roja sí que dinamita, en cambio, los presupuestos de Vitoria, cuya aprobación pasa por el voto imprescindible de Elkarrekin salvo que el Gabinete de Gorka Urtara encuentre apoyos en EH BIldu o el PP, lo que hasta ahora parecía poco probable. El Ejecutivo local, al contrario que el autonómico y el foral donde jeltzales y socialistas suman mayoría, requiere para aprobar sus Cuentas de un voto que Urtaran confiaba conseguir en la coalición morada por segundo año consecutivo. Urtaran ha dado a conocer hoy su plan económico para 2021 sin contar, por el momento, con los votos suficientes para su aprobación. Sobre el gas de Subijana, se ha mostrado partidario del sondeo y ha argumentado que cuentas y tramitación urbanística de la licencia son asuntos distintos que no deben mezclarse.

El desencuentro entre PNV y Podemos se ha materializado ante las aparentes prisas del Gobierno vasco para llevar a cabo el discutido proyecto de gas en Subijana. El Ejecutivo ha acelerado los trámites para buscar bolsas de gas bajo tierra en suelo vitoriano con el objetivo de sortear la futura Ley de Cambio Climática, prevista para el año que viene, que vetará estas prácticas. De hecho, Elkarrekin ha registrado esta semana tanto en las Juntas de Álava como en el Consistorio sendas mociones contra las prospecciones de gas en la Llanada, lo mismo que EH Bildu. Hasta el PP ha pedido en Vitoria que se deniegue la licencia y se ponga fin a las pretensiones de hallar gas bajo suelo alavés.

La portavoz parlamentaria de Podemos ha comparecido en rueda de prensa junto al diputado Juan López de Uralde y la concejala Garbiñe Ruiz. El parlamentario ha lamentado que «para algunos partidos e instituciones por un lado van las palabras y por otro los hechos» y criticado que «no se puede boicotear cualquier iniciativa para hacer frente a la emergencia climática». En ese sentido, ha tachado de «falsa» la afirmación del diputado general de Álava, Ramiro González, del PNV, quien defendió esta semana en las Juntas que la extracción de gas en Subijana es más «ecológica» que la de Argelia, de donde se importa parte del crudo que abastece a Euskadi. «Que a las puertas de Vitoria se pretenda abrir una exploración de gas es contrario a la declaración de emergencia climática del Parlamento vasco. No es aceptable. Las energías loables son más beneficiosas para el medio ambiente y económicamente más rentables para Euskadi», le ha respondido. «El PNV tiene que replantearse su relación con la lucha contra el cambio climático. Pretenden eludir y adelantarse a una ley que se aprobará en los próximos meses y terminará con este tipo de explotaciones», ha denunciado, además de reprocharles el papel clave de la formación jeltzale a la hora de tumbar el impuesto al diésel en el Congreso.

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El PNV ha cerrado filas en todas las administradores en torno al sondeo, una postura que ha suscitado las críticas en las formaciones ecologistas en Vitoria. Hasta tal punto de que ha derrumbado la alianza presupuestaria entre el Gabinete Urtaran y Elkarrekin en Vitoria. «No podemos llegar a ningún acuerdo presupuestario si no se paraliza la solicitud para extraer gas», sentenció ayer Óscar Fernández, el portavoz municipal de la entente entre Podemos y los ecologistas de Equo, la coalición que precisamente otorgó el decisivo voto que necesitaba el Ejecutivo de la capital para sacar adelante su último presupuesto. La explotación de gas en Subijana, cerca del hotel Ruta de Europa, se llevaría a cabo solo si las prospecciones, que se ejecutarán mediante métodos convencionales -y en ningún caso técnicas como el 'fracking'-, revelasen que su extracción resulta rentable. El 100% del gas empleado en Euskadi, sostiene el Gabinete Urkullu, proviene de países como Argelia y la sociedad pública cree que si el gas que se consume en Euskadi fuese local la emisiones a la atmósfera se reducirían en un 70%.