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Un día después de que el Sociómetro reflejara un rechazo histórico a la independencia, el debate sobre el nuevo estatus se reactivó este jueves en el Parlamento. Hacía año y medio que el asunto languidecía en un cajón, desde que la ponencia de Autogobierno ... encallara la legislatura pasada. EH Bildu quiso recoger el guante lanzado por Andoni Ortuzar hace dos semanas en EL CORREO, cuando llamó a retomar las conversaciones para reformar el Estatuto en otoño al calor de la mesa de diálogo en Cataluña.
Pero la coalición que lidera Arnaldo Otegi se encontró este jueves delante a la versión más posibilista del PNV, aferrado al 'quiero, pero no puedo' al que obliga la coyuntura política (sus pactos con el PSOE condicionan y mucho) y centrado, sobre todo, en culminar el Estatuto de Gernika para «preservar las competencias exclusivas ante el impresionante afán recentralizador del Estado».
El discurso jeltzale fue diferente, mucho más moderado que en otras ocasiones, sobre todo por la persona que lo pronunció: Joseba Egibar, referente del ala más rupturista. Apostó por aumentar la soberanía cuando se reabra la ponencia, pero no con el relato frentista que planteó este jueves Bildu. La última intención del PNV es poner en un brete a los socialistas vascos y a Pedro Sánchez, sus socios gubernamentales.
La coalición abertzale presionó. «El modelo político por el que nos regimos no es el que necesitamos. El Estado al que aún pertenecemos actúa como freno», aseguró su portavoz parlamentaria Maddalen Iriarte. La respuesta de Egibar no fue la esperada por Bildu. Porque lejos de subirse al carro, les reprochó que vengan ahora con estas pretensiones cuando no quisieron pactar el nuevo estatus la legislatura pasada. «Nos hubiera librado de mil batallas», dijo en alusión a los roces Vitoria-Madrid por la cogobernanza durante la pandemia. Porque con un nuevo estatus, enfatizó, «no estamos hablando de cosas evanescentes, sino también de la política de las cosas».
Con mayor o menor intensidad, lo que parece evidente es que el debate identitatio reaparece en la agenda política vasca en el epílogo de la pandemia y que volverá a colarse por todas las rendijas. Porque EH Bildu aprovechó una moción elevada al pleno del Parlamento en la que llamaba a reflexionar sobre las deficiencias sociopolíticas que ha dejado al descubierto la lucha contra el virus para reivindicar el derecho a decidir, una relación «de igual a igual» con el Estado y agitar la coctelera. «Ha llegado el momento de decidir qué queremos ser», dijo Iriarte.
Que el trasfondo del debate iba más allá de las costuras del sistema que toca zurzir tras la crisis sanitaria quedó claro desde el momento en el que, por primera vez en muchos meses, fueron los portavoces de todas las formaciones los que participaron en el careo. Y las conclusiones son tres: que los partidos siguen inamovibles en las posiciones que defendían en la ponencia de Autogobierno, que el PNV ha tomado buena nota del fracaso de la vía catalana y que el dato del Sociómetro, que eleva hasta el 41% el porcentaje de ciudadanos que rechaza la secesión, no es baladí.
La encuesta del Gobierno también revela que tras la pandemia la principal preocupación para los vascos es el mercado laboral. Y por ahí fueron PSE y PP+Cs en sus rechazo a las pretensiones rupturistas de Bildu. «La sociedad no quiere aventuras», zanjó el portavoz socialista Eneko Andueza. «No cuenten con nosotros para consultas ilegales y pendientes por las que ya se han despeñado en Cataluña», añadió. «Traer el debate del nuevo estatus es generar problemas», advirtió el popular Carmelo Barrio.
Pero Bildu lo tiene claro. Cree que las bases para la reforma del Estatuto que pactaron con PNV, de hondo calado soberanista, siguen siendo utilizables. «Debemos dar pasos sobre aquel acuerdo y soy partidaria de ensancharlo», recalcó Iriarte.
El emplazamiento era para el PSE, que sigue lejos de apoyar cualquier formulación del derecho a decidir sin una reforma previa de la Constitución. Y para Podemos. La portavoz del partido morado no participó en el debate. Tomó la palabra Jon Hernández, de Ezker Anitza. Su respuesta fue tajante: «Si quieren hablar de nuevos modelos socioeconómicos tras la pandemia les decimos que sí; si lo que quieren es hablar de independencia les decimos que no».
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