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El PNV ha interiozado desde hace tiempo que ir a rueda de Pedro Sánchez y diluirse en la llamada 'mayoría progresista' que apoya al Gobierno ... PSOE-Sumar le penaliza. Como tampoco puede cambiar de caballo si la alternativa es PP-Vox, ha optado por incrementar la exigencia sobre el cumplimiento de los compromisos acordados -ha amarrado la transferencia de Cercanías y la prevalencia de los convenios autonómicos- y marcar, o más bien subrayar, posiciones propias en asuntos que le ayuden a diferenciarse de la izquierda clásica. La política exterior es uno de ellos y el viaje oficial de Volodímir Zelenski a España, en plena campaña de las elecciones europeas, ha sido la ocasión perfecta para ponerlo de manifiesto.
Los jeltzales no sólo difundieron este lunes por la noche una fotografía de Aitor Esteban en la que el portavoz del PNV saluda al presidente ucraniano durante su visita al Congreso de los Diputados, sino que acompañaron la imagen del mensaje que el PNV le hizo llegar. Sabin Etxea no sólo muestra su «total apoyo» a la causa de Ucrania en la guerra que libra con Rusia tras la invasión de Putin, sino que se desmarca claramente de los socios que, como EH Bildu, ERC, Podemos y BNG, decidieron dar plantón a Zelenski en la Cámara baja.
No es ya que los jeltzales no compartan las reticencias de Sumar sobre el histórico acuerdo para enviar armamento a Kiev por valor de más de 1.100 millones, sino que van más allá incluso de la posición oficial de Sánchez al considerar que la ayuda militar europea de Occidente a Ucrania llega tarde y defender que se levante el veto de estos países a que las tropas de Zelenski puedan operar en suelo ruso y no sólo repeler los ataques de Putin, como el que ha causado numerosas víctimas civiles en Járkov. «La cautela y el sentido común son buenos», trasladó Esteban en referencia al interés en evitar una escalada del conflicto al espacio OTAN, «pero no deben equivaler a luchar con un brazo atado a la espalda». «Me pregunto si es realmente posible defender tu territorio si los ataques vienen del otro lado de la frontera y no se te permite atacar esos objetivos», abundó, antes de trazar un paralelismo histórico con la Guerra Civil y subrayar la «identificación» de los vascos con Ucrania, «pues el País Vasco también sufrió un bloqueo de los aliados mientras la Alemania nazi y la Italia fascista suministraban armamento a los franquistas».
El apoyo a Ucrania le sirve también al PNV para confrontar con EH Bildu, con quien vuelven a jugarse los cuartos tras el empate a escaños de las autonómicas, en una liza que se leerá también en clave vasca según los votos que cada uno reciba en la comunidad autónoma.
En ese contexto se entiende que, mientras Esteban departía con Zelenski, Andoni Ortuzar pusiera en duda el europeísmo de los dirigentes de la izquierda abertzale, «que siempre han sido más prorrusos que otra cosa». Ayer, en un mitin en Basauri, el presidente del PNV volvió a la carga y emplazó a Bildu a aclarar «si está con Putin o con Zelenski». «Mientras tanto, tampoco son de fiar», enfatizó Ortuzar, que intenta así desmontar la bandera del antifascismo que enarbolan sus rivales de Bildu y poner en cuestión no sólo su fiabilidad sino sus «valores». «Bildu está haciendo su campaña sobre la base de oponerse a ultras y totalitarios. Está bien. Nosotros también. Pero, ¿por qué no estuvieron con Zelenski? ¿Es que Putin no es un autoritario, un totalitario?».
Ya la intervención en el pleno del Congreso del pasado miércoles fue elocuente en este desmarque -Esteban criticó la «lentitud» y el «miedo» europeos y el envío de armas a Ucrania «con cuentagotas», además de advertir contra la retirada de tropas en el Sahel-, como lo fue la posición del PNV en la moción del PP sobre asuntos candentes de política exterior que se votó punto por punto al día siguiente. Los jeltzales no se alinearon en ninguna lógica de bloques y fueron por libre con posiciones más 'de orden'. Así, se aliaron contra el Gobierno para instarle a revocar su giro «unilateral» en el Sáhara Occidental y pidieron que se cumpla el compromiso de incrementar el gasto militar hasta el 2% del PIB. Y, además de defender la solución de los dos Estados para Palestina, votaron con toda la derecha para exigir al Gobierno que «condene» las violaciones de derechos humanos «en las dictaduras de América Latina, especialmente Cuba, Venezuela y Nicaragua».
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