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Ortuzar, Atutxa, Egibar y Suso, durante la celebración del Día de San Ignacio el pasado 31 de julio. Jordi Alemany

El PNV guipuzcoano se empodera para retener su poder interno en el futuro EBB

Egibar, que dejará el GBB, marca el terreno a Ortuzar y pisa el acelerador soberanista con la vista puesta en su regreso a la cúpula

Lunes, 14 de octubre 2024, 00:46

El protagonismo político del PNV guipuzcoano ha crecido exponencialmente en las últimas semanas. Y no por casualidad. Joseba Egibar, su líder durante los últimos 37 años -con el paréntesis entre 2000 y 2004 de 'Zeler', de nuevo de actualidad por su propuesta para limitar los ... mandatos internos en el partido-, mueve ficha para mantener y consolidar su posición en el tablero interno y, por qué no, ganar terreno en lo ideológico frente al futuro EBB, que se presume continuista en la estrategia.

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Distintas fuentes cercanas a la cúpula jeltzale coinciden en hacer la misma lectura: el veterano burukide de Andoain busca hacerse fuerte para conservar o incluso ensanchar su poder de cara a la Asamblea General de marzo y con vistas además, como adelantó EL CORREO, a poder mantenerse en la ejecutiva no ya en calidad de miembro nato como líder territorial (la favorita para sucederle es la actual burukide y exparlamentaria María Eugenia Arrizabalaga), sino a través de la elección directa en el proceso a doble vuelta.

«Ya dijo que no pensaba irse nunca aunque se jubilase de portavoz parlamentario, y no se va», apuntan en el partido, donde se siguen con atención los movimientos de Egibar, de 64 años, para evitar que su influencia interna se diluya, pese a la trayectoria descendente del PNV en Gipuzkoa. En las autonómicas de julio, de hecho, los jeltzales obtuvieron menos votos en el territorio que en 2020, en plena pandemia, cuando la participación fue mucho menor y han cedido además a EH Bildu la primera plaza en 81 de los 88 municipios guipuzcoanos.

No obstante, el presidente del GBB es consciente de que cuenta con una baza que puede explotar a su favor: su papel de 'guardián' de la paz interna, como principal beneficiario del acuerdo de no agresión que, de manera tácita, suscribieron el sector pragmático del partido y el ala más soberanista tras su pugna por el liderazgo interno, que se saldó con la salida de Josu Jon Imaz y la llegada de Iñigo Urkullu al EBB como solución de consenso en 2008.

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Elecciones autonómicas

El PNV ha ido cediendo terreno en Gipuzkoa ante Bildu, primera fuerza en 81 de los 88 municipios

Y para condicionar el rumbo ideológico del partido en el próximo cuatrienio y mantener ese estatus, que le ha permitido mover los hilos en Gipuzkoa sin apenas contestación interna, ha decidido incidir en lo que mejor se le da, agitar las aguas soberanistas y presionar a la dirección que encabeza Andoni Ortuzar para defender en las instituciones junto a EH Bildu el derecho a decidir, pese a las fricciones, cada vez más intensas, que eso provoca con el PSE-EE, socio del PNV en todos los gobiernos.

De hecho, la moción que los peneuvistas transaccionaron con la coalición soberanista en las Juntas guipuzcoanas para defender un nuevo estatus que incluya el derecho a decidir deja sin margen al PNV en el resto de instituciones, donde, asumen, se irán aprobando textos de contenido similar -en Bizkaia ya ha salido adelante- a iniciativa de Bildu, que logra así meter cuña entre PNV y PSE.

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Para muestra, un botón: la moción que debatirá el Legislativo foral alavés, presentada por los de Arnaldo Otegi, incide en que Ramiro González, diputado general jeltzale, ha defendido el derecho a decidir como militante del PNV y eso urge a las Juntas a pronunciarse en favor de «Euskal Herria» como «nación formada por siete territorios».

La jugada recuerda a la que ya protagonizó Egibar en 2018, con el poder que le daba la portavocía en el Parlamento, para arrimar el ascua a su sardina en las bases netamente soberanistas y de discutible encaje legal que consensuaron entonces PNV y Bildu en la Cámara vasca. Aunque superadas después por el acuerdo que alcanzaron los expertos juristas designados por PNV, PSE y Podemos, aquel acuerdo aún da pie a Bildu para reivindicarlo como punto de partida del debate.

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Debates en juntas

La moción soberanista pactada con Bildu ha dejado sin margen al partido en Bizkaia y Álava

Hubo pugna por la portavocía

Egibar, que siempre ha hecho política desde su atalaya parlamentaria, intentó maniobrar, de hecho, para situar a una persona de su confianza -preferentemente, el ex diputado general Markel Olano- al frente del grupo parlamentario tras su 'jubilación' parcial. No lo logró. El elegido fue el alavés Joseba Díez Antxustegi, aunque sí consiguió mantener a Bakartxo Tejeria en la Presidencia de la Cámara, un puesto que se apresuró a blindar cuando los socialistas hicieron amago de reclamarlo.

Como telón de fondo de estos movimientos, el PNV de Gipuzkoa sigue haciendo pedagogía soberanista. La semana pasada, Arrizabalaga publicó en EL CORREO un artículo titulado 'Nuevo estatus, ganamos todos'. El partido, igualmente, marca perfil sin complejos en asuntos en los que la cúpula de Sabin Etxea prefiere mantenerse en silencio para no agitar las tensiones territoriales, como la futura conexión del TAV entre Euskadi y Navarra.

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La diputada general, Eider Mendoza, aprovechó un pronunciamiento del lehendakari para meter presión e interpretar que el Gobierno vasco se decanta por Ezkio-Itsaso frente a Vitoria.

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