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Iñigo Urkullu y Josu Erkoreka, en el Parlamento.

El PNV defiende una normativa autonómica sobre vivienda que en 2015 rechazó

El Gobierno de Urkullu, que estaba en minoría, tuvo que asumir una ley aprobada con los votos de Bildu, PSE y UPyD

David Guadilla

Sábado, 22 de abril 2023, 00:27

El debate sobre si la nueva ley de vivienda supone una invasión competencial tiene que ver con que Euskadi cuenta ahora mismo con una de las normativas más avanzadas en dicha materia de toda España. Fue aprobada en 2015 y, como recordó ayer el lehendakari, ... entre otras cuestiones reconoce el derecho subjetivo a la vivienda, destina recursos públicos exclusivamente al alquiler y «establece importantes medidas para movilizar» las que están vacías. «Una ley que hemos hecho nuestra», puntualizó Iñigo Urkullu. Porque, en su origen, no lo era.

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Aquel texto se aprobó en un contexto muy concreto. El PNV había vuelto a Ajuria Enea tres años antes, pero el lehendakari estaba lejos de contar con una mayoría sólida. Los jeltzales solo tenían 27 escaños y aún no se habían conformado los gobiernos de coalición con el PSE. Así que el Gobierno de Urkullu estaba a expensas de la oposición en un Parlamento en el que a veces surgían extrañas alianzas. El mejor ejemplo de lo que sucedía en la Cámara, de hecho, fue esta ley de vivienda.

El texto fue llevado al Parlamento por el PSE y negociado con EH Bildu y por el único representante con que contaba UPyD, Gorka Maneiro. Las tres formaciones sumaban 38 escaños, justo la mayoría absoluta. En contra se posicionaron PNV y PP, que se quedaban en 37. La ley salió adelante finalmente en junio de 2015 y escenificó de forma clara la debilidad en la que en esos momentos se movían Urkullu y el Gobierno nacionalista, obligados a 'tragarse' un texto en el que no sólo no creían, sino que consideraban que sería enormemente perjudicial para Euskadi.

«Populista»

Los temores del PNV a los efectos que podría tener la normativa eran diversos. Josu Erkoreka, en esos momentos portavoz del Gobierno, alertó de que produciría «un efecto llamada masiva» y «de proyección mundial» al incluir el derecho de los ciudadanos a un «alquiler barato». En el debate definitivo en el Parlamento, el representante del PNV encargado de defender la posición de su grupo, Norberto Aldaiturriaga, calificó la ley que ahora los jeltzales defienden como una de las más progresistas de España como «una Carta a los Reyes Magos, populista y técnicamente mala». Unas críticas muy similares a las que lanzaba el PP, que hablaba de normativa «bolivariana».

En aquel momento, Vivienda dependía del departamento de Ángel Toña. «Actuaremos con lealtad», aseguró el consejero. Sólo un año después, el PNV y el PSE volvían a coaligarse en Euskadi y la materia pasaba a manos socialistas.

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