El plante de las principales asociaciones de víctimas marca el homenaje del Congreso

La de mañana será la décima edición de este homenaje, que el Congreso fijó el 27 de junio, día en el que el DRIL asesinó en 1960 con una bomba en la estación de Amara, en San Sebastián, a la niña Begoña Urroz, considerada la primera víctima mortal de una banda terrorista. Pese a que a este acto de reconocimiento se le presupone un clima de consenso, por tratarse de una cuestión tan sensible, lo cierto es que pocas veces ha estado exento de polémica. Covite lleva años sin asistir al estimar incongruente su celebración con la presencia de la izquierda abertzale en el hemiciclo. Ayer mismo hizo público un comunicado en el que tilda de «incoherente» homenajear a las víctimas del terrorismo en una institución «en la que tienen representación partidos políticos que justifican la existencia de ETA y que no condenan su violencia». «No podemos olvidar que estamos ante un final de ETA negociado y quienes hemos pagado y pagamos las consecuencias de ese indigno final somos las víctimas», reprochó su presidenta, Consuelo Ordóñez. Desde Covite denunciaron que la normalización política de la izquierda abertzale «esté provocando que no se intente acabar con la radicalización violenta de una parte de las sociedades vasca y navarra». Recordaron, en este sentido, que el pasado mes de mayo se registraron un total de 72 actos de apoyo a presos de ETA. Entre ellos, «múltiples acciones de acoso en las sedes del PNV, PSE y Podemos». «EH Bildu no ha condenado ni uno de esos actos de matonismo. Se limita a rechazarlos; es decir, adopta una posición estratégica y de conveniencia en vez de una postura moral, como siempre ha hecho», denunciaron. Aseguró Ordóñez que «mientras EH Bildu siga presente en las instituciones democráticas ante la mirada impasible de la mayoría de fuerzas políticas, Covite seguirá sin asistir» al homenaje de la Cámara baja.

Lectura de manifiesto

Más habitual ha sido la presencia de la AVT en este acto. Se ha desmarcado varios años –como protesta porque no se permitía tomar la palabra a ninguna víctima en el hemiciclo–. Pero nunca con la dureza con la que lo hará mañana. La asociación que preside Maite Araluce considera que el Ejecutivo central ha superado algunas «líneas rojas» que hacen imposible su presencia en el Congreso.

El colectivo acusa al Gabinete de Sánchez de «blanquear» a EH Bildu y critica la política penitenciaria puesta en marcha por el Ministerio del Interior. «Consideramos que, para poder rendir homenaje a las víctimas, hay que respetar su verdad, su memoria, su dignidad y la justicia a la que tienen derecho, y dentro del Congreso hay un Gobierno que no lo está haciendo», sostienen.

Representantes de la AVT se desplazarán a mediodía hasta la Cámara baja, pero no accederán a la misma. En el exterior darán lectura a un manifiesto y se recordará a todos los damnificados por el terrorismo.