«Aún pienso que el PP vasco debe reconstruir su proyecto y su mensaje»

- ¿Se ha desenchufado totalmente de la vida interna del partido?

- Estoy absolutamente desconectado de la vida de partido, pero mantengo contacto con las amistades que hice a lo largo de mi trayectoria política; tanto de mi partido como de otras formaciones. Singularmente del PSE y del PNV.

- ¿Y echa de menos la política?

- No. Sigo siendo una persona absolutamente interesada por la política, pero no echo en falta en absoluto la vida partidista y la dialéctica de partido.

- Sea sincero. ¿Le han tanteado para que vuelva al PP vasco?

- De verdad que no. Además, mi perfil es cada vez menos adecuado para la política actual. Creo que no valgo.

- ¿Echa en falta dirigentes que no se dejen arrastrar por el clima de bronca y confrontación?

- La política es confrontación y choque de ideas, pero también generosidad y acuerdo. Y lo que tenemos es un 99,9% de confrontación y de choque, y un 0,1% de generosidad y de acuerdo. Ante una dificultad extraordinaria como esta pandemia, deberíamos estar asistiendo a un debate público mucho más edificante. En cambio, los problemas que traíamos de antes de la crisis se han visto incrementados. Y me temo que si este clima se consolida aún más, quienes van a resultar beneficiados son los más radicales.

- ¿Y a usted le convence la oposición que ejerce el PP? Al fin y al cabo, también participa en ese clima de confrontación…

- En estos momentos existen muchos motivos para criticar y para ejercer oposición firme, pero también para ejercer, desde la generosidad y desde la talla de Estado, la voluntad de acuerdo. Creo que en ese equilibrio es por donde se deberían mover todos los partidos políticos, también el PP. Lo que no puede ser es que quien defienda un Gobierno diga que todo lo ha hecho bien, y quien está en la oposición diga que todo lo ha hecho mal.

- A usted, que fue muy crítico con el giro a la derecha de Pablo Casado, ¿qué se le removió por dentro cuando dio aquel portazo a Vox durante la moción de censura a Pedro Sánchez?

- Alivio. Creo que acertó y se lo dije personalmente a Pablo, con el cual tuve la oportunidad de charlar. Me parece que es la línea adecuada. Creo que un partido como el PP tiene que representar a la España sensata y no a la España inflamada. Y Vox lo que busca es generar conflicto. Alejarse de esas posiciones es lo que se espera de un partido de Gobierno y con vocación de Gobierno como es el PP, que tiene que representar en la sociedad española una alternativa al PSOE.

- ¿El desmarque de la extrema derecha llega tarde? ¿Cree que acabará pasando factura al PP?

- Llegó cuando creyeron los dirigentes actuales que era el momento. Siempre he abominado de los políticos que una vez que dejan la política hablan mal de su partido. Y yo no estoy en esa posición. Soy consciente de las dificultades que se afrontan y que a veces tienen sus tiempos. Bienvenida sea aquella posición y aquel discurso alejándose de Vox.

- Dejó el partido en sus horas más bajas y en medio de un intento de 'refundación' para tratar de remontar el vuelo. ¿Hace falta reconstruir el proyecto político del PP vasco?

- Es una obviedad. Creo que el PP tiene que reconstruir su posición y su mensaje político, fortalecerlo. Y es lo que intentamos. Siendo aún presidente Alfonso Alonso convocamos una convención para reafirmar los principios foralistas del PP. Lo que pretendíamos en aquel entonces era establecer las bases para proyectar el PP vasco del futuro, y aquello nos generó ciertos encontronazos y cierta incomprensión con la dirección nacional y con quien entonces era la portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo.

- Aquello no salió muy bien...

- No, pero conviene cada cierto tiempo revisar cuál es tu posición para actualizarla y para proyectarte al futuro, porque afortunadamente la Euskadi de 2021 tiene muy poco que ver con la Euskadi de 1995. Por lo tanto, tu discurso no puede ser el del año 1995, sino que tiene que ser el de 2021. Y eso es en lo que estaba el PP vasco.

- ¿Y cree que el PP vasco hoy está en esa clave?

- Lo desconozco.

- ¿Cómo vivió desde fuera la fulminante destitución de Alfonso Alonso?

- Con mucha pena y con desconcierto político. Alfonso era uno de los políticos con mayor preparación y con mayor capacidad que existía en el Parlamento vasco y en la política nacional. Y perder a alguien como él creo que fue un mal negocio para el PP.

- ¿La dirección nacional del PP fue injusta con él?

- Me pareció, tanto en el fondo como en las formas, muy mejorable y muy discutible. Quizás se podrían haber hecho mucho mejor las cosas.

- ¿Fue un error ir en coalición con Ciudadanos?

- No. Lo que sí creo es que no se valoró lo suficiente que en política uno más uno rara vez suma dos. Quizás la idea no sea mala y necesite más tiempo. O quizás el tiempo no es suficiente y haga falta también dotarle de contenido. Intuyo que esa es la clave que están intentando encontrar.

- ¿Le sorprendió el regreso de Carlos Iturgaiz?

- Sí, la verdad. Carlos fue presidente del PP vasco en el momento más difícil en la historia del PP y demostró con su personalidad, con su afecto y con su talla humana estar a la altura de las circunstancias.

- ¿Y cree que es el revulsivo que necesita hoy el PP vasco?

- Tiene la suficiente experiencia política y talla humana como para ser capaz de hacerlo. Tiene capacidades para crear las bases para que el PP pueda afrontar el futuro con una posición del siglo XXI.