![«No pediremos permiso para hacer nuestras políticas a quienes intentaron aniquilarnos»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/09/08/sanjose-kMm-U2201169711041axC-1200x840@El%20Correo.jpg)
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María Jesús San José (Sestao, 1966) reconoce que afronta un reto mayúsculo. Ya fue consejera de Justicia entre 2016 y 2020, pero el escenario es muy diferente. En realidad, no tiene nada que ver porque desde 2021 Euskadi gestiona las tres cárceles vascas y la ... gestión de la política penitenciaria. Por ejemplo, la concesión de las progresiones de grados, los permisos... En el foco, los presos de ETA. Apenas un 8% de la población reclusa, pero la que se lleva gran parte de la atención y sobre la que suelen generarse las mayores polémicas en un país donde todavía supuran las heridas de 40 años de terrorismo.
– ¿Qué le pareció que Arnaldo Otegi dijese que el PNV había hecho una dejación de responsabilidades al ceder la política penitenciaria a los socialistas?
– Los socialistas no tenemos que pedir permiso a nadie para llevar adelante nuestras políticas, y menos a quienes intentaron aniquilarnos. Lo que veo es que a algunos de los que, como digo, intentaron aniquilarnos les salen tics del pasado.
– ¿Va a endurecer su departamento la política penitenciaria, al menos en lo que se refiere a los presos de ETA?
– Estamos hablando de aplicar la ley, que es algo que los socialistas hacemos siempre. Cuando desde la izquierda abertzale se alude a la posibilidad de que los miembros de ETA puedan acogerse a los derechos que establece la normativa me parece bien. Pero también es oportuno recordar que fue la propia banda y su entorno los que durante años impidieron a los presos de ETA beneficiarse de ellos. Por nuestra parte no habrá ninguna excepción.
– Usted se quejó en julio de que los procesos de reinserción de los miembros de ETA no estaban siendo los mejores.
– Con todos los presos el objetivo es el mismo: dotarles de las herramientas para que puedan hacer un proceso de reflexión y conseguir una reinserción social plena. Y eso pasa por un reconocimiento del daño injusto causado. Pero no solo para los delitos de terrorismo, sino también para los abusos sexuales, los maltratadores, los corruptos... Los presos de ETA tienen que responder a esa pregunta: por qué se va a hacer una excepción con ellos si es necesario en el resto de casos. Y la izquierda abertzale también tendrá que responder a otras cuestiones.
– ¿A cuáles?
– Bueno, la izquierda abertzale tiene su propia mochila, la de prometer a los presos durante años cosas que sabía que no se podían hacer.
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– Ha hablado de reconocer el daño injusto causado. ¿Se lo van a pedir a los miembros de la banda para las progresiones de grado?
– No vamos a hacer distinciones por razón del delito.
–¿Pero se lo van a exigir?
– Lo que puedo decir es que no habrá ni discriminaciones ni privilegios en la aplicación de la legislación penitenciaria.
– ¿Y cree que lo reconocerán en algún momento?
– Creo que la ciudadanía vasca exige el cumplimiento de los valores democráticos. Tienen que dar ese paso porque es necesario en una sociedad que ha pasado por lo que ha pasado, con un terrorismo que ha dejado tanto rastro de dolor.
– La mayoría de las progresiones de grado concedidas hasta ahora por el Departamento de Justicia, en manos del PNV, han sido avaladas por la Audiencia Nacional. Tampoco se estarían haciendo tan mal las cosas, ¿no?
– Algunas se han avalado y otras se han recurrido. En la gestión penitenciaria lo que vamos a imponer es el rigor y ser garantistas con la aplicación de la ley. Porque sabemos que todo lo relacionado con las progresiones causa un sufrimiento añadido a las víctimas.
– ¿Qué le pareció que Jaime Tapia, el anterior exasesor de víctimas del Gobierno vasco, dijese que no hacía falta «humillar» a los presos de ETA?
– Bueno, a ver, todo esto sale por unas declaraciones en las que mencioné el arrepentimiento público, que además tenía que ver con una responsabilidad que tenemos todas las administraciones de conseguir que se dé esa reinserción plena en los presos. Que al final reconozcan lo injusto del daño causado y el dolor que han generado en sus víctimas. A partir de ahí, ¿qué partido no vería correcto que exigiéramos eso a los presos que han cometido agresiones sexuales, maltratadores y corruptos? O lo planteo al revés. Si se lo pedimos al resto de presos que han cometido otros delitos, a veces aberrantes, ¿por qué no se lo podemos exigir a los de ETA? No hacerlo sería hacer una excepción que desde luego no cabe en la legislación.
– ¿Pero la legislación penitenciaria exige realmente ese arrepentimiento o estamos hablando casi de una cuestión más ética que legal?
– Nosotros no vamos a exigir ninguna condición añadida a lo que exige la legislación penitenciaria para que estos presos accedan a sus derechos. No vamos a añadir nuevas condiciones.
– Pero la ley también tiene su margen de interpretación.De hecho, el entorno de los presos de ETA dice que se les está imponiendo una ley de excepción.
– La ley que se les aplica es la penitenciaria, como al resto de presos. Pero los internos que han cometido delitos de terrorismo tienen unos requisitos adicionales porque el daño que han causado a sus víctimas, que desde luego fue tremendo, también se lo han causado al resto de la sociedad. Y eso exige unos requisitos añadidos.
– ¿Será «creativo» el Gobierno vasco, como le pidió Joseba Azkarraga, portavoz de Sare?
– En las cárceles vascas hay 1.600 presos y apenas el 8 o 9% son de ETA. Insisto, vamos a aplicar la legislación penitenciaria. Que nadie espere ninguna excepción para los presos de ETA. Creo que lo excepcional es pedir alguna excepción para estos reclusos.
– Usted ha apelado a impulsar desde el Gobierno vasco una «memoria con rigor histórico». ¿No es algo que ya se estaba haciendo?
– Creo que cada una de las personas que sufrió el terrorismo tiene una vivencia personal, su propio relato sobre cómo fue esa etapa. Nosotros no nos tenemos que centrar en esas vivencias personales, sino en el rigor histórico.
– Ese es el trabajo que en teoría tenía que hacer Gogora.
– Bueno, Gogora lleva 10 años de andadura y todas sus atribuciones ya se han completado porque tenemos la ley de víctimas del terrorismo, la de abusos policiales y desde hace un año la de memoria democrática. Creo que tenemos el marco normativo completo. Hemos hablado mucho con los trabajadores de Gogora y queremos darles un protagonismo, porque nos han señalado muchos puntos de mejora que vamos a analizar para que el instituto sea un espacio para todas las memorias.
– ¿Qué se está haciendo mal en Euskadi para que 13 años después del fin del terrorismo sigamos con las polémicas de las fotos de los presos, el dolor de las víctimas? ¿Está fallando algo en el sistema educativo, en el relato que se traslada...?
– Yo entiendo la consternación de las víctimas cuando espacios públicos se están ocupando para reivindicar a personas que si por algo tienen relevancia es por haber asesinado, extorsionado o secuestrado. Creo que es un doble dolor, porque esas personas reivindican a los asesinos de sus familiares y además esas víctimas no pueden disfrutar de los espacios públicos como hace el resto de la ciudadanía. Esas imágenes se deberían retirar para evitar ese dolor injusto.
– ¿Hemos llegado a un punto en el que se han normalizado?
– Claro, es que también tenemos que mirar esa indiferencia general que hay en la sociedad cuando pasan esas cuestiones. Y no solamente me preocupa por esa memoria reciente, sino porque cada vez estamos viendo a nivel internacional cómo se banalizan esas situaciones de odio al diferente, de discriminación... Todo eso es muy importante, porque transmitimos un mensaje a la juventud que no es el adecuado; pueden normalizar algo que no es normal.
– Pero la realidad es que para un sector relevante de la sociedad vasca sí es normal.
– Pero es que ahí están personas que han asesinado, que han cometido un delito y por eso están en prisión. Los presos no van a poder acudir a las fiestas, pero desde luego sus víctimas tampoco. Y las víctimas tienen razón cuando dicen que esto no ocurriría con otros presos como maltratadores, abusadores sexuales o corruptos.
– ¿Se puede impulsar un pacto ético sin pedir que todos los partidos condenen el terrorismo?
– El lehendakari ha trasladado una propuesta a los grupos y serán ellos los que realicen aportaciones. Y en la explicación que ofreció indicó que la cuestión ética sobre el terrorismo era previa, y que había querido sacarla expresamente de esa propuesta. Indudablemente, la aspiración ética a la que está llamada Euskadi es que se admita la injusticia del dolor inútil causado por el terrorismo, porque eso sí que será una vacuna real para evitar que se repita en el futuro.
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