Los partidos pactan que los alumnos acaben la ESO con un nivel B2 en euskera y castellano

Se apuesta por un proyecto plurilingüe con el euskera como eje y una protección especial para su promoción. En todo caso, el objetivo será que la totalidad del alumnado «adquiera capacidad comunicativa en ambas lenguas oficiales». Esto se traduce en que al final de la ESO los estudiantes deberán acreditar un nivel B2 en euskera y castellano y B1 en lengua extranjera.

La reforma educativa impone que la escolarización sea gratuita al menos a partir de los 3 años, y el Consorcio de Haurreskolak se publificará. También se decreta la «gratuidad real» de la concertada con el fin a las cuotas encubiertas. Se advierte de un incremento del «control de cobros» de actividades «complementarias» y se establece como requisito para lograr financiación que los centros no tengan ánimo de lucro.

Se dispondrán las «medidas necesarias» para evitar la segregación del alumnado «por motivos socioeconómicos o de otra naturaleza». Todos los centros deberán comprometerse con «la inclusión, la equidad y la igualdad de oportunidades».

El documento establece que el sistema educativo vasco es «laico». El máximo de horas que los colegios podrán ofrecer de Religión será «el mínimo establecido por la ley» a nivel nacional, y los centros «garantizarán que no haya adoctrinamiento». Tampoco se permitirá «la segregación sexual», y se garantizará la libertad sexual y de género.

Se dará « mayor peso» a las rentas bajas y a la cercanía, y se eliminarán el «punto dinástico» o discrecional. Se regulará «un procedimiento único de admisión» del alumnado en centros públicos y concertados para garantizar el acceso en condiciones de igualdad.

En un contexto de baja natalidad, las bases de la nueva Ley de Educación prevén que se haga una oferta de plazas «ajustada» a la demanda real de alumnos en cada zona, evitando «las sobreofertas y las infraofertas» que puedan dar ocasión «a un aumento de la segregación».

Si bien los datos relativos a la competencia lingüística de los profesores son «positivos», «hay aspectos que mejorar», dice el documento. Por ello, se propone crear el Instituto para el Aprendizaje de Euskera, con el objetivo de que alcancen un nivel de C1+ y «ayudarles a desarrollar un dominio óptimo del euskera, sobre todo a nivel oral».

Es el plazo que se establece para el «despliegue del conjunto de actuaciones» recogidas en las bases de la reforma. Ese horizonte se divide en dos sexenios de planificación: 2022-2028 y 2028-2034, para los que el Gobierno fijará los objetivos. Se exigirá, especialmente a la concertada, una «progresiva adaptación».