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El Parlamento vasco sigue sin esgrimir la ansiada unidad que busca Iñigo Urkullu para abordar el impacto de la invasión rusa de Ucrania, especialmente entre ciudadanos y empresas. Al menos eso es lo que reflejó la sesión plenaria de ayer, en la que la oposición ... criticó la «inacción» del Ejecutivo y se rechazaron dos iniciativas de EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU que planteaban medidas de carácter social y fiscal. Todo a falta de cinco días para el inicio de la ronda de contactos entre el lehendakari y los grupos parlamentarios.
Un mes después del inicio de la guerra, el ambiente no parece propicio en la Cámara vasca a un acuerdo de país de cara al pleno monográfico que se celebrará el viernes de la semana que viene. Desde EH Bildu, el parlamentario Iker Casanova se mostró especialmente duro con un Gobierno vasco que, en su opinión «predica unidad, no dialoga y practica el sectarismo». Mas comedido, el representante de Podemos, David Soto, apostó por un «pacto de rentas» que cuente con el apoyo de los sindicatos y de la sociedad civil porque, defendió, «la situación actual no puede pasar por una devaluación salarial y por bajadas de impuestos». Por su parte, el portavoz de PP+CS, Luis Gordillo, subrayó que se deben impulsar también «reformas» y no solo «parches» que «no van a solucionar nada y solo van a retrasar lo inevitable».
Desde los partidos que forman el Ejecutivo, en cambio, argumentan que «ya se han puesto en marcha medidas concretas», como aseguró la parlamentaria del PNV Itxaso Berrojalbiz. «No se puede tachar de sectarismo a un Gobierno con todas estas acciones», defendió antes de apostar por «alcanzar consensos y acordar aparcando hostilidades» durante la ronda de partidos.
La parlamentaria jeltzale se refería al plan inversor hecho público el miércoles por el propio Urkullu, que incluye un fondo de 530 millones hasta 2024 para encarar la crisis económica y social. Incentivos que Bildu considera «fake news» porque interpretan que dicha estrategia ya estaba diseñada antes de la invasión rusa para preparar la llegada de los fondos europeos. «Sacan medidas de un cajón para decir que van a ayudar en esta crisis», zanjó Casanova.
La parlamentaria del PSE-EE Sonia Pérez calificaba de «ágiles» estas reformas y comparaba la «capacidad de reacción ante la pandemia» del Ejecutivo vasco con «la puesta en marcha ahora de medidas de tipo económico y social».
El PNV había expresado 24 horas antes su «preocupación» en el Congreso con las últimas decisiones adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, en especial por el impacto que los incentivos puedan tener en la deuda pública. El mensaje puso en guardia a morados y abertzales de cara a los encuentros de la semana que viene y así lo manifestaron ayer.
El texto que sí salió adelante fue el presentado por los socios de Gobierno, ante el que todos los grupos de la oposición se abstuvieron. En el documento, el Parlamento vasco reafirma su «condena más rotunda a la invasión unilateral de Ucrania por parte de Rusia». También insta al Gobierno vasco y al resto de instituciones a que, sin perjuicio de las ayudas de carácter económico y social aprobadas por el Ejecutivo central, refuercen las medidas de acogida y asistencia social, sanitaria, educativa y económica puestas en marcha para atender a los refugiados que se encuentran en Euskadi.
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