La búsqueda de acuerdos amplios y la mejora de Osakidetza, dos de las máximas que se ha impuesto Imanol Pradales, han convergido este jueves en ... el Parlamento vasco durante el primer pleno de la legislatura. Sin embargo, el entendimiento para «revisar» la política de personal en la Sanidad pública –aprobado por una mayoría abrumadora, con el único voto en contra de Vox– no ha podido zafarse del profundo escepticismo mutuo que se guardan los firmantes. A un lado, PNV y PSE-EE recelan del «cambio de actitud» de EH Bildu al mostrar ahora una evidente disposición al pacto; y al otro, la coalición soberanista duda de que los socios de gobierno vayan a pasar «de las palabras a los hechos».
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En una iniciativa acordada por los dos integrantes del Ejecutivo autonómico y la principal fuerza de la oposición, y que además ha contado con las abstenciones de PP y Sumar, la Cámara ha aprobado una proposición no de ley que aborda uno de los principales problemas del sistema sanitario vasco: el déficit de profesionales y la alta eventualidad en la plantilla. La moción emplaza al Departamento de Salud a «finalizar los procesos de consolidación» de las actuales OPE y a «revisar» el modelo de las Ofertas Públicas de Empleo. También insta a abordar fórmulas que aporten «mayor estabilidad» y valorar las necesidades asistenciales en cada una de las OSI para ordenar la plantilla.
El texto rubricado no recoge pasos concretos y tangibles en una u otra dirección, pero al menos sí sienta un esperanzador precedente de cara al pacto sanitario que partidos, sindicatos y organizaciones de profesionales negocian fuera del Parlamento en una de las iniciativas estrella de Pradales. Y esa imagen de entendimiento es la que han pretendido subrayar los portavoces de las tres principales formaciones políticas. «No estamos tan lejos, estamos cerca», ha reivindicado Jon Aiartza (PNV). «Se ha dado un cambio (por parte del Gobierno) y eso hay que decirlo», se ha felicitado Rebeka Ubera (EH Bildu). «Quiero poner en valor el acuerdo, me parece importante», ha rematado Ekain Rico (PSE-EE).
En cualquier caso, pese a congratularse del pacto, todos ellos han coincidido también en poner en cuarentena el compromiso ajeno. La representante de EH Bildu, azote de Gotzone Sagardui en el anterior mandato, ha recordado al nuevo consejero de Salud, Alberto Martínez, que este acuerdo «debe desarrollarse» con medidas. «No es un cheque en blanco, hay que cumplir», ha advertido Ubera. Las resistencias no han sido menores entre los socios de gobierno. Por el PNV, Aiartza ha planteado su desconfianza sobre el talante mostrado por la coalición soberanista: «Dudo respecto a su cambio de actitud, aunque tengo la esperanza de que mantengan esta actitud». Y por el PSE-EE, Ekain Rico ha tirado de cierta sorna para dar la «bienvenida» a la formación de Arnaldo Otegi a «la senda del acuerdo», que «se podía haber dado en la anterior legislatura».
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Entre las formaciones restantes en el hemiciclo, el PP se ha abstenido porque buscaba que la moción fuera «más allá». Laura Garrido ha planteado la necesidad de poner en marcha un plan estratégico para reducir la temporalidad y reclamó una revisión del requisito del euskera para acceder a un empleo en Osakidetza «si queremos atraer y retener talento». Sumar también se ha quedado en la abstención por «prudencia», según dijo Jon Hernández, y a la espera de que el Gobierno vasco cumpla con «hechos». Por último, Vox, la única formación que ha votado en contra, no ha participado en el debate y, por tanto, no ha argumentado su postura contraria.
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