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No hubo reproches ni palabras altisonantes. Arnaldo Otegi ha preferido este mediodía obviar la polémica que arrastra con el Gobierno vasco y el PNV a raíz de los incidentes por las 'no fiestas' y ha optado por marcar perfil de izquierdas ante los retos que ... se avecinan. El coordinador general de EH Bildu, que ha comparecido este mediodía en Pamplona en un acto junto a EH Bai de arranque del curso político, se ha comprometido en luchar contra los «nuevos fascismos» y el cambio climático y a defender el derecho a decidir, la igualdad social y «la identidad cultural y social» de Euskadi.
Ha estado esta semana cargada de crispación. Pero la polémica venía de atrás, con el 'ongi etorri' al etarra excarcelado Agustín Almaraz en Santutxu y los incidentes violentos, saqueos y incluidos, en San Sebastián, Bilbao o Plentzia. Sortu apoyó con entusiasmo el recibimiento a ex preso terrorista, condenado por cuatro asesinatos, mientras que lamentó los altercados pero evitó «condenarlos» o prestar apoyo explícito a la Ertzaintza cuando fue atacada al intentar disolverlos. El lehendakari censuró por «repulsivas» esas actitudes ambiguas y Otegi tildó de «miserables» las palabras de Iñigo Urkullu. La pugna, lejos de quedarse ahí, subió varios grados el jueves, cuando el vicelehendakari y consejero de Seguridad. Josu Erkoreka dudó abiertamente de la credibilidad del dirigente de la izquierda abertzale cuando proclama no haber justificado la violencia contra la Policía autónoma por parte de los jóvenes que les reciben a botellazos e incluso recordó su pasado en ETA.
Hoy volvía a tomar la palabra Arnaldo Otegi, pero ha preferido no echar, al menos por ahora, más brasas a la hoguera. Ha optado el lider de EH Bildu por un discurso más político, en el que ha querido destacar el auge, así lo ha presentado, en Europa de unas izquierdas soberanistas «cada vez con mayor notoriedad política, presencia institucional y respaldo social». «Y no es un fenómeno coyuntural», ha puntualizado, «sino la apuesta por recuperar la idea de otra Europa» en un momento de «incertidumbre» y «ante la amenaza de otra pandemia: el fascismo», ha añadido.
Otegi, que ha recordado que EH Bildu es segunda fuerza en Euskadi «por mucho que les pese a algunos», ha desgranado brevemente los compromisos de su formación de cara al nuevo curso político. Entre ellos, ha enumerado, la lucha frente «al autoritarismo», la defensa de la igualdad social y de género, el reto ecológico y la apuesta por del derecho a decidir. Se espera que el Parlamento vasco afronte de nuevo el debate sobre el nuevo estatus. Pero también ha advertido Otegi de la necesidad de que, «en un mundo multidentitario y global», el País Vasco mantenga «su cultura y su identidad». «Existe el riesgo de que pueda desaparecer con el tiempo», ha señalado.
Sonaba la música de estas últimas declaraciones a la que se escuchó el lunes, cuando el coordinador general de EH Bildu achacó las algaradas protagonizadas por jóvenes al «modelo de ocio neoliberal» y al «nihilismo existencial» de las nuevas generaciones. Fue la chispa que prendió del todo la mecha y que llevó a Urkullu a impulsar un debate sobre la pérdida de valores en las sociedades modernas, lo que acabaría provocando el enfado posterior del líder de la izquierda abertzale. Hoy ni rastro de la polémica.
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