El coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, acompañado por Miren Zabaleta (i) y Rafa Díaz (d) durante una rueda de prensa este sábado. E. P.

Otegi dice que su condena «fue un operación de las cloacas del Estado contra la paz»

«Hemos pagado un precio muy duro, pero estamos satisfechos por el trabajo que hicimos», afirma tras anular el Supremo su sentencia por el 'caso Bateragune'

Lorena Gil

Bilbao

Sábado, 1 de agosto 2020, 13:12

Arnaldo Otegi ha afirmado este sábado que la anulación de su condena por parte del Tribunal Supremo «confirma que fue una operación política urdida por las cloacas del Estado para impedir la paz en Euskal Herria« y para, ha añadido, «desvertebrar» el ... proyecto independentista.

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El coordinador general de EH Bildu ha comparecido este mediodía, acompañado de su abogado Iñigo Iruin, veinticuatro horas después de que se diera a conocer la decisión del alto tribunal. La Sala Segunda del Supremo ha anulado la sentencia de la Audiencia Nacional que en mayo de 2012 condenó a Otegi y a otros cuatro líderes 'abertzales' a penas de entre seis años y seis años y medio de prisión por un delito de pertenencia a organización terrorista en el 'caso Bateragune'. El Supremo revoca aquel fallo después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos zanjara que el juicio en la Audiencia Nacional no fue imparcial por culpa de la presidenta de la sala y sus comentarios hacia Otegi en otra vista anterior. Dicha sentencia ahora anulada, y que fue cumplida íntegramente por los procesados, llevaba emparejada la inhabilitación del político vasco hasta 2021 y ha sido la que ha impedido que Otegi pudiera presentarse como cabeza de lista de EH Bildu, entre otros comicios, a las pasadas elecciones autonómicas.

En su intervención de hoy, Arnaldo Otegi ha celebrado «la victoria jurídica» que ha supuesto la anulación de la sentencia que, según ha denunciado, fue «una operación política urdida por las cloacas del Estado» con tres objetivos: «impedir la paz», «dividir» a la izquierda abertzale y «desvertebrar» el proyecto independentista. En este sentido, ha añadido, la decisión del Supremo ha supuesto también una «victoria política» porque la izquierda independentista es, diez años después, «más fuerte». Es segunda fuerza, y al alza, en el Parlamento vasco. «Hemos pagado un precio muy duro pero estamos muy satisfechos con el trabajo que hicimos y, por este país, hemos estado dispuestos a pagar ese precio», ha asegurado Otegi, que ha emplazado al Estado a decir «cuándo va a hacer una apuesta por las vías pacíficas y democráticas».

Estrasburgo

La sentencia emitida en Estrasburgo en noviembre de 2018 dictaminó que España vulneró el derecho a un juicio justo de Otegi y sus compañeros de banquillo básicamente por el comportamiento de la jueza Ángela Murillo, presidenta de la sección cuarta de lo penal de la Audiencia Nacional. Esta magistrada había presidido en marzo de 2010 otro proceso contra Otegi en el que resultó condenado a dos años por enaltecimiento del terrorismo. En aquella vista oral realizó comentarios polémicos del tenor de «por mí como si toma vino» cuando el acusado pidió agua. Pero las palabras de mayor trascendencia procesal se produjeron cuando preguntó al líder independentista si condenaba el terrorismo de ETA. Tras su silencio, Murillo afirmó: «Ya sabía yo que no me iba a contestar a esa pregunta».

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Aquel primer juicio contra Otegi presidido por Murillo ya fue declarado nulo en 2011 por el Supremo que entendió que la pregunta sobre la condena a ETA y su comentario posterior suponían indicios de prejuicios y de una idea preconcebida de la culpabilidad. Pero poco después Otegi volvió a ser juzgado por el 'caso Bateragune', bajo la acusación de pertenencia a banda armada por haber intentado reconstruir la ilegal Batasuna para formar una «alianza independentista» siguiendo órdenes de ETA. Y Murillo volvió a presidir el tribunal. Otegi y Díez Usabiaga fueron condenados a diez años y el resto a ocho. La sentencia consideró acreditado que «en connivencia y siguiendo las superiores directrices de ETA, en la que se hallaban integrados, diseñaban una estrategia de acumulación de fuerzas soberanistas». Las penas fueron rebajadas por el Supremo. Y ahora, anuladas.

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