

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Nunca se habían visto tanto las ajadas costuras de la UE. En tiempo récord nos han puesto frente al espejo. Ante nuestras vulnerabilidades y nuestras ... olvidadas fortalezas. Lo que antes era estabilidad, hoy es amenaza. Trump ha demostrado que Europa no puede seguir viviendo de las rentas. Con crudeza. Quizás era lo que necesitábamos: una buena sacudida para avanzar y reinventarnos.
El primer vector de esta reinvención es la economía. Llevamos años atrapados en un modelo que ha dejado de ser sostenible y justo. La creciente desigualdad y la falta de respuesta (o su lentitud) ante los desafíos tecnológicos y medioambientales exigen un cambio urgente. Las grandes corporaciones y una minoría de la sociedad reparten las cartas. Mientras tanto, las pymes y una mayoría social (cada vez más grande) luchan por sobrevivir ante un entorno cada vez más desequilibrado.
La competitividad no es solo cuestión de mercados abiertos. Es el momento de ser valientes y apostar por un nuevo modelo que no dependa exclusivamente de la energía barata ni de la mano de obra de bajo coste de otras regiones. Es el momento de innovar, de nuevos modos de producción y consumo, y de una Administración circular, que nos aporte eficiencia y coordine con agilidad las acciones para recuperar soberanía estratégica. Llevará tiempo y sacrificio. Pero solo con un nuevo modelo podremos atajar la creciente desigualdad y ofrecer un futuro de esperanza. Especialmente para la gente más joven, que atiende (y mucho) los cantos de sirena de quienes prometen más recursos materiales, sacrificando libertad y democracia.
Y es que no solo de economía se trata la reinvención. También es hora de repensar el modelo democrático. Trump es el crudo ejemplo de una de las grandes contradicciones de nuestro modelo: la distancia entre la política tradicional y la realidad ciudadana. La desafección política alcanza niveles que deberían avergonzarnos y las instituciones son percibidas como lejanas y desconectadas de la ciudadanía.
Los partidos y las instituciones deben impulsar el debate. Pero esto es cosa de todos. También de los movimientos sociales, de la sociedad civil no organizada o de las empresas. Como lo fue en la reconstrucción tras la II Gran Guerra, en la Transición española, o en la recuperación de la Autonomía. Algunos avances estamos viendo en Euskadi, con el Ejecutivo impulsando la reindustrialización o el debate sobre la calidad de nuestra Democracia.
Para avanzar hacia ese doble cambio de modelo sobra el dogmatismo y falta observar, escuchar y entender el contexto. Y, especialmente, ser valientes para cambiar. Y equivocarnos. Prueba y error. Hasta acertar. Si no, solo iremos a peor.
Trump nos ha retado y esto es bueno, porque nos ofrece la oportunidad para hacernos grandes otra vez. Make Europe Great Again. Make Euskadi Great Again.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La sede del Reina Sofía estará lista a finales del próximo año
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.