Ortuzar presiona al PSE para reabrir el debate del estatus y lograr un acuerdo con Bildu

La demostración de que no es sencillo lograr una fumata blanca es que la ponencia se constituyó en marzo de 2014 y los puntos que impiden el acuerdo siguen siendo los mismos que hace una década. El acercamiento es notable en cuestiones sociales –los socialistas, de hecho, ven bien la reforma para adaptar elEstatuto al siglo XXI– pero cuando la discusión se adentra en terrenos identitarios todo salta por los aires.

La intención de abrir de nuevo el debate también la ha expresado EH Bildu. En su programa electoral apuesta por reactivarlo tras el verano y lograr un texto común en el Parlamento vasco que luego se pueda mandar al Congreso en un año. Unos plazos que comparte Ortuzar, para el que existe «el aliciente muy importante» del acuerdo firmado por el PNV con Pedro Sánchez a finales del año pasado, en el que se comprometían a dialogar de «buena fe» para abordar, entre otras cuestiones, «el reconocimiento nacional de Euskadi».

La hipótesis de un pacto a tres bandas choca frontalmente con la existencia de dos textos que son incompatibles. El primero son las bases compartidas por el PNV y EH Bildu en el otoño de 2018. Un documento que recoge todas las reivindicaciones soberanistas, desde el derecho a decidir, a la distinción entre ciudadanía y nacionalidad, consulta habilitante...

Un año después los jeltzales pegaron un viraje. En diciembre de 2019 los expertos propuestos por el PNV, PSE-EE yElkarrekin Podemos entregaron otro documento que en teoría sintetizaba las tres visiones, aunque con un importante número de votos particulares. Los dos están guardados en el cajón y, según ImanolPradales, la idea sería intentar una especie de fusión que sirviese a todas las partes.

Margen limitado

Pero ese deseo se enfrenta a las dudas que genera en las otras partes. Porque tanto EH Bildu como el PSE-EE creen que el PNV tendrá que elegir. Aun así, Ortuzar aseguró ayer que si la coalición soberanista «ratifica en las instituciones» la postura que ha mantenido en campaña el acuerdo podría ser posible. El margen, en todo caso, es limitado.

Aunque en el programa de Bildu no hay ninguna referencia a la independencia, Pello Otxandiano ha explicitado que el derecho a decidir es una condición que debe quedar plasmada. A eso se añaden otros conceptos como bilateralidad o consulta habilitante que el PSE ha recalcado que no aceptará. Arnaldo Otegi volvió ayer a dejar clara su postura: «¿Doce parlamentarios del PSOE van a limitar la ambición nacional de 54 parlamentarios?».

A este debate se le añade otra derivada. Un acuerdo primero tendría que lograr el aval del Parlamento vasco, de ahí iría al Congreso y luego tiene que ser aprobado en referéndum. ¿Sería capaz de generar más apoyo que el de 1979? La participación superó el 58% y el voto a favor, el 90%.