Gobierno vasco y PNV presionan para que Bildu condene la violencia

La marejada ya venía de atrás. De cuando Arnaldo Otegi atribuyó los ataques a la Ertzaintza en las 'no fiestas' al modelo de ocio «neoliberal» y el lehendakari lamentó que buscase «justificar solapadamente» actitudes violentas. Y ayer el mensaje fue claro. Ortuzar fue explícito y consideró «una pena» la incapacidad de la izquierda abertzale para ajustarse a los mismos «parámetros» que utilizan el resto de siglas para hacer valer su repulsa contra la violencia. «Sé que esto a ellos les incomoda un montón y les gustaría cerrar esta página de una vez por todas. Pues es fácil, utiliza la palabra condena y ya nadie podrá decirte nada», instó.

En una entrevista en 'Onda Vasca', el líder del EBB comparó a EH Bildu con el conductor kamikaze que cree que son todos los demás los que circulan en dirección contraria. «Se les atraganta la palabra condena. En el fondo lo que se les atraganta es la relación con su pasado, como si utilizarla llevara implícita una enmienda a la totalidad a lo que ha sido su acción política. Son rehenes de sus propios fantasmas, de sus miedos», interpretó.

El presidente jeltzale les pidió «cordura y sensatez» para no «dar alas» a la «muy pequeña parte» de la juventud que se enfrenta a la Policía autonómica. «Qué más quieren esos cuatro, porque son muy pocos, que alguien los eleve a categoría política o ideológica», censuró.

«Con cosas como las que han pasado este verano es difícil que EH Bildu pueda dar sensación de credibillidad como alternativa» de gobierno al PNV, lamentó Ortuzar, que se mostró «escéptico» sobre la posibilidad de que la izquierda abertzale pueda alcanzar acuerdos con su partido. «Están focalizados en las elecciones del 23», opinó.

Zupiria incidió en que la sociedad no se puede permitir «normalizar» conductas violentas, que deben recibir «la condena pública más contundente» de las instituciones y de «todos» sus representantes. «Una sociedad democrática no puede aceptar que se produzcan agresiones que atentan contra la dignidad de las personas y que se busquen argumentos para justificarlas, tengan que ver con la identidad sexual, con el color de la piel o con la militancia política», remachó.