El parlamentario del Partido Popular Carmelo Barrio ha cuestionado este viernes a la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, con motivo del homenaje tributado al expreso de ETA Ibai Aginaga el pasado domingo en Berango. La pregunta, realizada durante el pleno de control, ha derivado en un rifirrafe entre ambos después de que Barrio se cuestionar «si el Ayuntamiento de Berango -liderado por el PNV- comparte algún objetivo» con los organizadores del acto. «¿Me está diciendo a la cara que si compartimos objetivo? ¿Que nosotros compartimos objetivos con Aginaga? Ha superado todos los límites», replicó Artolazabal visiblemente molesta.
La cosa había comenzado de forma más tranquila. «El Ayuntamiento ha permitido la celebración en su frontón municipal de un acto de homenaje y recibimiento al etarra Ibai Aginaga tras su salida de la prisión de Basauri. Este tipo de actos han recibido el rechazo mayoritario de este Parlamento y de la sociedad democrática por lo que supone de humillación a las víctimas del terrorismo y de golpe a la convivencia», explicó Barrio en su primera intervención. El parlamentario preguntó concretamente «qué medidas considera adoptar el Gobierno vasco ante la organización de este tipo de actos de homenaje con autorización municipal».
Artolazabal respondió que el Consistorio de Berango «no autorizó ese acto sino un acto cultural con bertsos y una comida» y que «las pancartas colocadas el día 13 de marzo no informaban de ningún acto en el que él estuviera presente y, aún así, se ... dio conocimiento a la Ertzaintza y a la Policía de la localidad». También recordó que la propia Audiencia Nacional no prohíbe estos actos de forma preventiva.
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En la réplica, Barrio señaló que «todo el mundo en la zona sabía que se iba a celebrar ese acto y se repartieron boletos por todo el pueblo para la comida». «Es un acto ilegal que humilla a las víctimas y va contra el plan Udaberria del Gobierno. Algo tendrá que hacer para impedir estos actos en los que, además, hay menores aplaudiendo a un criminal. El Ararteko algo tendrá que decir», lanzó. Y zanjó, tras recordar los boletos de la comida, que «el Ayuntamiento miró para otro lado. ¿Pasa? ¿Le da igual? ¿Comparte algún objetivo? ¿No piensa en las víctimas de ETA?. Gobernar un ayuntamiento es complicado. Pero hay que hacer algo».
La consejera Artolazabal defendió que «el rechazo a los 'ongi etorris' no sólo lo muestra usted sino la mayoría de esta Cámara y de este pueblo» y «nunca estuvieron justificados», pero «no se puede hacer una prohibición preventiva». «Aginaga cometió graves delitos, fue juzgado, condenado, cumplió condena y recuperó la libertad. No es un héroe. No luchó en defensa de la libertad sino contra ella», declaró.
Aurresku y vítores
En Berango hubo banderas, vítores, aurresku de honor, irrintzis y alegatos a favor de «la legitimidad de la lucha». Centenares de personas ovacionaron al ex preso de ETA tras abandonar la cárcel de Basauri, donde cumplió la última parte de una condena de casi 20 años por depósito de armas, asociación ilícita y falsificación de documentos. La Asociación de Municipios Vascos (Eudel) pidió explícitamente a los consistorios el año pasado que no cedieran instalaciones públicas para la celebración de 'ongi etorris'. El Ayuntamiento de Berango, gobernado por el PNV, asegura que la autorización se había otorgado a «una asociación cultural» para «un acto de bertsolaris», aunque había constancia de que se iba a convocar un recibimiento en el pueblo al menos desde tres días antes.
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