Desde que José María Aznar admitió hablar catalán en la intimidad, una confidencia que acabaría cristalizando en el Pacto del Majestic y en 400.000 millones de las antiguas pesetas a transferir a Cataluña en cuatro años, no se había podido contemplar de manera tan ... gráfica la conversión de las lenguas cooficiales del Estado en vulgar moneda de cambio de los chalaneos políticos de turno. Es pertinente recordar que en aquel lejano 1996 los simpatizantes populares celebraron la victoria al grito de 'Pujol enano, habla castellano' pero los 16 escaños de la antigua Convergència bien valían un giro de guion. Unos días más tarde, Xabier Arzalluz reproducía el apretón de manos y se vanagloriaba: «He conseguido más en 14 días con Aznar que en 13 años con Felipe González». Por cierto, no tuvo empacho en hablar en euskera en Génova y cuando un reportero se lo afeó, respondió: «Esto de aquí son las gaviotas del PP. ¿Cree que no sé con quién estoy pactando?»
Publicidad
Moraleja: no es nuevo esto de poner la alfombra roja a quien te puede hacer presidente pero sí que se note tanto si quieres más a mamá o a papá. A CiU y al PNV les interesaba entonces que el otro saliera en la foto y a los negociadores del PP utilizarles de contrapeso. Pero ambos tuvieron su momento de gloria. Ahora, Puigdemont ha cogido carrerilla y se permite «agradecer» a Sánchez el gesto de llevar sus reivindicaciones al Consejo Europeo. Teniendo en cuenta que la UE se ha tomado su tiempo para decidir, suena a ganar tiempo. Y a que el expresident se está pensando lo de la investidura, acaso para dejar caer a Sánchez con estrépito cuando se acerquen las catalanas.
Pero, por si las moscas, el Gobierno ha dejado claro que dará prioridad al catalán con dos razonamientos ciertamente estrambóticos: el mayor número de hablantes y que sus representantes institucionales han «insistido más». Si realmente se tratara de dar un espaldarazo a las lenguas minoritarias el primer argumento quedaría automáticamente invalidado. El segundo se desinfla ante los hechos consumados: hace 21 años Josu Ortuondo ya hablaba euskera en la Eurocámara para reivindicar su oficialidad y hace sólo una semana el Gobierno de Urkullu envió sendas cartas a los ministros de Exteriores y Política Territorial para reclamarles la creación de una comisión de trabajo.
Pero es Puigdemont el que puede cambiar el sino de Sánchez, así que toca agasajarle. Al resto se les da por sentados, aunque el PNV, obviamente, acusa el desaire. El problema de esta curiosa política de pinganillo, de colocar 'ad hoc' los aditamentos necesarios para ir pasando pantallas, es que no resiste el largo plazo. Ni siquiera el medio. Montar la base de una legislatura sobre argumentos puramente oportunistas, augura un peligroso efecto bumerán. Cuando se acerquen las elecciones vascas y a Sánchez, si es investido, le toque elegir entre PNV y Bildu tendrá que sacrificar alguna de las piezas del puzle. Quizás por eso, Moncloa ya está pensando no solo en la investidura, sino también en cómo aprobar sus primeros Presupuestos.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.