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Ortuzar, ayer con corbata morada en Sabin Etxea. E. C.
Ortuzar rubrica su legado

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Análisis ·

El presidente saliente del EBB no podía permitirse dejar el cargo con una imagen de impotencia y derrota, pero la entente con Podemos obliga a sus sucesores a afinar el relato

Viernes, 14 de marzo 2025, 00:03

Suele decirse que la política hace extraños compañeros de cama y la reforma fiscal acordada por PNV y PSE con Podemos es buena prueba de ... ello. Hace no tanto tiempo, poco más de dos años, Andoni Ortuzar y los morados andaban no ya a la gresca sino directamente a tortazo limpio (dialéctico). Que si son «lo peor de la política», al nivel de Vox, se despachaba el presidente del EBB, que si es «un machirulo arrogante», se la devolvía Pablo Iglesias. Tampoco hay que remontarse tan atrás: hace pocos meses Ione Belarra bautizó a los jeltzales con el cariñoso apelativo de «cachorritos de Repsol», sumisos según ella a los dictados de Josu Jon Imaz por oponerse a hacer permanente el controvertido gravamen a las energéticas.

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