Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada, sentido Cantabria, por la avería de un camión
Ortuzar y Esteban, en Sabin Etxea. Ignacio Pérez
Opinión

¿Y ahora Ortuzar? ¿O Esteban?

El movimiento de Atutxa se ajusta al guion previsto y abona cualquiera de las dos opciones que maneja el PNV: que continúe el actual líder o le sustituya el portavoz parlamentario

Jueves, 10 de octubre 2024, 00:02

Aprincipios de octubre, justo después de que el PNV diera por inaugurado en el Alderdi Eguna el largo proceso interno de seis meses que desembocará en un 'aggiornamento' integral del partido en la Asamblea General de marzo, este periódico ya informó de que Sabin Etxea ... preveía una renovación «total» de las ejecutivas territoriales –es decir, que ni ItxasoAtutxa ni José Antonio Suso ni Joseba Egibar iban a seguir en sus actuales cargos– antes de acometer la del EBB. Una serie de movimientos encadenados que responde a un guion previamente escrito –Andoni Ortuzar lo esbozó en Foronda al avanzar que los consejos territoriales informarían esa misma semana de los calendarios para renovar sus respectivas ejecutivas– que, hasta la fecha, se está cumpliendo al dedillo. Y que tiene, además, un objetivo claro: controlar los tiempos y los contenidos del debate para que no se descontrole ni se salga del carril acordado entre la actual cúpula de Sabin Etxea y, fundamentalmente, el PNV guipuzcoano que dirige con mano de hierro Egibar.

Publicidad

Si el lunes fue el alavés José Antonio Suso el que dio por «acabado su ciclo vital» en la política, ayer, en otra entrevista radiofónica, la presidenta del Bizkai buru batzar siguió sus pasos y anunció el fin de una etapa, en lo orgánico pero también en «la política pública», lo que encamina a Itxaso Atutxa de vuelta a su oficio de productora audiovisual. La diferencia es que el líder del ABB mantuvo la ortodoxia discursiva al insistir en que los cargos del PNV no se presentan, sino que los presentan las bases, y dar a entender que, si los afiliados le propusieran, él tomaría la decisión de retirarse en segunda vuelta. Atutxa ni se molestó y dio por «completada» su etapa en primera línea.

La cuestión no es ni mucho menos menor porque Andoni Ortuzar se ha aferrado desde que se consumó el relevo de Iñigo Urkullu por Imanol Pradales –vendido como un cambio «generacional»– al mandato soberano de las bases para dejar abierta la puerta a su reelección al frente del EBB. «Los cargos internos, disciplinariamente, son obligatorios. No quiero hacerme un Otegi ni un Biden. El partido manda», decía en diciembre de 2023, en una entrevista en ELCORREO, con la organización aún en 'shock' por la decisión del EBB de 'jubilar' a Urkullu. Tras las autonómicas de abril, en las que el PNVsalvó un auténtico 'match ball' al impedir, por los pelos, el 'sorpasso' de Bildu, Ortuzar insistía en que la renovación de liderazgos en el partido y en el Gobierno no tenía por qué «ir de la mano» porque al EBB no le iba a tocar gestionar –pongamos– la política energética «a quince años vista» sino dar a las instituciones el «mejor soporte» político posible.

Toneladas de argumentario para justificar lo que estaba en el alero entonces –su continuidad– y sigue estándolo ahora. «Andoni se lo está pensando mucho, mucho», apuntan fuentes conocedoras de las intensas deliberaciones internas y cercanas al líder.

Publicidad

A fin de cuentas, que Ortuzar dé o no el paso de seguir al frente del PNVdependerá de si esa decisión es razonablemente fácil de explicar y, sobre todo, de si se ha podido consensuar con los distintos sectores que sostienen el pacto interno de no agresión que mantiene pacificado el partido desde 2008, tras la salida de Josu Jon Imaz. Esencialmente, con Egibar, que por algo es el único de los tres grandes líderes territoriales –también se renovarán la ejecutiva de Navarra y la de Iparralde– que no ha dicho ni pío hasta ahora.

Ya dijo bastante en una entrevista en Euskadi Irratia, muy comentada en el partido, donde recordó el «trauma» que supuso la escisión y la «tranquilidad» que ha reinado en el PNV en los últimos años, para advertir de que no pensaba irse solo, y que había otros «referentes» que debían emprender igualmente la retirada. De ahí que se vayan los tres, aunque Egibar, confirman distintas fuentes jeltzales, busca, tras casi cuatro décadas de poder interno, mantener el control de su parcela y seguir moviendo los hilos en Gipuzkoa ya no desde el GBB sino como burukide de elección directa en el EBB.

Publicidad

De esos complejos contrapesos internos y de factores personales dependerá la decisión final de Ortuzar, muy criticado porque, además de estatutos y de proyecto, si de algo se está hablando en este arranque del largo camino hasta la Asamblea es de personas. Y no en el orden que él estableció. La salida de Atutxa podría interpretarse, por lo tanto, como la antesala de un cuarto mandato de Ortuzar, si la suya es la única candidatura bendecida por todas las familias. El único 'plan B', según todas las fuentes consultadas, es el de Aitor Esteban. Se daba por hecho que, si Atutxa seguía, resultaba inviable que el portavoz parlamentario, a la sazón su marido, diera el salto a la cúpula. Pero el movimiento de la dirigente vizcaína deja el camino también expedito a un relevo que no sería, en realidad, un cambio de fondo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad