Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Quedan un año y siete meses para las elecciones municipales y forales de mayo de 2023, pero empiezan a ser notorios los movimientos de las fuerzas políticas por llegar en las mejores condiciones a una cita que se antoja crucial: la primera que medirá los ... efectos de la pandemia en las preferencias del electorado y que funcionará, además, como una especie de primera vuelta de las autonómicas vascas de 2024. Los partidos se juegan mucho y el PNV ha decidido mover ficha en Gipuzkoa, el único territorio donde tiene claro que el actual diputado general no repetirá como candidato a la reelección.
Markel Olano confirmó ayer lo que ya era un secreto a voces y él mismo había dejado caer, que no volverá a presentarse como aspirante a presidir el Ejecutivo foral, que ha encabezado ya durante tres legislaturas, la primera entre 2007 y 2011, y tras el paréntesis del mandato de EH Bildu, en el que ejerció como jefe de la oposición, desde 2015 hasta la actualidad. El dirigente guipuzcoano se convirtió ayer, a todos los efectos, en lo que los estadounidenses llaman un 'pato cojo' al ratificar en una entrevista en ETB que su ciclo político «ha terminado» cuando aún queda prácticamente la mitad de la legislatura. «Es sano e importante que un dirigente político diga que su ciclo ha terminado y que empieza otro», enfatizó.
¿La razón? Según fuentes consultadas en el PNV, Olano prepara así el terreno para que el partido pueda foguear a la mujer que se perfila, a la espera de que las bases y el GBB se pronuncien, como futura candidata: la actual diputada de Gobernanza y portavoz del Ejecutivo foral, Eider Mendoza (Azpeitia, 1974).
La batalla en Gipuzkoa se prevé encarnizada y, de hecho, el PNV ha reprochado en los últimos tiempos en varias ocasiones a EH Bildu que actúe solo por cálculo electoral y que haga una oposición inmisericorde, en el territorio y en el Parlamento vasco, para desgastar al PNV mientras en Madrid o en Navarra tiende la mano a los socialistas para el acuerdo. Será en Gipuzkoa donde la pelea entre las dos siglas nacionalistas esté más igualada y los jeltzales se adelantan para ganar ventaja y mejorar el grado de conocimiento de la más que probable candidata, que representa un cierto revulsivo generacional -tiene 47 años frente a los 56 de Olano- pero también una acreditada experiencia como parlamentaria vasca durante una década y como expresidenta de las Juntas guipuzcoanas.
Un movimiento, el de Olano -cuyo nombre suena en los mentideros como futuro presidente del GBB en sustitución del 'eterno' Joseba Egibar-, en absoluto casual que abre, de hecho, la carrera hacia las urnas de 2023, aunque no es previsible que el resto de instituciones y territorios se den tanta prisa en desvelar sus cartas. Los propios jeltzales han situado las municipales y forales como la culminación de una probable «revolución» interna que deje paso a una nueva generación de líderes. También han insistido, como exigió públicamente la eurodiputada Izaskun Bilbao, en la necesidad de situar a más mujeres como cabeza de lista y acabar así con la chocante foto actual, en la que los tres diputados generales y los tres alcaldes de las capitales vascas son hombres. El propio Olano aseguró ayer que «ya toca» un liderazgo femenino en el territorio. De hecho, si la candidatura de Mendoza prospera y lograse ser investida se convertiría en la primera diputada general de la historia de Euskadi.
En cualquier caso, ni está tan claro que la revolución vaya a ser tal ni Bizkaia y Álava van a seguir el ejemplo de Olano porque la decisión sobre la continuidad, o no, de Unai Rementeria y Ramiro González no está tomada aún. De hecho, en el partido no se espera que el anuncio se haga antes del último trimestre de 2022, tiempo suficiente para que el Bizkai y el Araba buru batzar sopesen la conveniencia de impulsar el relevo o apostar por el continuismo.
En el caso alavés, González tiene papeletas para continuar, igual que el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, que ha movido ficha en las últimas semanas al postularse para volver a ser candidato y dejar claro que «por supuesto» que tiene «ilusión» por continuar. En el caso vizcaíno, las espadas están en alto y la incertidumbre está abierta sobre la continuidad tanto de Rementeria como del alcalde de Bilbao, Juan María Aburto. El alcance de los cambios marcará, desde luego, la siguiente gran decisión que deberá tomar el PNV un año más tarde, en 2024: si el tándem Urkullu-Ortuzar se prolonga otra legislatura más o deja paso a caras nuevas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.