El PNV se ofrece como intermediario entre Rajoy y el soberanismo catalán

Ortuzar ha pedido una «fuerte ovación» para el único representante del PDeCAT que se ha desplazado este año a la fiesta jeltzale -el diputado Jordi Xuclá- y le ha dado un mensaje para el president Puigdemont y el resto de representantes de su «partido hermano». «Estamos con vosotros. Nosotros queremos que pase lo que la sociedad catalana quiera que pase, que decida libremente lo que deba pasar. Votar nunca puede ser un problema. El problema es no dejar votar y eso es lo que debe entender Madrid», ha enfatizado entre los aplausos de las bases, que también han saludado la defensa que ha hecho Ortuzar de sus acuerdos con el PP, «de los que no nos avergonzamos porque han sido importantísimos para la sociedad vasca».

El líder del PNV ha mandado un ‘recado’, en ese sentido, al líder de ELA, ‘Txiki’ Muñoz y a «su eco», Arnaldo Otegi, que les exigen que «rompan» con Rajoy. «Ya pueden seguir ladrándole a la luna, no vamos a caer en su trampa», ha replicado Ortuzar, que ha dejado la puerta abierta a seguir alcanzando acuerdos con el PP. «En cada momento tomaremos la decisión que nos parezca mejor para Euskadi. Quieren hacer antagónicas la ‘vía vasca’ y la catalana y no lo van a conseguir», ha advertido.

El lehendakari Urkullu, de hecho, ha centrado su intervención en la defensa de esa propuesta propia que desgranó el jueves pasado en el Parlamento, aunque en esta ocasión ha evitado citar el Estado confederal, un «sugerente» modelo para la reforma territorial al que Ortuzar sí se ha referido expresamente. Urkullu ha preferido hablar hoy de «libre adhesión» en el marco de un Estado plurinacional que reconozca la bilateralidad con Euskadi y, sobre todo, ha dejado claro, entre aplausos, que la única solución posible para «conciliar democráticamente las aspiraciones democráticas de las sociedades española, catalana y vasca» es un referéndum «legal y pactado» inspirado en los celebrados en Quebec y Escocia que permita acabar con la «unidad impuesta» en España desde la Constitución de Cádiz de 1812. La ley de Claridad canadiense y el referéndum de independencia que el Reino Unido pactó con Escocia son los referentes en los que el jefe del Ejecutivo de Vitoria se fija para poder ejercer el derecho a decidir «con garantías». Por cierto, el lehendakari no ha podido evitar quejarse, en alusión a su constatación de la falta de garantías del 1-O, que «se tome el rábano por las hojas» y se intenten utilizar sus palabras «a beneficio de parte».

Urkullu ha insistido en la urgencia de buscar una salida «política» a las demandas del independentismo catalán, «preocupado» por la posibilidad de que se fuerce una situación «irreversible y sin retorno»y por el riesgo de «fractura social» que conlleva la «gestión de las emociones y la frustración» que provocará, ha avanzado, que se impida el referéndum. En su opinión, la estrategia de estricta aplicación de la ley del Gobierno central solo llevará a un escenario de «escisión social y ruptura política e institucional» que será difícil de revertir. Por eso, ha pedido al PP que no repita el «error» que cometió al recurrir el Estatut y le exigió «responsabilidad y respeto» para abrir «paso al diálogo».