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El PSN ha ofrecido a Geroa Bai presidir el Parlamento de Navarra con la condición de que EH Bildu, clave para la eventual investidura de María Chivite si finalmente se anima a dar el paso, se quede fuera de la Mesa. La Cámara foral se ... constituye este miércoles y los negociadores de ambos partidos, además de los de Podemos y Ezkerra, quemaban anoche las últimas naves en busca de un acuerdo que se ha complicado sobremanera en las últimas horas por la desconfianza entre los socialistas y la coalición de Uxue Barkos. Las cuatro formaciones ya se habían reunido por la mañana y sus representantes se levantaron de la mesa sin acercar posturas. Al cierre de esta edición, las diferencias persistían y no había consenso.
La constitución de la Cámara y, sobre todo, la configuración de la Mesa empezarán a decantar desde este miércoles el de momento enrevesado futuro político de Navarra y, por extensión, el de España, habida cuenta de que la comunidad foral se ha convertido en uno de los principales focos de atracción para la eventual investidura de Pedro Sánchez e incluso para la gobernabilidad. La composición del órgano de control del Parlamento será determinante para intuir los movimientos que se pueden producir después.
Geroa Bai, potencial socio de los socialistas, había encarecido su posición en los últimos días porque el PNV -integrante de esa coalición- sospecha que Sánchez desactivará finalmente esa opción para asegurarse los votos de UPN en el Congreso. Los nacionalistas querían comprobar hasta qué punto la aspirante del PSN va en serio y si Ferraz tiene intención de respetar su intento de acceder a la presidencia, para lo que necesitaría el respado de las fuerzas abertzales y de izquierda y, también, la abstención de EH Bildu. Geroa Bai reclamó presidir la Mesa y que la coalición soberanista tenga un representante en la misma, una opción esta última que, de inicio, los socialistas rechazan de plano.
La formación de Barkos había puesto la pelota en el tejado del PSN, pero el último movimiento de Chivite ofreciéndole la presidencia del Parlamento foral tiene un envenenado efecto rebote. Es ahora Geroa Bai la que debe mostrar sus preferencias y el margen de maniobra es cada vez más limitado. Si rechaza la propuesta, la posibilidad de formar un «Gobierno de progreso» saltaría por los aires y abriría la puerta de la gobernabilidad a Navarra Suma, la entente formada por UPN, Partido Popular y Ciudadanos. Si, por el contrario, la acepta, sus relaciones con la coalición soberanista podrían desvirtuarse. La táctica de Chivite alejaría en cualquier caso una posible abstención de Bildu si se presenta a la investidura.
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