«Me he presentado para que el PSE no se resigne a ser un socio subsidiario del PNV»

– ¿Tan mal cree que está su partido para que once años después usted considere que es la solución?

– Lo que está mal es la ciudad. San Sebastián está desatendida y hay una parálisis en decisiones trascendentes: en política de vivienda pública, de modelo turístico, en estrategias de movilidad... La gestión del alcalde es muy gris. A eso se suma que en San Sebastián hay una lucha por la hegemonía del nacionalismo entre el PNV y EH Bildu. Y unido todo eso pensé que sería doblemente positiva mi presencia porque creo que puedo obtener un mejor resultado para mi partido y porque esto dinamiza a la organización.

– ¿No teme que genere una sensación de fractura interna?

– Mi primer objetivo era mover la cazuela donostiarra para que la ciudadanía se diese cuenta de lo que hay. Y eso lo he conseguido. Hay más presencia y permite ganar músculo social.

– ¿A qué se refiere con «mover la cazuela»?

– El hecho de presentarme a las primarias ha desatado algunos acontecimientos: la presentación de la candidatura de Izagirre, la aceleración del proceso en el PNV...

– ¿Y cree que todo eso lo ha provocado usted? ¿Que ha puesto nervioso al resto de partidos?

– Quizá, pero lo que busco realmente es que el PSE elija el mejor candidato para no resignarse a ser un socio subsidiario del PNV y aspirar al máximo, a ganar las elecciones. Aunque es evidente que habrá que formar un Gobierno de coalición, otra cosa es con quién.

– ¿Abre la puerta a otro tipo de alianza que no sea con el PNV?

– No es el momento de hablar de eso. Porque, además, es algo que decidirá la militancia. Las primarias no van de eso.

– Pero los militantes del PSE también tienen derecho a saber si el candidato es más proclive a pactar con el PNV o con EH Bildu, por ejemplo.

– Pero ese debate no toca ahora.

– Dice que confía en ganar las elecciones de mayo. ¿Pero cómo? En 2019 el PSE quedó tercero, el PNV le dobló en votos...

– Mi candidatura tiene una virtud: tengo la capacidad de penetración en el campo electoral de otras fuerzas políticas. En unas elecciones municipales se vota también a la persona, y creo que puedo quitar votos al PNV, a Podemos, al PP, a la abstención...

Tenacidad

– En esa parálisis que denuncia de la ciudad, ¿qué responsabilidad tiene el PSE como socio del PNV?

– Fui 20 años alcalde y sé perfectamente que la dirección de la institución es responsabilidad de la Alcaldía, eso es indiscutible. Todas las dinámicas políticas corresponden al alcalde del PNV. Lo que tenga que decir de mi partido lo diré en los órganos internos.

– Pero su candidatura sí es una forma de decir que no cree que las cosas se hayan hecho demasiado bien en estos años por parte del PSE.

– No es esa mi lectura.

– ¿Qué le pareció que Garmendia le definiese como «candidatura vintage»? No fue la única crítica. Iñaki Arriola calificó de «sorprendente» el paso dado.

– En este proceso no he respondido ni he hecho ninguna consideración de las opiniones de otros compañeros. Y voy a seguir así.

– ¿Le han tratado de convencer desde la dirección del partido para que diese un paso atrás?

– No, en absoluto. De verdad. Además, ya saben que soy una persona de fuertes convicciones y tenaz. Soy consciente de que no soy el candidato oficial y eso tiene sus problemas.

– Si usted gana competirá con Izagirre y Goia. Los mismos que pelearon en 2011 por la Alcaldía. Uno se presenta a la reelección y dos lo volverían a intentar. No deja de ser sorprendente.

– No tanto. Hay muchos dirigentes en Europa que vuelven a intentarlo y se presentan de nuevo a unas elecciones.